El final de la vida es una etapa profundamente humana, es un momento único en la vida de cada persona, que viene muchas veces acompañado de angustia frente a la incertidumbre. En estos momentos tan importantes en la vida de todo ser humano, toma especial relevancia el acto de acompañar, de estar presente, de escucha activa… puede ser un acto de amor incomparable.
La enfermedad terminal es una manifestación clara de nuestra vulnerabilidad, que no solo está presente el sufrimiento físico que puede acompañar a la enfermedad, hay un tipo de dolor que es más difícil de ver: el dolor emocional y espiritual de quienes se enfrentan al final de su camino. El acompañamiento no solo es una cuestión de cuidados médicos, sino de un acompañamiento compasivo.
La compasión es mucho más que una simple respuesta emocional. Es un acto profundo de empatía, un acto de estar presentes no solo físicamente, sino también emocionalmente, que se manifiesta a través de una sonrisa, una mirada tranquila, una caricia. Es el reconocimiento de la vulnerabilidad humana, y un compromiso genuino de aliviar el sufrimiento, sin juicio ni expectativas. En el contexto del acompañamiento al final de la vida, la compasión se convierte en un pilar esencial que transforma la experiencia tanto para la persona cuidada, como para sus seres queridos y quienes brindan el cuidado.
Porque consideramos que el final de vida en una residencia de personas mayores debe ser un proceso que se enfoque en el bienestar integral del residente, desde todos los ámbitos de su ser: biológico, psicológico, social, emocional y espiritual, en Seniors Residencias hemos dado un paso en el compromiso con el cuidado de las personas que residen en nuestros centros, con la certificación de la Residencia Torre del Mar, como la primera residencia en España y en Europa en obtener el Informe Favorable que habilita a su Equipo de Cuidados Paliativos para el comienzo de la entrada de pacientes conforme al método NEWPALEX® RESIDENCIAS otorgado por Fundación New Health. Y así continuar con el proceso hacia la Excelencia en Cuidados Paliativos.
Para quien acompaña, el reto es aprender a estar disponible de manera simplemente humana. Por ello, un aspecto esencial en el cuidado al final de la vida en nuestras residencias es la capacitación del personal. Los cuidadores deben tener una preparación, no sólo desde el punto de vista técnico de cuidado físico, sino también han de desarrollar habilidades de comunicación y apoyo emocional. La formación continua en temas relacionados con los cuidados paliativos, comunicación y acompañamiento a personas con demencia, el apoyo a la familia durante el proceso de duelo, la ética del cuidado y la vivencia de su propia espiritualidad, entre otros temas, es esencial para poder ofrecer un cuidado excelente, que ayude a aliviar el dolor y la angustia, proporcionando un espacio de paz y amor. El enfoque de cuidado personalizado y humano es fundamental, porque asegura que cada persona, junto con sus seres queridos, se sientan acompañadas, escuchadas y tratadas con dignidad, para que puedan despedirse de este mundo de una manera serena y respetuosa.
