La transformación digital del sector sanitario avanza a un ritmo sin precedentes. La inteligencia artificial se ha incorporado de manera creciente tanto a los procesos clínicos como a la gestión asistencial, generando beneficios evidentes en términos de eficiencia, precisión diagnóstica y optimización de recursos.
Sin embargo, esta evolución trae consigo un escenario de riesgos jurídicos que el mercado asegurador aún está aprendiendo a encajar. En este contexto, resulta imprescindible analizar cómo responden las pólizas actuales, qué zonas de sombra persisten y en qué medida las aseguradoras españolas están incorporando cobertura específica para estos nuevos supuestos.
Responsabilidad derivada del uso de IA en salud: un marco en expansión
La introducción de sistemas de IA en la práctica clínica plantea un abanico de posibles responsabilidades. La más evidente es la responsabilidad profesional, que surge cuando el profesional sanitario adopta una decisión apoyándose en una recomendación generada por IA que resulta ser errónea. La clave reside en determinar hasta qué punto existió supervisión humana y si la actuación clínica se adecuó a los estándares exigibles.
A ello se suma la responsabilidad por producto, que afecta a fabricantes y proveedores cuando la IA está integrada en dispositivos médicos o en software considerado producto sanitario. En estos casos, los fallos del sistema pueden generar responsabilidad objetiva.
También aparece un espacio contractual cada vez más relevante: los acuerdos entre centros sanitarios y proveedores tecnológicos suelen incluir obligaciones de soporte, niveles de servicio y, en ocasiones, cláusulas de indemnización o transferencia de riesgos.
No debe olvidarse la dimensión de protección de datos. El uso de IA en la gestión de información clínica exige un tratamiento especialmente riguroso bajo el RGPD, y cualquier brecha de seguridad puede derivar en reclamaciones por daños, además de en sanciones administrativas que, en la mayoría de los casos, no son asegurables.
Finalmente, los sesgos algorítmicos abren un capítulo adicional. Un sistema que arroje resultados desiguales para determinados colectivos puede originar tanto daños directos como un riesgo reputacional significativo para los operadores sanitarios.
¿Pueden las pólizas actuales dar respuesta a estos riesgos?
En el panorama actual no existe una póliza única concebida específicamente para riesgos derivados del uso de IA. La cobertura se articula a través de diferentes productos que, combinados, permiten aproximarse a una protección razonable.
Las pólizas de responsabilidad profesional o sanitaria pueden cubrir daños derivados de actuaciones clínicas influenciadas por herramientas de IA, si bien algunas aseguradoras tratan de limitar su alcance cuando intervienen sistemas no validados o no certificados. Es fundamental revisar las exclusiones relativas a tecnologías novedosas.
Los fabricantes y proveedores suelen apoyarse en pólizas de responsabilidad por producto, que responden ante defectos en el software o dispositivo. En el ámbito tecnológico, los seguros de Tech E&O permiten cubrir errores en la prestación de servicios, fallos en algoritmos y daños económicos derivados.
A ello se suman los ciberseguros, cuyo papel se está volviendo central en un entorno en el que los incidentes vinculados a IA se entrelazan con brechas de seguridad y pérdidas de datos de salud. Estas pólizas suelen cubrir desde la respuesta al incidente hasta la responsabilidad derivada del tratamiento de datos.
Por último, los seguros D&O pueden verse activados indirectamente cuando la implementación o la gestión de sistemas de IA conlleva decisiones de gobierno corporativo controvertidas.
El mercado español ante la IA sanitaria: un terreno en transición
Las aseguradoras españolas han identificado los riesgos relacionados con IA como un factor estratégico emergente. Aunque comienzan a ofrecer soluciones híbridas que combinan responsabilidad profesional, cobertura tecnológica y ciberseguridad, lo cierto es que el mercado todavía carece de productos específicamente diseñados para la IA aplicada a la sanidad.
Expertos y autoridades del sector han advertido que las pólizas de responsabilidad sanitaria aún no incorporan cláusulas que contemplen explícitamente el uso creciente de IA generativa o predictiva.
Como consecuencia, determinados escenarios pueden quedar en un limbo de cobertura si no se negocian condiciones particulares.
Las grandes aseguradoras y brokers especializados están desarrollando productos adaptados, pero su aplicación hoy sigue siendo fragmentada y dependiente de negociaciones individualizadas. La estandarización, por tanto, aún se encuentra en fase de evolución.
La influencia de la AI Act en el aseguramiento
El nuevo Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial introduce obligaciones específicas para los sistemas catalogados como de alto riesgo, categoría en la que encajan buena parte de las soluciones médicas basadas en IA. Estas obligaciones incrementarán la exigencia de transparencia, documentación, supervisión y evaluación continua.
Este entorno regulatorio más estricto facilitará, en principio, la determinación de responsabilidad, pero también aumentará las exigencias de cumplimiento que las aseguradoras exigirán a sus asegurados. Los centros sanitarios y proveedores que acrediten procesos sólidos de gobernanza y validación de modelos podrán acceder a condiciones de aseguramiento más favorables.
Buenas prácticas para reducir riesgos y facilitar el aseguramiento
Ante este contexto, resulta aconsejable que centros sanitarios, profesionales y proveedores tecnológicos adopten medidas claras. Es esencial mantener un inventario completo de los sistemas de IA utilizados, revisar las pólizas actuales para detectar posibles exclusiones, negociar cláusulas específicas que cubran errores de sistemas automatizados y reforzar los contratos con proveedores para garantizar niveles adecuados de responsabilidad, validación y actualización del software.
Del mismo modo, la gestión interna del riesgo adquiere un papel determinante: la supervisión humana efectiva, el registro de las decisiones asistidas por IA, la validación periódica de los modelos y una estrategia sólida de ciberseguridad resultan indispensables para minimizar exposiciones y asegurar la respuesta adecuada de las pólizas.
Conclusión: El uso creciente de la inteligencia artificial en el sector sanitario exige una reflexión profunda sobre el modo en que se distribuyen y aseguran los riesgos.
Actualmente, muchas aseguradoras excluyen explícita o implicitamente los riesgos derivados de la IA en sus pólizas estándar, debido a la opacidad y el riesgo sistémico que suponen los modelos de lenguaje y algoritmos, así como la dificultad para calcular primas tradicionales para estos nuevos riesgos.
El mercado asegurador español debe anticiparse a los riesgos derivados del mal uso de la IA en el ámbito sanitario, desarrollando productos específicos, revisando las exclusiones tradicionales y colaborando con reguladores y profesionales sanitarios para garantizar una cobertura justa y responsable. La innovación debe ir acompañada de prudencia, regulación y supervisión para proteger tanto a los asegurados como a los pacientes