Pueblos bonitos de Asturias: Lo mejor de la provincia | Noergia Marketing Digital

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Asturias, una comunidad autónoma situada en el norte de España, es un tesoro de paisajes verdes, acantilados que se desploman en el mar Cantábrico y pequeños pueblos llenos de historia y encanto. Este artículo te llevará a través de algunos de los pueblos más bonitos de Asturias, donde la belleza natural se encuentra con tradiciones ricas y una gastronomía inigualable.

Cudillero, un anfiteatro natural

Cudillero, conocido por su anfiteatro natural que desciende hacia el mar, es un pueblo cuya historia y cultura están íntimamente ligadas al mar Cantábrico. Las casas coloridas, apiladas unas sobre otras en las laderas, cuentan historias de generaciones de pescadores. La tradición oral, las leyendas de brujas y los «pixuetos» (nombre local para los habitantes de Cudillero), junto con la arquitectura peculiar de sus calles y plazas, reflejan un rico tapiz cultural que se ha tejido a lo largo de los siglos. La visita a la capilla del Humilladero y el paseo por el puerto, donde aún se reúnen los pescadores al atardecer, son maneras vivas de experimentar la cultura única de Cudillero.

Llanes, entre el mar y la montaña

Llanes captura la esencia de Asturias, con sus impresionantes playas a un lado y las cumbres de los Picos de Europa al otro. Llanes ostenta algunas de las playas más bellas y singulares de Asturias, donde el mar Cantábrico se encuentra con la costa de una manera espectacular. La Playa de Toró, con sus formaciones rocosas que emergen del agua, crea paisajes casi lunares, mientras que Gulpiyuri, una playa interior declarada monumento natural, sorprende a sus visitantes con su existencia casi mágica. Las playas de Poo y Barro, con sus aguas tranquilas, son perfectas para familias, y la Playa de Cuevas del Mar destaca por las cuevas naturales y los arcos en sus acantilados. Estas playas no solo ofrecen belleza natural, sino también la oportunidad de disfrutar de deportes acuáticos y la cercanía con la naturaleza. El casco histórico, con su muralla medieval y palacios, te transportará a otra época.

Lastres, el balcón del Cantábrico

Conocido por muchos gracias a la serie de televisión «Doctor Mateo», Lastres ofrece panorámicas espectaculares del mar desde sus calles empinadas. La gastronomía de Lastres se distingue por su riqueza marítima, donde los frutos del Cantábrico son los indiscutibles protagonistas. Platos como la fabada asturiana se encuentran junto a especialidades locales como el caldero (guiso de pescado), la merluza a la sidra y los mariscos frescos, destacando las andaricas (nécoras) y los oricios (erizos de mar). Los restaurantes y sidrerías de Lastres ofrecen miradores al mar, donde degustar estos manjares se convierte en una experiencia para el recuerdo, maridando perfectamente con la tradicional sidra asturiana, escanciada con maestría.

Tazones, historia marítima y dinosaurios

Este pequeño puerto tiene una gran historia, incluyendo la llegada de Carlos V a España. En las inmediaciones de Tazones, los aficionados a la paleontología y a la historia natural encontrarán un auténtico tesoro: las huellas de dinosaurios. Estos icnitas, situados en la Playa de la Griega y otras zonas cercanas, son evidencia de la antigua presencia de estos gigantes en la región. Las huellas, algunas de las cuales datan de hace más de 100 millones de años, están perfectamente conservadas y se han convertido en una de las principales atracciones turísticas. Observar estas impresiones fósiles ofrece una ventana única al pasado, donde la magnitud de la historia natural de Asturias se hace palpable.

Potes, en el corazón de los Picos de Europa

Potes es un punto de encuentro para exploradores de los Picos de Europa. Potes, conocido como la capital de la comarca de Liébana, destaca por su rica arquitectura y sus monumentos históricos. El Torreón de Orejón de la Lama, datando del siglo XV, y la iglesia de San Vicente, son ejemplos destacados del patrimonio que alberga este pueblo. Potes sirve como un libro abierto a la historia medieval de la región, con sus puentes de piedra sobre el río Quiviesa y el Deva, y sus calles estrechas y empedradas que conducen a plazas donde el tiempo parece haberse detenido. Este patrimonio arquitectónico, junto con el impresionante paisaje de los Picos de Europa que lo rodea, hace de Potes un lugar de visita obligada. No olvides probar el cocido lebaniego, un plato típico de la región.

