- En un contexto geopolítico inestable, la reindustrialización con energía limpia se ha convertido en una prioridad estratégica para garantizar la seguridad, la resiliencia y la autonomía de Europa — y España tiene la oportunidad de liderar este impulso como motor energético e industrial del continente
- España se encuentra ante una oportunidad país para impulsar su industria gracias a tres grandes ventajas competitivas: recursos renovables, disponibilidad de espacio y una ubicación geoestratégica
- Este impulso se apoya en un modelo energético más competitivo, basado en renovables, redes e infraestructura eléctrica.
- “La electrificación de la industria no es solo un proceso técnico: es una auténtica oportunidad de país para reforzar nuestra competitividad”, ha destacado nuestra presidenta de aelēc, Marina Serrano, durante la jornada ‘Hacia la autonomía estratégica: reindustrialización, energía y seguridad en un contexto convulso’ que se ha celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander.
- La electrificación de procesos industriales, combinada con el despliegue de renovables y redes y almacenamiento, puede mejorar la competitividad frente a países como Alemania, Francia o Italia.
- La desaparición progresiva de los derechos ETS hará que España resulte cada vez más atractiva para industrias intensivas en emisiones como la química, la metalurgia o los minerales no metálicos.
- España puede liderar una reindustrialización estratégica, superar los 200.000 M€ anuales de impacto económico de su industria en el corto-medio plazo y posicionarse como proveedor clave para Europa en sectores como automoción, químico, alimentación o manufactura avanzada.
- Además, será necesario acelerar las inversiones en infraestructura eléctrica, reformar los marcos retributivos y fomentar la colaboración público-privada. La consulta emitida por la CNMC sobre el futuro marco retributivo de redes mira al pasado y desincentiva la inversión y la eficiencia, pero solo estamos en periodo de consultas, por lo que aún tiene solución.
Santander, 16 de julio de 2025 – Cantabria y el norte de España serán claves para elevar el impacto económico de la industria a más de 200.000 millones de euros al año en la próxima década gracias a la electrificación. Este impulso se apoya en un modelo industrial más competitivo, basado en renovables, redes e infraestructura eléctrica, y representa una oportunidad estratégica para territorios industriales de la cornisa cantábrica como Cantabria, País Vasco o Asturias.
Esta es una de las principales conclusiones de la jornada ‘Hacia la autonomía estratégica: reindustrialización, energía y seguridad en un contexto convulso’, celebrada en Santander en el marco del curso organizado por EDP junto con la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, y donde se ha presentado el informe ‘España ante una oportunidad país: Motor de competitividad energética e industrial para Europa’, elaborado por Monitor Deloitte.
El encuentro ha reunido a representantes del sector energético, empresarial e institucional, con la participación, entre otros, de Marina Serrano; el consejero de Industria, Empleo, Innovación y Comercio del Gobierno de Cantabria, Eduardo Arasti; la directora general de la Cámara de Comercio de Cantabria, Rosa Vega; y el presidente de CEOE-Cepyme Cantabria Enrique Conde, quienes han analizado las oportunidades estratégicas derivadas de la electrificación del tejido industrial, la atracción de nuevas industrias de alto valor añadido y la fabricación de equipos vinculados a la transición energética.
“En los próximos años, Cantabria va a multiplicar por cinco la energía producida el año pasado, contribuyendo y cooperando con la independencia energética de España y con la lucha contra el cambio climático.”, ha señalado Eduardo Arasti, consejero de Industria del Gobierno de Cantabria.
Y es que a lo largo del acto se ha puesto de relieve la posición privilegiada que juega el norte de España como una de las regiones con mejores condiciones para liderar la nueva competitividad industrial por su capacidad energética, y talento técnico.
Además, la apuesta por la reindustrialización española ligada a la electrificación de sus procesos, combinada con el despliegue de renovables y redes, puede mejorar la competitividad frente a otros países de la Unión Europa como Francia, Alemania o Italia. De hecho, la reindustrialización de España pasa por alcanzar en el corto-medio plazo un peso industrial en línea con la media europea, y en el medio-largo plazo, consolidarse como uno de los referentes industriales europeos.
