El amoníaco es un gas sintético cuyo proceso de obtención se desarrolló a comienzos del siglo XX gracias al trabajo de dos eminentes científicos alemanes: Fritz Haber y Carl Bosch.
Se obtiene mediante un proceso de síntesis en el que se emplea gas natural. Del gas natural se libera hidrógeno, que reacciona con el nitrógeno del aire a alta presión y temperatura en presencia de un catalizador.
El amoníaco es la base de los fertilizantes nitrogenados. Es decir, cualquier fertilizante inorgánico que contenga nitrógeno, muy probablemente procede del amoníaco.
El amoníaco es la base de los fertilizantes nitrogenados, y gracias a su desarrollo fue posible alimentar a una población mundial en constante crecimiento. En AZCATEC, conocemos de primera mano la importancia de esta molécula y su papel en la ingeniería de procesos que sostienen la producción agrícola moderna.
El proceso de síntesis de amoníaco, desarrollado por Haber y Bosch a principios del siglo XX, consiste en combinar hidrógeno (procedente del gas natural) con nitrógeno del aire, a alta presión y temperatura, en presencia de un catalizador. Desde entonces, los fertilizantes nitrogenados se convirtieron en la principal herramienta para multiplicar la productividad agrícola.
¿Por qué el nitrógeno es tan relevante? Porque es el nutriente esencial que impulsa el crecimiento de las plantas y, en consecuencia, la producción de alimentos. Aunque existen otros macronutrientes igualmente importantes (el fósforo y el potasio), el nitrógeno sigue siendo el protagonista indiscutible.
Antes de la síntesis industrial, los fertilizantes provenían de fuentes orgánicas como el guano, pero su aporte de nitrógeno era limitado. Con el amoníaco se abrió la puerta a la agricultura intensiva y a evitar hambrunas masivas en todo el planeta.
El desafío actual no está en la eficacia del amoníaco, sino en su sostenibilidad. La síntesis tradicional depende del gas natural y genera emisiones de dióxido de carbono, un serio problema en la lucha contra el cambio climático. Hoy, alrededor del 5% del consumo mundial de gas natural se destina exclusivamente a la producción de amoníaco.
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En AZCATEC estamos trabajando activamente en soluciones para producir fertilizantes nitrogenados de manera sostenible, explorando nuevas tecnologías que permitan reducir el uso de hidrocarburos fósiles y minimizar el impacto ambiental. Nuestro compromiso es claro: avanzar hacia una agricultura más eficiente, limpia y respetuosa con el medio ambiente.
Este artículo es también un homenaje a Haber y Bosch, cuyos descubrimientos hicieron posible alimentar a miles de millones de personas. Y, al mismo tiempo, es una declaración de principios: en AZCATEC queremos ser parte de la nueva revolución de los fertilizantes, contribuyendo a que la ingeniería y la innovación sigan transformando el mundo.
