BRECHA digital gris: ✔ ¿Qué es y cómo afecta a tu empresa?

Compatibilidad
Ahorrar(0)
Compartir

Todos los sectores, y quienes trabajan en ellos, han debido adaptarse con rapidez a la transformación digital. Sin embargo, hay colectivos que no pueden seguir este ritmo. Forman parte de la brecha digital gris, y son los profesionales con experiencia que quedan rezagados en el uso de nuevas tecnologías. 

Solemos relacionar brecha digital con la diferencia entre quienes tienen acceso a internet y quienes no. O también, entre nativos digitales y generaciones que se han adaptado progresivamente a las nuevas tecnologías. Sin embargo, la brecha digital gris no termina de encajar en esas categorías. 

Este concepto se refiere a personas que usan tecnología, están conectadas y forman parte del entorno digital. Pero que lo hacen con inseguridad, menor autonomía o sin llegar a sacarle todo el partido.

En muchos casos, se trata de trabajadores con una larga trayectoria profesional; por lo general, con más de 45 o 50 años. Pero a pesar de que han ido adoptando herramientas digitales a lo largo del tiempo, no han tenido una formación estructurada para ello. Saben enviar correos, participar en reuniones online o trabajar con algunos programas, pero no se sienten cómodos con las automatizaciones, inteligencia artificial o herramientas colaborativas avanzadas. 

Se habla de brecha gris no por la edad de estas personas, sino por la poca visibilidad. No se trata de estar desconectadas, sino de que no terminan de integrarse en la cultura digital. Es una zona difusa; de ahí que muchas organizaciones no detectan el problema, hasta que impacta en la productividad o en la adaptación al cambio.

¿Cuál es su impacto en las empresas y en los trabajadores?

Las consecuencias de esta brecha se notan en distintos niveles. En primer lugar, afectan a los trabajadores y su bienestar, ya que su autoestima cae al no sentirse al día o terminar de comprender cómo usar las nuevas herramientas. La inseguridad puede llevar a dejar de sentirse parte de la empresa. 

A nivel organizativo, la brecha digital gris puede frenar la innovación, dado que los procesos se ralentizan si parte del equipo no domina las tecnologías. Hay que hacer formaciones improvisadas, repetir tareas o depender siempre de un perfil más técnico para resolver los problemas que surjan. Se generan cuellos de botella y hay un reparto desigual del conocimiento. 

Además, en la actualidad, la IA está acelerando la brecha, y su implantación perjudica sobre todo a personas mayores de 65 años. No obstante, la sensación de exclusión tecnológica también afecta a empleados en activo que rondan los 50. Otro problema es el riesgo de pérdida de diversidad y de conocimiento acumulado. 

Herramientas para hacer frente a la brecha digital gris

El primer paso para cerrar esta brecha es reconocer que existe. Después, se mejorará la experiencia digital de la plantilla. La formación es una de las claves, pero no la única. 

Diagnóstico real de competencias digitales

Antes de lanzar formaciones, conviene saber quién necesita qué. Muchas personas de la brecha digital gris han aprendido por su cuenta, y pueden presentar lagunas o inseguridades. Hay que identificar el uso real de la tecnología en el día a día y diseñar planes que se ajusten a estas necesidades. 

Itinerarios de aprendizaje personalizados

La formación se debe adaptar a cada persona y no al revés. En Empatif trabajamos con Learning Journeys adaptados al perfil, rol y contexto individual. Por tanto, se les acompaña desde lo que ya saben, se refuerza lo que necesitan y se les guía hacia los nuevos conocimientos.  

Mentoring inverso y cultura colaborativa

Una herramienta muy potente para reducir la brecha digital gris es el mentoring inverso. Consiste en que personas más jóvenes o con más soltura tecnológica ayuden a sus compañeros senior. No como profesores, sino como aliados. Además de normalizar el aprendizaje colaborativo, se refuerzan los lazos entre diferentes generaciones. 

Talleres prácticos y formación sin juicio

Los talleres prácticos, donde se aprende haciendo, son mucho más eficaces que la teoría. Se debe crear, no obstante, un entorno donde se normalice hacer preguntas básicas. El miedo al ridículo es una de las barreras más grandes para aprender. 

Aprendizaje continuo, no puntual

Formar no es dar un curso una vez al año. Es crear una cultura donde actualizarse sea parte del trabajo, no una carga extra. Microlearning, píldoras formativas, recursos accesibles y actualizados. Cuanto más fácil sea aprender en el momento adecuado, menos espacio habrá para la brecha digital gris.

Esta brecha expone la forma en que las empresas están acompañando a sus profesionales ante los cambios. Cuanto antes se actúe, más diversos y competentes serán los equipos. En Empatif, te ayudamos con la formación de talento en diferentes áreas. Contacta con nosotros para más información. 

Detalles de contacto
Empatif