Los créditos de carbono como herramienta de sostenibilidad para las empresas - Mutter

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¿Sabes qué son los créditos de carbono? En un mundo cada vez más consciente del impacto ambiental de la actividad humana, la sostenibilidad se ha convertido en un pilar fundamental para las empresas de todos los sectores. La necesidad de adoptar prácticas que minimicen el daño ecológico y promuevan un futuro más verde no es solo una cuestión de responsabilidad social, sino también una estrategia empresarial inteligente.

A medida que los consumidores se vuelven más conscientes del medio ambiente, demandan productos y servicios que respeten estos valores, lo cual ha llevado a una evolución significativa en la forma de operar de las compañías. La economía y la producción están, por lo tanto, alineándose más estrechamente con los principios de sostenibilidad, incentivando a las empresas a innovar y adaptarse para reducir su huella ecológica y su impacto en el planeta.

Sin embargo, a pesar del esfuerzo mundial por reducir las emisiones, la voracidad por el crecimiento económico y la maximización de beneficios a menudo chocan con la sostenibilidad ambiental, dejando un saldo negativo en la calidad del aire, la contaminación del agua y la degradación de los ecosistemas. A menos que se implementen medidas efectivas y se adopten tecnologías más limpias, el dilema entre desarrollo industrial y preservación del medio ambiente seguirá siendo un desafío crítico para las generaciones presentes y futuras.

¿Una de las soluciones? Los créditos de carbono

Una de las estrategias que las empresas están utilizando con mayor frecuencia para ser más sostenibles es la compra de créditos de carbono. Como se sabe, uno de los elementos más contaminantes para la atmosfera es el CO2, que es lo que hace que se produzcan el calentamiento global y los climas extremos. Pero más allá de su impacto en el medio ambiente, también se le ha puesto un precio de mercado, que tiene que ver con los créditos de carbono.

Esta práctica permite a las empresas compensar sus emisiones de carbono invirtiendo en proyectos ambientales en todo el mundo que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero. Los créditos de carbono funcionan bajo el sistema de «cap and trade», donde las empresas que logran reducir sus emisiones por debajo de cierto límite pueden vender sus créditos excedentes a otras que necesitan compensar sus propias emisiones.

Dicho de otra manera: un crédito de carbono es como un permiso para poder producir una tonelada de dióxido de carbono o su equivalente con otro gas de efecto invernadero. Los créditos de los cuales dispone una empresa son limitados, y pueden adquirirse o bien comprándoselos a otra entidad o bien, como se ha dicho, llevando a cabo proyectos de paliación de la contaminación.

La inversión en créditos de carbono no solo ayuda a las empresas a cumplir con las regulaciones y objetivos de sostenibilidad, sino que también les permite apoyar proyectos con beneficios ambientales tangibles, como la reforestación, la protección de ecosistemas y la generación de energía renovable. Este enfoque no solo contribuye a la lucha contra el cambio climático sino que también puede mejorar la imagen pública de la empresa y fomentar una mayor lealtad entre los consumidores conscientes del medio ambiente.

Orígenes y desarrollo

El concepto de créditos de carbono tomó forma a nivel internacional con el Protocolo de Kioto en 1997, el primer tratado global que estableció objetivos vinculantes de reducción de emisiones para los países desarrollados. Bajo el Protocolo de Kioto, se introdujeron mecanismos de mercado, como el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) y la Implementación Conjunta (IC), permitiendo a los países cumplir con sus cuotas de emisión de manera flexible.

Posteriormente, el Acuerdo de París de 2015 reforzó el compromiso global con la reducción de emisiones, aunque con un enfoque más descentralizado y basado en compromisos nacionales determinados (NDCs por sus siglas en inglés). Aunque el Acuerdo de París no establece un sistema global de comercio de carbono, incentiva a los países a establecer sus propios mecanismos para cumplir con los objetivos de emisiones, lo que puede incluir el uso de créditos de carbono.

Regulación y funcionamiento

Los créditos de carbono se regulan tanto a nivel internacional como nacional a través de varios acuerdos y legislaciones. A nivel internacional, el Protocolo de Kioto y el Acuerdo de París proporcionan el marco y los incentivos para que los países desarrollen sus propios sistemas de comercio de emisiones o participen en esquemas globales. Nacionalmente, muchos países han establecido sus propios sistemas de comercio de emisiones (ETS) o han implementado impuestos al carbono, que también pueden interactuar con los mercados globales de créditos de carbono.

Los créditos de carbono funcionan en un sistema de «cap and trade«, donde a las empresas se les asigna un límite (cap) de emisiones. Aquellas que reducen sus emisiones por debajo de este límite pueden vender sus créditos excedentes en el mercado a otras empresas que necesitan compensar sus emisiones.

Adopción de los créditos de carbono

La adopción de créditos de carbono varía ampliamente entre diferentes industrias y regiones. Sectores como la aviación, la energía y la manufactura han sido participantes activos en los mercados de créditos de carbono, especialmente en regiones con sistemas ETS establecidos, como la Unión Europea, California y el noreste de EE. UU. (a través del RGGI).

A nivel mundial, el mercado de carbono ha mostrado un crecimiento significativo. Según el informe Ecosystem Marketplace’s State of the Voluntary Carbon Markets 2022 de Ecosystem Marketplace, el mercado voluntario de carbono llegó a cuadriplicar su valor con respecto a los años anteriores, lo que indica un aumento significativo en la participación y el interés por parte de las empresas en los créditos de carbono como herramienta para compensar sus emisiones de gases de efecto invernadero.

Aunque no se dispone de un porcentaje exacto de empresas que utilizan créditos de carbono, el interés y la participación en el mercado de carbono han ido en aumento, impulsados por la presión regulatoria, las demandas de los consumidores por prácticas sostenibles y el reconocimiento de las oportunidades económicas que representa la transición hacia una economía baja en carbono. Este crecimiento se espera que continúe a medida que más países y regiones establezcan y expandan sus sistemas de comercio de emisiones y objetivos de reducción de carbono.

En Mutter Ventures, como empresa creadora de modelos de negocio sostenibles, estamos totalmente comprometidos con los proyectos que cuidan el ecosistema. Además, creemos firmemente en la digitalización y en la implementación de tecnología sostenible y accesible, algo que incorporamos en nuestro ADN cada vez que creamos un nuevo proyecto para lanzarlo al mercado.

Recapiti
José A. Lavilla