El Foro Económico Mundial (FEM) ha publicado su lista de tecnologías emergentes para 2025, una selección que anticipa los avances con mayor capacidad de generar impacto social y económico en los próximos tres a cinco años. Elaborado junto a Frontiers Media, el informe no identifica compañías concretas, sino conceptos que combinan novedad, madurez tecnológica y viabilidad a corto plazo.
Entre las grandes tendencias detectadas figuran la búsqueda de ciudades más seguras, una industria más sostenible, mejoras en la salud humana y la convergencia entre energía y materiales inteligentes. Estas innovaciones no solo abren nuevas oportunidades de negocio, sino que también redefinen el papel de las empresas en la gestión de los riesgos globales.
Energía y movilidad: estructuras que almacenan y suministran
Uno de los puntos más disruptivos es la llegada de baterías estructurales, que combinan almacenamiento de energía con funciones de soporte físico. Este concepto, en el que las baterías forman parte integral de la estructura de vehículos eléctricos y aeronaves, permitirá reducir peso y mejorar la eficiencia energética, con un impacto directo en sostenibilidad y autonomía.
Paralelamente, la energía nuclear avanzada se perfila como pieza clave en la transición energética. Nuevos diseños de reactores, más pequeños y con sistemas de enfriamiento alternativo, prometen una electricidad cero emisiones, fiable y competitiva, capaz de integrarse en sistemas renovables y cubrir picos de demanda.
Una tendencia que consolida el papel estratégico de las energéticas y empresas de movilidad en la construcción de infraestructuras resilientes y sostenibles para los próximos años.
Datos seguros y ciudades inteligentes
En un entorno cada vez más digitalizado, el reto de proteger la veracidad de los contenidos se vuelve prioritario. La tecnología de watermarking generativo, que incorpora marcas de agua invisibles en contenidos generados por inteligencia artificial, emerge como herramienta esencial contra la desinformación. Su aplicación será decisiva en medios de comunicación, ecommerce y gestión de reputación online.
A nivel urbano, la detección colaborativa conecta sensores inteligentes en vehículos, servicios de emergencia e infraestructuras, permitiendo compartir información en tiempo real. Este ecosistema de datos contribuirá a reducir accidentes, mejorar tiempos de respuesta y hacer de las ciudades espacios más seguros y eficientes.
Ambas tendencias refuerzan la idea de que la confianza digital será un valor de mercado para marcas, operadores de plataformas y administraciones.
Salud y biotecnología: medicina predictiva y sostenible
El ámbito sanitario también vive una transformación acelerada. Los fármacos GLP-1, conocidos hasta ahora por su uso en diabetes y obesidad, muestran potencial para tratar enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer y Parkinson. Este avance anticipa una nueva categoría terapéutica con aplicaciones multisistema y alto valor estratégico para la industria farmacéutica.
Además, tecnologías como la detección bioquímica autónoma, que permite monitorizar cambios ambientales o biomédicos sin intervención directa, y las nanoenzimas, enzimas artificiales más resistentes y económicas, abren nuevas oportunidades en diagnóstico médico, control ambiental y descontaminación a bajo coste.
La tendencia apunta a una convergencia entre tecnología médica, sostenibilidad y personalización de tratamientos, donde los datos en tiempo real y los biosensores marcarán el futuro de la atención sanitaria.
Energías renovables y agricultura descarbonizada
En materia de sostenibilidad, el nitrógeno verde busca revolucionar la producción de fertilizantes, sustituyendo los combustibles fósiles por electricidad limpia. Esto supondrá una agricultura con menor huella de carbono y mayor seguridad alimentaria en mercados estratégicos.
A su vez, la energía osmótica, basada en la diferencia de presión entre agua dulce y salada, se posiciona como solución renovable para zonas costeras. Una fuente complementaria que puede reforzar la diversificación energética y la preservación de ecosistemas.
Estas innovaciones forman parte de una tendencia global que prioriza tecnologías con impacto ambiental positivo, alta escalabilidad y capacidad de integrarse en marcos regulatorios exigentes.
La nueva generación de tecnologías emergentes no solo busca resolver desafíos, sino también anticiparse a las crisis sistémicas, desde la seguridad urbana hasta la transición energética y la salud pública. Su desarrollo y aplicación serán determinantes para definir el liderazgo empresarial en los próximos cinco años.
Fuente: Reason Why