Es un hito significativo que celebra la dedicación y el compromiso de las Hermanas Hospitalarias en esta región.
Conoce el testimonio de Mónica Villota, jefe de enfermería del Hospital Mental Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de San Juan de Pasto, Colombia.
- ¿Sabías que este año cumplimos 75 años de presencia hospitalaria en América Latina?
Sí, es un hito significativo que celebra la dedicación y el compromiso de las Hermanas Hospitalarias en ofrecer cuidados de salud mental en América Latina durante 75 años. Siendo nuestra casa hospital perpetuo socorro donde inició la misión hospitalaria de las hermanas en Colombia.
- ¿Podrías contarnos sobre tu rol como coordinadora de enfermería en el Hospital Mental Nuestra Señora del Perpetuo Socorro?
Como coordinadora de enfermería, mi rol incluye supervisar al personal de enfermería, asegurar la calidad de los cuidados proporcionados a los pacientes y fomentar un entorno de trabajo colaborativo. También estoy involucrada en la implementación de protocolos de atención y en la gestión de recursos para optimizar el cuidado de los pacientes.
Lidero el proceso del sistema de vigilancia epidemiológica SIVIGILA, y participó en los comités institucionales de Pastoral, Identidad Hospitalaria, calidad, infecciones, docencia, servicio, historias clínicas, entre otros.
- ¿Qué te inspiró a unirte a la misión de las Hermanas Hospitalarias?
Me inspiró profundamente el carisma hospitalario de las Hermanas, que promueve la compasión, el cuidado y el respeto por la dignidad de cada persona. El compromiso con el bienestar mental y emocional de los pacientes resonó conmigo y me motivó a unirse a esta misión.
- ¿Cómo influye el carisma hospitalario en tu trabajo diario y en tus interacciones con los pacientes?
El carisma hospitalario es fundamental en mi enfoque diario. Me guía para tratar a cada colaborador y paciente con empatía y respeto, reconociendo su humanidad y necesidades únicas. Fomentando un ambiente donde cada persona se siente respetada, valorada y cuidada.
- ¿Podrías compartir una experiencia memorable de tu tiempo trabajando en el hospital que encarne el espíritu de la misión hospitalaria?
Una de las experiencias más memorables que he tenido en el hospital fue con una paciente de larga estancia que ha estado con nosotros por más de 30 años.
Antes de comenzar a trabajar aquí, ya había escuchado sobre su historia. Me contaron que, en el pasado, ella solía salir del hospital y era muy conocida en el barrio; los vecinos le daban dulces y saludaban con cariño a “Socorrito”.
Cuando comencé a trabajar en el hospital, tuve la oportunidad de conocerla personalmente. Me esforcé por establecer una conexión con ella y, con el tiempo, logré coordinar visitas de antiguos vecinos y amigos. Fue conmovedor ver cómo estos encuentros revitalizaron su espíritu y trajeron alegría tanto a ella como a su entorno. Esta experiencia reflejó la importancia del apoyo emocional en nuestra misión hospitalaria.
- ¿Qué desafíos enfrentan tú y tu equipo al brindar atención en salud mental y cómo los superan?
Uno de los desafíos más grandes es la estigmatización de los trastornos mentales, aún hay personas que dicen el “asilo de las locas”. Trabajamos constantemente para educar a la comunidad y a los pacientes sobre la importancia del tratamiento y la atención en salud mental. Además, nos enfrentamos a la optimización de recursos, pero superamos estos retos con creatividad y un enfoque centrado en el paciente.
- En tu opinión, ¿cuál ha sido el cambio o desarrollo más impactante en los servicios del hospital durante sus 75 años en Pasto?
Considero que el desarrollo más impactante en los servicios del hospital durante sus 75 años en Pasto ha sido la implementación del enfoque integrativo en el modelo de internación parcial, conocido como «hospital de día». Este modelo se centra en brindar tratamiento a los pacientes sin que estos tengan que apartarse completamente de su entorno familiar y social.
El enfoque ambulatorio de este modelo permite que los pacientes reciban el tratamiento necesario mientras continúan con sus actividades cotidianas, como el trabajo, la escuela o la convivencia familiar. Esto no solo ayuda a mantener su funcionalidad social, sino que también les proporciona una red de apoyo esencial durante su proceso de recuperación. Este cambio hacia una atención más ambulatoria ha sido especialmente significativo en el campo de la salud mental, ya que permite una intervención más flexible y menos disruptiva para los pacientes, mejorando así su calidad de vida y facilitando una recuperación más integral y sostenible.
- ¿Cuáles son tus esperanzas y aspiraciones para el futuro del Hospital Mental Nuestra Señora del Perpetuo Socorro?
Espero que sigamos expandiendo y mejorando nuestros servicios, promoviendo una mayor concienciación y aceptación de la salud mental en la comunidad. Aspiro a que el hospital continúe siendo un faro de esperanza y cuidado para todos aquellos que lo necesiten en el sur del país.