Juan Uslé. Ese barco en la montaña: cuarenta años de travesía pictórica.
El Museo Reina Sofía dedica de nuevo una gran exposición a uno de los artistas españoles de mayor proyección internacional. «Juan Uslé. Ese barco en la montaña» se podrá visitar en la planta 1 del edificio Nouvel desde el 26 de noviembre de 2025 hasta el 20 de abril de 2026. Veinte años después de la muestra Open Rooms (2003), el museo propone una antológica que revisa cuatro décadas de trabajo de Uslé.
Un recorrido circular entre familias y épocas.
La exposición se articula en once salas dispuestas en forma de circuito, de manera que el visitante puede empezar en cualquier punto y recorrerla hacia delante o hacia atrás. La estructura es circular, donde la cronología se teje con las interrelaciones entre series o “familias” de obras. Uslé distingue distintas familias como Celibataires, Rizomas, Nemasté, Manthis, The Last Dreams of Captain Nemo o Soñé que revelabas. Aunque aparentemente dispares, todas mantienen una coherencia interna y evidencian la versatilidad del artista.
Cerca de cien obras pictóricas y fotográficas procedentes de colecciones públicas y privadas, así como del fondo conservado por Juan Uslé y su pareja Victoria Civera, dialogan en este viaje. La muestra abarca desde los trabajos de sus inicios, marcados por tonos oscuros, hasta las composiciones líricas y rítmicas de los últimos años. Uslé explora la abstracción lírica, donde la pintura se convierte en respiración, pulso y memoria. El recorrido conecta vida y obra: establece paralelismos entre periodos y familias y permite apreciar cómo evoluciona su lenguaje visual.
Un punto de partida: el hundimiento del Elorrio.
La exposición parte de un recuerdo infantil que marcó a Uslé: el hundimiento del buque Elorrio en 1960 frente a la costa de Langre, cerca de su casa en Cantabria. Este hecho traumático se convierte en hilo conductor y da título a la muestra: ese barco varado en la montaña remite a un naufragio que nunca abandona la memoria del artista. La exposición rastrea cómo esta experiencia se filtra en sus obras y cómo Uslé atraviesa a su vez el Atlántico en 1987 para instalarse en Nueva York, manteniendo desde entonces una vida entre Cantabria y la Gran Manzana.
Donación de obras y catálogo.
Durante la presentación a la prensa, el director del museo Manuel Segade anunció la donación de tres obras de Uslé que se encontraban en depósito —Guess‑who, Pio‑Peo y Engo‑Engo (1992)— y que ahora pasan a formar parte de la Colección de manera permanente. Estas piezas, exhibidas en Documenta IX de 1992, pueden verse en la sala 4 de la muestra. Además, el museo ha publicado un catálogo con textos de Ángel Calvo Ulloa, Érik Bullot y Andrea Soto Calderón, junto con una conversación sostenida entre Uslé y Kevin Power.
Entre lo vivido y lo soñado
La selección incluye obras inspiradas en su tránsito atlántico, series tempranas como Nemasté o Rizomas, y la emblemática Soñé que revelabas, que ha definido el estilo de Uslé en las últimas tres décadas. También se presentan fotografías que el artista desarrolló a partir de los años noventa, culminando en la instalación Línea Dolca, que ocupa las salas 9 y 10. El itinerario sitúa al visitante entre la consciencia plena y lo onírico, mostrando cómo el artista conjuga gestualidad y geometría, color y memoria.
Uslé describe la muestra como “un viaje, un periplo” en el que el discurso físico de las salas recuerda a un óvalo o espiral que se puede iniciar en cualquier punto. Su comisario, Ángel Calvo Ulloa, propone no separar las pinturas por familias sino por periodos, creando una tensión eléctrica que conecta la última sala con la primera. Este enfoque busca que cada visita sea un retorno al origen y una invitación a descubrir nuevas conexiones en una obra que sigue trazando rutas entre lo vivido y lo soñado.
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