Análisis de situación de los puntos de recarga eléctricos en España

En los últimos años, el crecimiento del parque de vehículos eléctricos ha sido notable en Europa, impulsado por políticas medioambientales, incentivos fiscales y una mayor conciencia sobre la necesidad de reducir las emisiones de gases contaminantes, todos tenemos en nuestra cabeza fechas como 2035 y 2050, claves para el sector en su conjunto atendiendo a los planes de descarbonización europeos. Por ejemplo, la cuota de mercado de vehículos eléctricos (VE) en las matriculaciones en España es de alrededor del 5,2% del total, en Portugal el 17%, en Francia el 34% y en Italia el 4%, disparándose a positivo en los países nórdicos.

Sin embargo, el desarrollo de una infraestructura adecuada para el recargado de estos vehículos no ha avanzado al mismo ritmo en todos los países. Veremos la situación en España y la compararemos con algunos países europeos.

1. España y el reto de la infraestructura de recarga: mucho camino por recorrer frente a sus vecinos europeos

El coche eléctrico se ha consolidado en Europa como una de las soluciones clave para alcanzar los objetivos de sostenibilidad y reducción de emisiones marcados por la Unión Europea. En este sentido, países como Países Bajos, Alemania y Francia han mostrado un fuerte compromiso con el despliegue de infraestructuras de recarga, favoreciendo la adopción del vehículo eléctrico (VE) en sus territorios. Sin embargo, en España, a pesar del crecimiento registrado en los últimos años, el país aún se enfrenta a importantes desafíos en la expansión de su red de puntos de recarga, quedando rezagado frente a sus homólogos europeos.

A finales de 2023, España contaba con alrededor de 45.000 puntos de recarga eléctricos públicos para vehículos eléctricos, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC). Este número ha aumentado considerablemente en los últimos años, gracias a la inversión tanto pública como privada, y al impulso de normativas europeas que exigen una mayor infraestructura para vehículos eléctricos. Sin embargo, esta cifra es aún insuficiente para satisfacer las necesidades de la creciente flota de coches eléctricos que circulan por el país. Existe un compromiso que en 2026 las vías rápidas españolas han de tener al menos una estación de recarga cada 60 km.

Uno de los principales desafíos en España es la distribución desigual de los puntos de recarga eléctricos. Mientras que en grandes ciudades como Madrid y Barcelona se encuentran más estaciones de carga, en muchas zonas rurales o pequeñas localidades la infraestructura es prácticamente inexistente. Esta falta de puntos de recarga eléctricos en áreas menos pobladas desincentiva la adopción del vehículo eléctrico, ya que los usuarios temen no poder encontrar puntos de carga en sus trayectos.

Además, otro reto importante es la velocidad de los cargadores eléctricos. Muchos de los puntos de recarga en España son de carga lenta o semi rápida, lo que requiere más tiempo para completar la recarga del vehículo. Aunque en los últimos años se han instalado estaciones de carga rápida, sobre todo en áreas urbanas y en las principales vías rápidas, la cantidad sigue siendo limitada en comparación con las necesidades reales.

Por entender el amplio panorama de los puntos de recarga eléctricos, atendiendo a la velocidad hay 5 tipos de cargadores:

• Schuko: Se corresponde con una carga lenta. Cuenta con 16 A y 1,4 kW.
• Tipo 1: Aunque es más rápido que el anterior, sigue siendo propio de cargas lentas. Posee 23 A y 7,4 kW.
• Tipo 2: En este caso, entramos en las cargas lentas – medias. Tiene 16 A en monofásico y 63 A en trifásico, con una potencia que oscila entre los 3,7 y los 44 kW.
• Conector CCS: Es el idóneo para cargas medias – rápidas. Dispone de 32 A con 43 kW en corriente alterna y 125 A con 55 kW en corriente continua.
• CHAdeMO: Apto para cargas rápidas y ultrarrápidas. Cuenta con una intensidad de entre 125 y 200 A, además de una potencia que alcanza los 65 kW.

Hoy existe mayor información gracias a la implementación del sistema de certificados. Está estandarizado a nivel europeo y funciona por medio de códigos de colores y letras, para ver su amplitud:

1. Corriente alterna: B, C, D, E para 250v TIPO2, 480v TIPO 2, 3-A y 3-C
2. Corriente continua: K, L, M, N, O para 50-500 configuración FF, 200-920V para FF, 50- 500V para AA, 200-920V para AA y 50-500V para 2-A

Por recopilar: 5 tipos de cargadores eléctricos , para los dos tipos de corrientes, con un total de 9 opciones para 6 tipos de configuración de vehículos eléctricos.

2. El panorama en España: cifras en aumento, pero insuficientes

Según el último Barómetro de Electromovilidad de ANFAC, a finales de 2023, España contaba con 29.301 puntos de recarga eléctricos públicos, lo que supuso un crecimiento significativo con respecto al año anterior, cuando se registraron 11.173 nuevas instalaciones. Sin embargo, este aumento queda eclipsado por la situación en el resto de Europa. Países como Alemania, con más de 120.000 puntos de recarga, o Países Bajos, líder indiscutible con 144.453 puntos, superan ampliamente a España tanto en cantidad como en densidad por habitante.

