A qué vino el ministro Óscar Puente a Navarra el 18 de julio? Ni idea. Y la cosa no tendría mayor importancia si no fuese porque el ministro es el actual responsable de tres de los mayores incumplimientos del Estado con nuestra tierra: la no-autovía Tudela-Soria, la no-conclusión de la Autovía del Pirineo y el no-Tren de Alta Velocidad. El ministro vino, la lió en un par de temas, no se comprometió a nada y se fue. Todo, otra vez, ante la mirada sumisa de nuestro Gobierno foral.
Hablemos del TAV. El pasado 14 de abril, el Parlamento Europeo aprobó el Reglamento donde se establecía que la Red Básica de Alta Velocidad europea debía estar concluida y en servicio para el 31 de diciembre de 2030. Pues bien, el Corredor Navarro de Alta Velocidad es Red Básica 2030. A pesar de esto, y a los pocos días de dicha aprobación, el ministro Óscar Puente dijo en el Senado que eso del 2030 para el Corredor Navarro era solo una “indicación” y no una “obligación”. Y los senadores navarros afines al Gobierno aplaudieron con las orejas. Malas noticias para Navarra.
Pero, ¡ojo!, para el resto de las Comunidades Autónomas el mundo ha sido diferente en estos meses: el ministro Puente se fue a Galicia para hablarles no solo de las grandes mejoras que les iban a hacer con la implantación de los nuevos super-trenes Avril, sino para anunciarles que les iban a adelantar algunas de las obras previstas para 2050. En Galicia solo faltaron trompetas para recibir estas noticias por parte del gobierno del PP, los ayuntamientos y la patronal. Poco después, la Secretaria de Transportes se fue a Asturias, donde se acaba de inaugurar el milmillonario túnel de Alta Velocidad de Pajares y donde también han puesto en servicio los Avril, para comunicar al gobierno del PSOE todo lo que van a hacer en estos próximos años.
Antes, el ministro Puente había ido a Cantabria, con gobierno del PP, donde le aseguró a su presidenta que se iban a adelantar en tres años las obras de la conexión con la Red de Alta Velocidad y ha cumplido, pues ya se han licitado los proyectos de construcción (y eso que Cantabria está fuera de la Red Básica 2030 y tendrían que esperar hasta 2050). Al mismo tiempo Óscar Puente ha ratificado su compromiso con la aceleración del TAV a Extremadura y ha resucitado la conexión Madrid-Lisboa por Badajoz, que estaba más muerta que viva, comprometiéndose ahora a que esté en servicio para el año 2034. Del Corredor Mediterráneo ni vamos a hablar, pues la intensa presión de las patronales lideradas por Valencia consiguieron lo que parecía imposible: una vía íntegra de Alta Velocidad entre Portbou y Almería, que se está construyendo a toda velocidad. Para finalizar la tourneé, y antes que venir a Navarra, Puente fue a La Rioja. En Logroño fue recibido con timbales tanto por la patronal como por el gobierno del PP, y allí departieron sobre el proyecto de Castejón a Logroño, que ya ha sido aprobado, a pesar que forma parte de la Red para 2050. O sea, han aprobado antes el Castejón-Logroño que nuestro Zaragoza-Castejón que debería estar en servicio para 2030. ¿Alguien entiende eso?
En cuanto a Navarra, previendo una visita del ministro, los Colegios profesionales de Ingenieros junto con Institución Futuro habían demostrado que, si se quería, el Corredor Navarro de Alta Velocidad, entre Zaragoza, Pamplona y la Y Vasca, podría están construido en su totalidad en 2035. Tras la visita tardía del ministro, solo quedan un montón de vaguedades. Y la repetida monserga de que el gobierno del PSOE ha invertido en el TAV el doble que el PP: el doble de una miseria no es sino una miseria doble: 300 millones en 12 años de algo que cuesta 2.500 millones. Y para más inri, al día siguiente, el día 19, el ministro se fue a Vitoria a presentar una super-plataforma de mercancías en ancho internacional de más de 100 millones de euros. Y aquí, suplicando una para Tudela, que no se hará. Lo que está claro que es que en Navarra seguimos aletargados y enredados por lo lejanísimo y lo menos urgente, que es el debate políticamente contaminado de Ezkio o Vitoria. Si el ministro Puente dijo en Pamplona que la conexión será por Vitoria, el secretario de estado Santano dijo hace pocos días en Euskadi que esta decisión hay que tomarla en “clave vasca, no territorial”, increíble. En todo caso, lo mismo da, porque no la van a ver nuestros ojos.
Mientras, todo lo demás no existe. No existe la exigencia de la inmediata construcción del tramo del TAV de Castejón a Zaragoza que nos conectará al mundo. No existe la exigencia de acabar con el apeadero de la Estación de San Jorge y levantar la nueva Estación de Echavacoiz. Y tan solo tenemos argumentos para la rechifla con el tranvía ferroviario entre Zaragoza y Pamplona, ese tren social y público donde te dejan viajar de pie o sentado en el suelo, como en cualquier país tercermundista. Menos mal que en esto han reculado y nos pondrán otro tren para lo mismo.
Lo dicho, compromisos para todos menos para nuestra tierra. Aquí por no tener, no tenemos ni un solo documento aprobado para poder seguir el TAV desde Campanas hacia arriba, ni desde Castejón hacia Tudela y Zaragoza (por cierto, que en Tudela la han liado buena con la Estación). Tan solo nos van a hacer las conexiones con la vía vieja en Castejón, y luego en Campanas, para seguir circulando por las vías de ancho Renfe.
Un auténtico chollo… que puede durar décadas. La Comunidad foral al margen del desarrollo. Debe ser que el Gobierno de “progreso” de Navarra, con el inestimable lastre de Bildu, ha hecho sus deberes para conseguir que quedemos fuera de la planificación nacional y europea de la Alta Velocidad para 2030.
Por cierto, Maitane está a punto de ser madre de su hijita Irati, esa niña que, con suerte, viajará en TAV cuando tenga más de 40 años. Eso si no se ha ido antes de Navarra.
Álvaro Miranda Simavilla. Ingeniero de Caminos y miembro del think tank Institución Futuro