Coliving: las claves sobre la revolución residencial del futuro

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7 de octubre de 2024 / Por Ana Arnau

En una era donde las ciudades crecen rápidamente y los espacios habitables se reducen, los conceptos de coliving y cohousing están emergiendo como alternativas innovadoras que no solo optimizan el uso del espacio, sino que también ofrecen respuestas a los desafíos económicos, sociales y medioambientales de hoy. Estas formas de convivencia representan mucho más que una solución práctica; son una revolución en la manera en que entendemos el hogar y la comunidad. En un mundo donde la conexión humana es cada vez más valiosa, estos modelos habitacionales responden a una necesidad profunda: sentirnos parte de algo más grande mientras redefinimos nuestras relaciones y el lugar al que llamamos hogar.

La Carbonería en Barcelona por OSS Office for Strategic Spaces de Ángel Borrego Cubero
Fotografía: Simona Rota

Un nuevo estilo de vida

Imagina despertar cada mañana en un espacio que equilibra a la perfección lo privado y lo comunitario. Un lugar donde tu hogar no termina en la puerta de tu dormitorio, sino que se extiende a una serie de áreas compartidas diseñadas para que puedas vivir rodeado de personas con tus mismas inquietudes, con quienes compartir momentos, ideas y proyectos. Eso es el coliving, un modelo de vida que está transformando las ciudades, dándonos acceso a una vida urbana más asequible y enriquecedora.

Según el informe The New Habitat de APE Group, este fenómeno está ganando fuerza a un ritmo impresionante, con un crecimiento proyectado del 51,9% en los próximos cinco años. El coliving está reimaginando el espacio urbano y lo mejor de todo es que lo hace sin sacrificar el estilo ni la calidad de vida. En lugar de vivir aislados, estamos abrazando un estilo de vida más comunitario y colaborativo, donde las áreas comunes no son una obligación, sino una oportunidad para crear lazos y disfrutar de la vida al máximo.


Casa Burés en Barcelona por Estudio Vilablanch y TDB Arquitectura
Fotografía: Jordi Folch

Espacios que enriquecen el alma

El secreto del éxito del coliving radica en el equilibrio perfecto entre la privacidad y la comunidad. Cada residente cuenta con un espacio íntimo y personal —un pequeño refugio de tranquilidad—, pero al mismo tiempo, tiene acceso a una serie de zonas comunes, pensadas para inspirar creatividad, interacción y bienestar. Estos espacios compartidos no son meras áreas funcionales: son salones de diseño, cocinas abiertas donde la luz natural inunda el espacio, terrazas y jardines donde cada rincón invita al descanso y la conversación.


Casa Burés en Barcelona por Estudio Vilablanch y TDB Arquitectura
Fotografía: Alejo Bagué

Para los diseñadores y arquitectos, esta tendencia abre un abanico de posibilidades. Los dormitorios, antes simples áreas de descanso, se han transformado en «minicasas» dentro del hogar, con mobiliario cuidadosamente seleccionado para maximizar el confort. El diseño de interiores está siendo reimaginado para lograr que cada detalle inspire, desde los muebles modulares hasta los colores cálidos y acogedores que invitan a quedarse. Además, los espacios comunes se equipan pensando no solo en su belleza estética, sino también en su durabilidad y funcionalidad, sabiendo que deben ser tan cómodos como versátiles.


Casa Burés en Barcelona por Estudio Vilablanch y TDB Arquitectura
Fotografía: Jordi Folch

Una apuesta más accesible, sostenible y consciente

Así pues, el coliving y el cohousing no solo son soluciones a la crisis de vivienda en las grandes ciudades, sino que también están a la vanguardia de un movimiento más grande: el de la sostenibilidad. En un mundo donde cada metro cuadrado cuenta, estos modelos potencian el uso del espacio sin comprometer el diseño ni el confort. Desde la proyección de microviviendas hasta la integración de tecnologías ecoeficientes, cada detalle está pensado para reducir el impacto ambiental y ofrecer un estilo de vida más responsable y consciente.

Las inversiones en coliving han alcanzado cifras récord, superando los 963 millones de euros en 2022, lo que deja claro que este modelo está lejos de ser una moda pasajera. Los hoteleros, arquitectos y diseñadores están viendo en esta tendencia una oportunidad para repensar la vivienda urbana y ofrecer soluciones que no solo sean atractivas, sino también accesibles y sostenibles.

Resa por Masquespacio en Bilbao

Por su parte, el diseño interior también está adaptándose a esta nueva realidad. La calidad y durabilidad son esenciales, pero sin perder de vista la estética. Los muebles modulares, los acabados sostenibles y los espacios versátiles que se adaptan a diferentes usos son fundamentales para crear un hogar que refleje tanto el gusto individual como el espíritu comunitario. Porque el futuro del diseño y la arquitectura residencial no se trata solo de crear edificios más eficientes, sino de crear espacios que nutran el alma, que nos hagan sentir en casa. Espacios que nos inviten a compartir, a colaborar, a disfrutar del día a día y a construir una comunidad donde cada detalle está pensado para hacer nuestra vida más rica y plena.

Modulus Matrix, un proyecto de Peris+Toral Arquitectes en Cornellá
Fotografía: José Hevia

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Ana Arnau