Francia, con aproximadamente 80.000 puntos de recarga, también supera a España en este aspecto. El gobierno francés ha implementado programas agresivos para aumentar el número de estaciones de recarga, en particular en áreas rurales, lo que ha permitido una expansión más equilibrada en todo el territorio. Al igual que en otros países líderes, Francia está enfocada en la instalación de cargadores rápidos para hacer más viable el uso de vehículos eléctricos en distancias largas.

3. Comparativa europea: ¿dónde está España?

En la clasificación europea de puntos de recarga eléctricos, elaborada por la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), España ocupa el sexto lugar en cuanto a número de puntos, representando alrededor del 4,8% del total de estaciones de carga en la Unión Europea. No obstante, este porcentaje es insuficiente para un país con el tamaño y la importancia de España en el mercado de automoción. De hecho, Países Bajos, Francia y Alemania concentran más del 60% de todos los puntos de recarga del continente, dejando a España con un margen de mejora significativo si quiere alcanzar los objetivos marcados para 2030.

Uno de los puntos más críticos que destaca el Barómetro de ANFAC es la velocidad de instalación de infraestructuras de recarga de alta potencia. Mientras que, en países como Alemania y Países Bajos, las estaciones de carga ultra-rápidas son comunes, en España solo se instalaron 827 puntos de más de 150 kW en 2023, muy lejos de lo que sería necesario para cubrir una red eficiente y funcional que permita viajes de larga distancia sin inconvenientes.

4. Factores que afectan el desarrollo en España

El retraso de España en la expansión de su red de puntos de recarga eléctricos se debe a una serie de factores. Uno de los más importantes ha sido la falta de una estrategia coordinada y clara entre el gobierno central, las administraciones autonómicas y el sector privado. Aunque en los últimos años ha habido un aumento de la inversión en infraestructura de recarga, todavía no se ha alcanzado el nivel de planificación y ejecución de países como Países Bajos o Alemania.

Otro aspecto crucial es el coste de la instalación de puntos de recarga eléctricos, especialmente los de carga rápida. En España, estos costos pueden ser elevados debido a los trámites administrativos y a las barreras regulatorias que enfrentan las empresas que desean instalar estaciones de recarga, como por ejemplo evidencia la encuesta a cadenas de supermercado de Septiembre 2023 de la CNMC. A pesar de los incentivos fiscales que existen para fomentar el crecimiento de la infraestructura, los avances han sido más lentos de lo esperado.

5. Los desafíos y las perspectivas a futuro

El objetivo del Gobierno español, según su Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC), es tener 340.000 puntos de recarga en 2030, lo que significaría multiplicar por diez la cifra actual. Si bien se ha avanzado en este sentido, todavía queda un largo camino por recorrer. A día de hoy, España debería instalar cerca de 7.900 puntos de recarga a la semana, un reto titánico si se tiene en cuenta que, en 2023, el crecimiento fue importante, pero no alcanzó estos niveles.

Además, la patronal automovilística europea, ACEA, ha señalado que, para cumplir con los objetivos de electrificación del parque de automóviles, la UE debería contar con 8,8 millones de puntos de recarga en 2030, muy por encima de los 3,5 millones estimados inicialmente por la Comisión Europea. Esto subraya la necesidad de un esfuerzo conjunto y coordinado entre las administraciones públicas y el sector privado, no sólo en España, sino en toda la UE, para adaptar las infraestructuras a las demandas del futuro.

6. Las fortalezas de España: un marco normativo favorable

A pesar de las cifras, el mercado de vehículos eléctricos en España presenta algunas ventajas que podrían impulsar su crecimiento en los próximos años. El Gobierno ha mostrado un compromiso firme con la movilidad sostenible, a través de incentivos fiscales y programas como el Plan Moves, que buscan fomentar la adopción del VE y la instalación de infraestructuras de recarga. Además, el Plan de Recuperación y Resiliencia de la UE, que destina fondos para la creación de infraestructuras verdes, puede servir como catalizador para acelerar el proceso.

Por otro lado, la penetración del coche eléctrico también está aumentando. En 2023, las ventas de vehículos electrificados crecieron un 47%, con un total de 124.628 unidades, lo que representó una cuota de mercado del 11%. Aunque estas cifras aún están lejos de la media europea, el crecimiento es notable y supone una base sólida para la transición energética en el sector de la automoción.

7.Conclusión: el reto de multiplicar la infraestructura de recarga

El principal reto que enfrenta España en su camino hacia la electrificación es la velocidad de despliegue de su infraestructura de recarga. Mientras que países vecinos han avanzado a pasos agigantados, España aún debe resolver problemas clave, como la distribución equitativa de puntos de recarga y la instalación de estaciones de carga rápida y ultra-rápida, necesarias para viajes largos y cómodos.

Si bien el marco normativo y los incentivos son un buen punto de partida, será fundamental que tanto las administraciones como el sector privado colaboren estrechamente para cumplir con los objetivos de 2030. La expansión del coche eléctrico en España dependerá, en gran medida, de la capacidad del país para desarrollar una red de recarga que esté a la altura de los desafíos que plantea la movilidad del futuro. Y, por ahora, todavía hay mucho trabajo por hacer para alcanzar los niveles de infraestructura que ya disfrutan países como Países Bajos, Francia o Alemania.