La historia que todos queríamos contar | Sonrisas de Bombay

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La historia de Lalita es de esas que nos emocionan y nos hacen creer aún más en el trabajo que hacemos desde Sonrisas de Bombay. 

Su vida nunca fue fácil. Tiene 35 años y ha vivido experiencias tan duras e inhumanas que cuesta imaginarlas. Hace 3 años ingresó en la casa Udaan y su futuro se transformó. Finalmente, el pasado 30 de junio se fue de la casa de acogida para vivir por fin la vida que merece.

Un pasado de engaños y amenazas

Lalita nació y creció en el estado de Karnataka. A los 15 años se fugó de casa con un hombre, Arin. Al poco tiempo de estar juntos, el hombre la obligó a prostituirse a cambio de un pago. Lalita no tenía alternativa y aceptó. Cuando al cabo de unos años se quedó embarazada, los dos se mudaron a Bombay donde Lalita siguió siendo explotada por su esposo. Sin embargo, cuando su hija Pari tenía solo un año, se enteró de que su marido ya estaba casado y tenía dos hijos con otra mujer. Esta mujer regresó para buscar a Arin y los dos se fueron, llevándose a su hija con ellos a la región de Madhya Pradesh.

Debido a este cambio abrupto en su vida y la necesidad de dinero, comenzó a trabajar como empleada doméstica  y al mismo tiempo continuó trabajando en la explotada sexualmente. Sin embargo, Arin la seguía amenazando con que enviara dinero, sino, no le permitiría ver ni hablar con su hija. Durante más de 5 años, Lalita transfirió 10.000 rupias cada mes a Arin. Pero la situación empeoró, y ella dejó de enviarle dinero. Fue entonces cuando Arin le prohibió hablar con su propia hija y Lalita supo que tenía que buscar una solución y acudió a Sonrisas de Bombay. 

El reencuentro con su hija

Lalita conoció nuestra organización gracias a un amigo. Cuando conocimos su caso enseguida le propusimos trasladarse a la casa Udaan, para que pudiera sanar sus heridas y formarse para un futuro mejor. 

Ingresó en la casa el 11 de abril de 2021. En ese momento ella solo tenía un objetivo: recuperar a su hija. Con esta misión, el equipo de rescate de Sonrisas de Bombay emprendió acciones legales para que Lalita recuperase a su hija y pudiera vivir con ella en la casa Udaan. Pari también había sido víctima de abuso infantil y todo el equipo de rescate trabajó para conseguir que Lalita tuviera la custodia completa de su hija. Una vez las dos estuvieron a salvo, conseguimos que Pari fuera admitida en una escuela de la zona. 

Su vida en la casa Udaan

Aunque al principio costó un poco, tanto Lalita como Pari se integraron muy bien en las dinámicas de la casa. Lalita ha participado en todas las actividades que se le han propuesto: desde la elaboración de rosas, formaciones de costura, etc. Además, durante su estancia se ha sacado el carnet de conducir.

Se inscribió en un curso de belleza y maquillaje y hoy en día ya es una profesional preparada para hacer su carrera en un salón de belleza. 

Vuelta a casa después de 20 años

Una vez sanada y preparada para un futuro mejor, nos pidió un último favor: quería encontrar a su familia, a quien no había visto desde hacía 20 años. El equipo de rescate se dirigió a Bangalore y tras meses de búsqueda consiguió encontrar a la madre de Lalita. 

Ahora ella vuelve a casa con su familia después de 20 años. No ha sido un camino fácil, pero Lalita por fin es feliz: Pari está inscrita en una nueva escuela y Lalita ha encontrado un trabajo en un salón de belleza.

No mentiremos si os decimos que todo el equipo nos hemos emocionado mucho con su marcha. Hemos visto a Lalita empoderarse y a Pari hacerse mayor. Para nosotros no hay mejor recompensa que ver como vuelven a casa; como dejan Udaan con sus maletas llenas de sueños por cumplir y una vida repleta de nuevas oportunidades. 

Buena suerte Lalita y Pari

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