Ribadesella, belleza natural y prehistoria

Además de su famoso Descenso Internacional del Sella, Ribadesella es hogar de la Cueva de Tito Bustillo, un santuario prehistórico de arte rupestre. Esta cueva es uno de los conjuntos de arte rupestre más importantes del mundo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este santuario prehistórico, descubierto en 1968, alberga pinturas y grabados que datan de hace 22.000 a 10.000 años antes de nuestra era. Las representaciones de animales, signos y figuras humanas proporcionan un testimonio invaluable sobre la vida y el pensamiento de las comunidades de cazadores-recolectores del Paleolítico. La visita a la cueva es una experiencia única, que ofrece una profunda conexión con los ancestros y sus formas de expresión artística y espiritual. A parte de esto, Ribadesella tiene playas y una ría que ofrecen actividades al aire libre para todos los gustos.

Luarca, la Villa Blanca de la Costa Verde

Luarca es conocida por su puerto pesquero, el faro y el cementerio marino, uno de los lugares más poéticos de Asturias. Luarca, la Villa Blanca de la Costa Verde, también es la cuna de personajes ilustres. Severo Ochoa, Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1959, es quizás el más destacado de ellos, honrado en la localidad con un monumento y un centro cultural que lleva su nombre. Otros personajes destacados incluyen al escritor y periodista Armando Palacio Valdés y al marino y explorador Álvaro de Marichalar. Estas figuras han dejado una huella imborrable en la cultura y la historia de Luarca, contribuyendo a su renombre y orgullo local.

Somiedo, naturaleza en estado puro

El Parque Natural de Somiedo, situado en el corazón de Asturias, es una joya de la biodiversidad y un ejemplo de conservación de los ecosistemas montañosos. Este espacio protegido es famoso por sus valles glaciares, lagos de montaña, bosques de robles y hayas, y la presencia del oso pardo cantábrico. Las brañas, con sus típicas cabanas de teito (techos de paja), son testimonio de las prácticas tradicionales de pastoreo y ofrecen una vista única de la vida rural en armonía con la naturaleza. Somiedo es un destino obligado para los amantes del senderismo, la fotografía de naturaleza y aquellos que buscan un refugio de paz y belleza natural.

Covadonga, espiritualidad y naturaleza

Covadonga es un lugar de peregrinación y un punto de partida para explorar la Basílica de Covadonga y la cueva santa que ofrecen momentos de paz y espiritualidad. Además, allí, en el corazón de Los Picos de Europa se encuentran Los Lagos de Covadonga, Enol y Ercina, son dos de los lugares más emblemáticos de este Parque Nacional. Situados en un entorno de montañas majestuosas, estos lagos glaciares ofrecen paisajes de extraordinaria belleza y son un símbolo de la naturaleza asturiana. La zona alrededor de los lagos es perfecta para la práctica de senderismo, disfrutando de rutas que ofrecen vistas espectaculares y la posibilidad de encontrarse con la fauna local. La visita a los lagos, junto con el Santuario de Covadonga, constituye una experiencia espiritual y natural inolvidable, reflejo de la riqueza cultural y ambiental de Asturias.

Villaviciosa, la capital de la sidra

Su ría y playas, junto con un rico patrimonio histórico, hacen de Villaviciosa un destino imperdible. Pero Villaviciosa es conocida como la capital de la sidra por algo. Este lugar invita a los visitantes a descubrir la tradición sidrera a través de su famosa Ruta de la Sidra. Una experiencia que ofrece un recorrido por lagares donde se produce la sidra de manera artesanal, permitiendo conocer el proceso de elaboración desde la recogida de la manzana hasta el escanciado. Las visitas incluyen degustaciones donde se puede apreciar la variedad y riqueza de sabores de la sidra asturiana. Además, Villaviciosa celebra su patrimonio sidrero con festivales y eventos que unen a locales y visitantes en un ambiente festivo, marcando la importancia cultural y económica de la sidra en la región.

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