No olvidaremos a los hipócritas pro-Hamás

Compatibilidad
Ahorrar(0)
Compartir

La guerra pasará, como todas las tormentas. Israel prevalecerá, Hamás será derrotado, y poco a poco el mundo intentará recuperar una semblanza de normalidad. Hoy, el panorama parece sombrío para Israel y los judíos: un repunte en la demonización del Estado judío y el antisemitismo, alimentado por las mentiras de la alianza islamista Qatar-Hermandad Musulmana-Hamás, que se infiltran en la prensa y la academia. Estas falsedades, amplificadas por activistas woke carentes de juicio y medios izquierdistas occidentales, pintan a Israel como el villano. Pero la verdad es más resistente que sus narrativas. Israel y los judíos saldrán fortalecidos de esta prueba.

Cuando Hamás, junto con otros grupos terroristas palestinos y sus aliados como Hezbolá, los hutíes e Irán, sean derrotados, un nuevo Medio Oriente emergerá. Los Acuerdos de Abraham se expandirán, sumando más países árabes y musulmanes a una coalición de paz y progreso. Los palestinos, aferrados a su fanatismo, han agotado la paciencia de buena parte del mundo. Rechazan madurar, avanzar o construir. Su obsesión con erradicar a los judíos y a los «infieles» los lleva a despreciar incluso sus propias vidas. Mientras Israel florece en un vecindario más estable, los palestinos quedarán más aislados que nunca.

El verdadero problema se trasladará a Occidente, donde años de importar islamismo han sembrado las semillas de la autodestrucción. Europa, cuna de libertades, se enfrenta a un futuro donde la sharía amenaza con imponer su yugo. Mujeres, homosexuales, judíos, cristianos y cualquiera que ose criticar el autoritarismo islamista vivirán un infierno: atentados terroristas, violaciones, violencia contra mujeres por llevar falda o contra homosexuales por su orientación, asesinatos de honor etc. Esto es lo que han defendido, lo que han importado. Su propio ‘Frankenstein’ los castigará sin piedad.

Artistas, periodistas y activistas de pacotilla han vociferado «Free Palestine», «genocidio» y «limpieza étnica», acusando a Israel mientras ignoran que los palestinos proclaman a diario su deseo de aniquilar a los judíos. Han violado, quemado y asesinado a familias enteras, bebés y jóvenes que solo querían bailar por la paz. Estos «propalestinos» han justificado a los terroristas, apoyándolos con manifestaciones, declaraciones y flotillas de payasos financiadas por Hamás. No durarían un segundo bajo el control de cualquier liderazgo palestino, pero los defienden como si se tratara de una sociedad abierta, plural y benevolente. Incluso han ignorado a los palestinos que se oponen a Hamás o que han sufrido torturas por intentar llevar comida a sus comunidades.

Peor aún, han dado la espalda a las víctimas de verdaderos genocidios y limpiezas étnicas —en Sudán, Congo, Nigeria o Ucrania— y a los oprimidos por regímenes como el de Irán, donde una mujer puede ser asesinada por llevar mal el velo. ¿Dónde están las feministas woke cuando se trata de Irán? Su silencio es ensordecedor.

Su cobardía y su alianza con el terrorismo han quedado al descubierto. Han justificado los peores crímenes contra los judíos mientras hacen la vista gorda ante atrocidades en otras partes del mundo. No merecerán ser salvados cuando el islamismo que han alimentado destruya la Europa que tanto dicen amar. No nos olvidaremos de ellos. La historia los recordará como a aquellas basuras que durante la Segunda Guerra Mundial, sin ser nazis, colaboraron con ellos, señalando judíos escondidos 

Han escupido sobre los sacrificios de quienes lucharon por la libertad. Todo por fama, por sentirse «rebeldes» contra un supuesto «opresor», por aliviar la culpa de sus vidas privilegiadas o por complacer a quienes los financian desde Qatar.

Israel, mal que les pese, se fortalecerá. Pasará a la historia como el país que intentó salvar la civilización occidental mientras estos hipócritas alimentaban a su verdugo. No nos olvidaremos de ellos. Sus nombres quedarán grabados como los traidores que ayudaron a destruir un continente, una civilización y la libertad.

Artículo por: Leandro Fleischer

Detalles de contacto
ACOM Web