20 años después: la memoria de Rosario y el reto de erradicar la aporofobia - HOGAR SÍ

Compatibilidad
Ahorrar(0)
Compartir

20 años después: la memoria de Rosario y el reto de erradicar la aporofobia

Hace veinte años, la vida de Rosario Endrinal fue arrebatada de la forma más cruel. Rosario fue asesinada mientras se encontraba en un cajero por el hecho de encontrarse en situación de sinhogarismo. Su asesinato nos estremeció como sociedad, pero también nos dejó frente a un vacío: no teníamos palabras ni herramientas para nombrar lo que había ocurrido. La aporofobia no existía en nuestro marco legal, no había agravantes específicos, ni siquiera el término estaba recogido en el Código Penal. Era un crimen cuya brutalidad era evidente, pero jurídicamente quedaba en la sombra.

El acto contra Rosario nos impactó porque lo vimos. La agresión se hizo visible, se compartió y difundió, y ese fue un elemento fundamental para que la sociedad reaccionara. Una de las labores del Observatorio HATEnto es precisamente esa: que la violencia, a veces sutil y cotidiana, y otras veces brutal, no se deje de ver. Porque lo que no se ve parece que no existe, y lo que parece que no existe no se combate.

Hoy, el panorama es distinto. Hemos avanzado: la aporofobia está reconocida, contamos con instrumentos para perseguirla y sancionarla. Sin embargo, las herramientas legales no son suficientes para solucionar esta grave situación. En muchas ocasiones, los procedimientos de denuncia y judicialización no están adaptados a la situación vital de las personas en situación de sinhogarismo. Muchas no consideran la denuncia como una respuesta posible, y otras perciben los procesos judiciales como estrategias demasiado hostiles y poco útiles para reparar el daño sufrido.

Desde el Observatorio HATEnto, en lo que llevamos de año, hemos derivado 17 casos muy graves de presuntos delitos de odio a la Fiscalía y 25 casos asesorados por el Observatorio por consultas en materia de discriminación. Y sabemos que son solo la punta del iceberg: muchos casos permanecen invisibles, sin denuncia, sin voz.

Veinte años después, la pregunta no es exactamente la misma, pero debe ser más profunda y especializada: ¿cómo reparar el daño de manera efectiva para la víctima? y, sobre todo, ¿cómo transformar las estructuras sociales para que estas violencias no se reproduzcan? Erradicar la aporofobia no es solo un objetivo jurídico, es un reto social y cultural de gran magnitud. Porque su influencia sobre el sinhogarismo es enorme, y mientras exista, seguirá alimentando la exclusión y la violencia.

Desde el Observatorio HATEnto nos comprometemos a seguir trabajando para conseguir este objetivo: que ninguna persona vuelva a sufrir violencia por el hecho de no tener hogar, ni vea condicionada su salida del sinhogarismo por la existencia de una aporofobia permanente e institucionalizada. Queda mucho por hacer. Pero también queda la memoria de Rosario, que nos recuerda cada día por qué no podemos rendirnos.

Marina Sánchez, responsable del Observatorio de Delitos de Odio contra personas en situación de sinhogarismo, HATEnto

Fotografía: La Vanguardia

¿QUIERES CONOCER MÁS SOBRE HOGAR SÍ?

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Detalles de contacto
Ana Petrelli Petroff