“La electrificación de la industria no es solo un proceso técnico: es una auténtica oportunidad de país para reforzar nuestra competitividad, avanzar hacia una mayor autonomía estratégica y reindustrializar regiones con gran potencial como Cantabria, el País Vasco o Asturias”, ha destacado Marina Serrano, presidenta de aelēc. “Contamos con un sistema eléctrico robusto, un mix energético cada vez más limpio y un ecosistema empresarial preparado para liderar este cambio. Pero necesitamos acelerar las inversiones en redes, modernizar la regulación y acompañar a la industria con políticas activas que conviertan esta oportunidad en una realidad económica y social tangible para los territorios”, ha añadido.
La electrificación industrial es, además, un vector clave para ofrecer energía más competitiva a las empresas, atraer inversión extranjera y crear empleo estable y cualificado. En este sentido, Rosa Vega, directora general de la Cámara de Comercio de Cantabria, ha subrayado que “es esencial una colaboración público-privada para atender de forma óptima las necesidades de las empresas. Escuchar a ambas partes es fundamental para que todo funcione. Tenemos una visión muy cercana y clara de lo que es la realidad de las empresas de la región y estamos siempre a su disposición para ayudarlas“.
Inversión, redes y colaboración público-privada
El informe de Monitor Deloitte presentado durante la jornada señala que, aunque España dispone de ventajas competitivas en la transición energética, existen varios retos estructurales que pueden amenazar su potencial industrial, como son la descoordinación entre política industrial y energética, la falta de capacidad en la red eléctrica, el precio de electricidad industrial alto, las elevadas inversiones necesarias, y un marco regulatorio y administrativo complejo.
No obstante, España se encuentra en un momento sin precedentes para impulsar su reindustrialización. Situarse a la media del peso industrial de Europa supondría elevar el impacto económico de la industria a más de 200.000 millones de euros al año. Pero el potencial va aún más allá si el país logra reforzar la competitividad de su industria actual —donde la electrificación juega un papel clave— y atraer nueva actividad industrial de alto valor añadido y elevada demanda energética. Podría posicionarse como proveedor clave para Europa en sectores como automoción, químico, alimentación o manufactura avanzada. Pero para ello, el país necesita impulsar el desarrollo de una cadena de valor nacional y europea; desarrollar un marco regulatorio estable, estratégico y eficiente; establecer mecanismos de ayuda, financiación o ventajas fiscales que incentiven inversiones en electrificación por parte de los agentes industriales y para el desarrollo de cadenas de suministro locales; desarrollar el talento necesario; agilizar y simplificar los procedimientos administrativos y ordenar las peticiones de acceso y conexión a red; o reducir el precio final de la electricidad.
El evento ha contado con una ponencia del coronel Ignacio Fuente Cobo, del Instituto Español de Estudios Estratégicos (Ministerio de Defensa), centrada en la dimensión geopolítica de la energía y su papel como vector de seguridad estratégica en el nuevo contexto europeo.
Asimismo, ha tenido lugar un diálogo institucional sobre el papel de España ante los retos geopolíticos y la necesidad de una reindustrialización estratégica, con la participación de Gonzalo Escribano, investigador principal y director del Programa de Energía y Cambio Climático del Real Instituto Elcano, y Vicente Garrido, director de la Cátedra de Seguridad y Defensa “Francisco Villamartín” de la Universidad Rey Juan Carlos.
Finalmente, se ha celebrado una mesa de debate sobre la contribución del sector energético a una economía más competitiva y sostenible. En ella han participado Marina Serrano, nuestra presidenta; Gema Díaz Real, expresidenta de SNIACE; Rosa Vega Salán, directora general de la Cámara de Comercio de Cantabria; y Javier Quintana, Research Economist en el Banco de España.
Durante la mesa, se ha puesto de relieve la necesidad de acelerar las inversiones en infraestructura eléctrica para atender a la demanda, reformar los marcos retributivos y fomentar la colaboración público-privada para maximizar el impacto económico y social de la transición energética.
El evento ha concluido con la intervención del presidente de CEOE-Cepyme Cantabria, Enrique Conde, que ha afirmado que “mejorar las redes de distribución es perentorio en Cantabria; si no mejoramos, no podremos ser competitivos. Necesitamos redes robustas y modernas para poder competir y desarrollarnos, y energía sostenible, no sólo desde el punto de vista medioambiental, también económica y social”.