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IA en redes sociales 2025: cómo la usan los profesionales del marketing educativo para crear y optimizar contenido

IA en redes sociales 2025: cómo la usan los profesionales del marketing educativo para crear y optimizar contenido

17 diciembre, 2025

Cuando pensamos en inteligencia artificial aplicada a las redes sociales, es fácil imaginar un futuro de automatización total, donde los robots escriben, publican y responden por nosotros. La idea de una eficiencia sin fricción es atractiva, pero la realidad, como suele ocurrir, es mucho más compleja y fascinante. El informe «El estado de la IA en redes sociales 2025» de Metricool se sumerge en el día a día de miles de profesionales del sector —desde freelancers (39%) y agencias (12%) hasta gestores de redes sociales (27%) y emprendedores (25%)— para descubrir cómo están utilizando realmente estas herramientas. Los resultados no solo confirman algunas sospechas, sino que revelan varias paradojas y verdades contraintuitivas que señalan a una industria en una fase de adopción tecnológica muy específica: entusiasta, pero todavía inmadura. Toma nota porque este estudio dibuja un panorama muy diferente al que podríamos esperar y que nos puede ayudar a ajustar la perspectiva sobre el presente (y no el futuro) de la IA en el social media de los centros educativos.

1. La IA ya no es opcional, es el estándar de la industria

Olvídate de la idea de que la IA es una tendencia emergente o una herramienta para innovadores. La adopción es masiva y está completamente consolidada. El dato clave del estudio es que un 96% de los profesionales de social media ya utilizan la IA en su trabajo.

Más revelador aún es la frecuencia: un 72,46% la usa a diario. Esto significa que la IA ha dejado de ser una ventaja competitiva para los early adopters y se ha convertido en una herramienta fundamental integrada en el flujo de trabajo diario del sector. No usarla ya no es una opción, es quedarse atrás.

La competencia ya no se basa en si se usa la IA, sino en la sofisticación con la que se integra en la estrategia.

2. Se usa más como un compañero creativo que como un robot automatizador

La creencia popular es que el gran valor de la IA reside en automatizar tareas tediosas. Sin embargo, los datos desmontan este mito. Los usos más comunes son «Generar ideas de contenido» (77,9%) y «Escribir textos» (72,46%).

En contraste, los usos menos frecuentes son los que asociamos con la automatización pura, como «Responder comentarios» (17,39%) o «Automatizar tareas repetitivas» (19,93%). Esto es muy revelador: los profesionales no están usando la IA para reemplazar el trabajo, sino para aumentarlo. La están tratando como un socio para la lluvia de ideas y un catalizador para la creatividad. Esto se refleja en testimonios de profesionales que la usan para perfeccionar el mensaje en un segundo idioma o para complementar las ideas tareas que potencian la creatividad humana en lugar de sustituirla.

El futuro de la IA en marketing no es la sustitución, sino la simbiosis. Las herramientas que mejor potencien la creatividad humana serán las que dominen el mercado.

3. La gran paradoja: aman la velocidad, pero desconfían de la calidad

Aquí encontramos la principal tensión que viven los profesionales del sector. Por un lado, el beneficio más aclamado es la eficiencia: casi 8 de cada 10 (78,99%) afirman que la IA les permite crear más contenido en menos tiempo. La velocidad es el gran imán.

Pero, por otro lado, el mayor freno para su adopción generalizada es la preocupación por la calidad del contenido generado (45,29%). No se trata solo de un problema técnico, sino estratégico. Los profesionales se enfrentan a la presión de producir más mientras salvaguardan la voz de marca y la autenticidad, tareas que siguen siendo fundamentalmente humanas.

La habilidad más valiosa no será la de generar contenido con IA, sino la de editarlo y curarlo con un criterio estratégico impecable.

4. El gasto no refleja el uso: la mayoría de los profesionales no paga por la IA

Este es uno de los hallazgos más contraintuitivos del informe. A pesar de que su uso es masivo y diario, el presupuesto destinado a estas herramientas es mínimo. Un sorprendente 52% de los usuarios solo utiliza versiones gratuitas, con un presupuesto de 0 €. Además, el 62% no tiene previsto aumentar su inversión en herramientas de IA el próximo año.

Esta reticencia a pagar no es uniforme; mientras que más de la mitad de los freelancers (53,7%) y los equipos de marketing (57,14%) solo usan herramientas gratuitas, las agencias están más dispuestas a invertir, con un 40,63% combinado que gasta más de 21 € al mes. Esto sugiere una brecha en la percepción de valor, donde las operaciones a mayor escala o de cara al cliente ven un ROI más claro en las funciones de pago.

Las empresas de herramientas de IA que no ofrezcan un valor añadido claro y medible en sus planes de pago lucharán por convertir a la gran mayoría del mercado.

5. Creen que funciona, pero más de un tercio no lo mide

Existe una notable desconexión entre la percepción sobre el rendimiento de la IA y su medición real. Los datos muestran que 6 de cada 10 profesionales afirman que el contenido creado con IA rinde igual (38%) o incluso mejor (21%) que el contenido creado íntegramente por humanos.

Sin embargo, esta confianza parece basarse más en la intuición que en los datos, ya que un 36% de los mismos encuestados admite que no sabe o no mide el rendimiento de dicho contenido. Esta brecha indica que la industria se encuentra en una fase de adopción entusiasta, pero aún inmadura en términos de analítica. Se confía en la herramienta, pero todavía falta rigor para respaldar esas creencias con métricas sólidas.

La próxima frontera para la adopción de la IA será la analítica. Los profesionales que logren conectar la generación de contenido con métricas de rendimiento tangibles obtendrán una ventaja decisiva.

El informe pinta un cuadro claro: los profesionales han adoptado la IA por su velocidad e inspiración, pero se frenan a la hora de invertir y confiar plenamente en ella por las dudas sobre la calidad y la falta de métricas claras de ROI. Esta tensión define la era actual. La IA nos ha hecho más rápidos, pero la pregunta clave, que aún se mide más por intuición que por analítica, es si nos hará más efectivos.

Como conclusión, estas cinco verdades encajan de forma muy directa con la realidad del marketing educativo, un ámbito donde la presión por comunicar más y mejor convive con la necesidad de preservar la credibilidad, la coherencia institucional y la confianza de estudiantes y familias. La IA ya es una herramienta habitual en la generación de contenidos, pero su verdadero valor no está en automatizar la comunicación educativa, sino en potenciar la reflexión estratégica, acelerar los procesos creativos y liberar tiempo para el criterio humano. En un sector donde la reputación, la autenticidad y el rigor son activos críticos, la clave no será producir más mensajes, sino producir mejores mensajes, medir su impacto real y utilizar la IA como apoyo —nunca como sustituto— de una estrategia de marketing educativo sólida, consciente y alineada con el proyecto pedagógico de cada institución.

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Ana Verónica García Sánchez