Las expectativas generadas en torno a la futura Ley Foral de Industria y Fomento Empresarial eran muy altas y lo plasmado en el borrador se ha quedado lejos de dar respuesta a las necesidades del sector empresarial. Unas necesidades sobre las que las principales organizaciones debatieron durante meses en las diferentes mesas de trabajo que se constituyeron para alumbrar la nueva norma.
Entre los puntos críticos que identificaron, además de la simplificación administrativa, estaba la necesidad de acelerar infraestructuras como el TAV y el Canal de Navarra y la mejora de la fiscalidad pero el resultado no ha sido el esperado. “Decepcionante. Falta concreción y ambición. Hay artículos que escriben intenciones, sin especificar plazos, compromisos de actuación, presupuestos con los que se puedan materializar las acciones o consecuencias en caso de inejecución… Para eso no era necesaria una ley”, afeó ayer Carlos Fernández Valdivielso, secretario general de la Confederación Empresarial Navarra (CEN).
La patronal navarra, pero también la Asociación de la Industria de Navarra (AIN), la Cámara Navarra de Comercio, la Asociación para el desarrollo de la Empresa Familiar Navarra (ADEFAN), Institución Futuro y el Clúster de la Industrialización de la Construcción de Navarra (iCONS), quisieron manifestar de forma pública su “decepción” con un texto al que le falta “concreción” y “ambición” y que, aseguran, no da respuesta a sus necesidades. “Si queremos atraer talento y empresas y mejorar la competitividad de la industria las infraestructuras y la fiscalidad son críticas y una ley que no contemple eso o que diga que va en otro capítulo no vale”, defendió José Ramón Lacosta, presidente de Institución Futuro.
Asegura que a pesar de que se les ha escuchado, lo que entendían que era crítico no se ha recogido en el borrador y hasta la simplificación administrativa se aborda planteando la creación de nuevos órganos de gobernanza como consejos y comités que consideran “innecesarios y contraproducentes” ya que “se duplican estructuras, se dispersa información y se complica el seguimiento de las políticas públicas”. “Navarra merece una ley bien hecha, que no se quede corta”, remarcó Lacosta. Las empresas abogan por fortalecer el Consejo de Diálogo Social, un órgano ya establecido que cuenta con “representación equilibrada” del empresariado, los sindicatos y el Gobierno foral y ha demostrado ser un instrumento clave para el desarrollo de Navarra y “muy eficaz” como mecanismo de participación y de construcción de políticas comunes.
Tras escuchar las críticas, el consejero de Industria y de Transición Ecológica y Digital Empresarial del Gobierno de Navarra, Mikel Irujo, lamentó que las seis organizaciones hubieran optado por convocar una rueda de prensa “sin antes ponerse en contacto con el Gobierno y sin ni siquiera solicitar una reunión previa”. Recordó que el texto de la ley foral es “fruto de aportaciones que han hecho los agentes económicos y sociales, que hemos recogido en su gran mayoría”. Con todo, apostilló, “tenemos mucho trabajo por delante y siempre tenemos la mano tendida de diálogo. Agilizar y fortalecer la industria de Navarra entiendo que es un objetivo común para todos los que participamos en esta mesa de industria”, concluyó. Aunque entre las seis organizaciones han presentado más de 300 alegaciones no son las únicas que se han presentado.
Hasta el jueves, cuando se cerró el plazo, en la web de participación del Gobierno de Navarra se habían recogido un total de 26 propuestas con aportaciones, además de las seis organizaciones antes citadas que han presentado sus alegaciones por separado, de entidades y colectivos de diferente índole como la Escuela de Arquitectura, UCAN, Navarra HealtCluster, Laseme. Enercluster o el sindicato LAB.
Para ADEFAN resulta crucial que la nueva ley reconozca y refuerce la singularidad de las empresas familiares navarras así como su contribución a la economía regional y su compromiso con el arraigo territorial y la cohesión social. En las aportaciones que ha presentado para tratar de mejor el texto propone ampliar la definición de empresa familiar “para reflejar mejor su carácter distintivo”. También, reforzar las beneficios fiscales específicos para estas empresas incorporando deducciones en Sociedades por reinversión de beneficios.
Para Cámara Navarra, elementos fundamentales para la industria como la mejora de la competitividad, la mejora de la productividad, la generación de “campeones internacionales”, o la diversificación del tejido y su posicionamiento internacional no se recogen en el texto “con la necesaria claridad y rotundidad”. Se echa en falta, una estrategia proactiva con medidas y objetivos claros de atracción y captación de inversión, y especialmente de proyectos de inversión tractores con capacidad para dinamizar el tejido y la actividad en sectores específicos.
Para Institución Futuro la ley “resulta abrumadora por la enormidad de temas incluidos, por lo prolijo de su desarrollo y por la falta de carácter normativo. Se asemeja más a un plan que propiamente a una ley”, concluye el think tank en su documento de alegaciones donde advierte de “inconsistencias” entre preceptos de la propia ley y legislación sobre materias ya reguladas por otras leyes forales. “El futuro de la industria de Navarra debería medirse por su crecimiento en Valor Añadido Bruto y por la generación de empleo de calidad. Sin embargo, echamos en falta herramientas para que el Gobierno de Navarra pueda identificar proyectos de alto valor añadido. “La ley abarca los ámbitos de industria y de fomento empresarial pero no recoge nada que sustancialmente estimule la empresa y tampoco se identifica una especificidad propia de la región”.
El presidente del Clúster de la Industrialización de la Construcción de Navarra (iCONS), Iñigo Eugui, recordó que Navarra es la comunidad con más peso de la industria en el PIB lo que a su juicio debe estar acompañado por la Administración foral con medidas como la simplificación administrativa. Pese a ello, lamenta que en el borrador no se recoja la petición del clúster para crear un registro público de los plazos empleados por la Administración para la concesión de licencias de obra. “En este momento hay más de cien millones de euros de inversiones paralizadas en espera de trámites y licencias. Las comunidades compiten con la velocidad y forma de atraer la inversión”, advirtió recordando que mientras se apuesta por crear nuevos órganos que pueden llegar a complicar la gestión, faltan “medidas concretas” que realmente apoyen a la industria.
Tras realizar un pormenorizado análisis del borrador de la futura ley de industria, la patronal navarra no oculta su “desilusión” por la “ausencia de ambición y falta de concreción” de muchos de los aspectos tratados en la ley. “No se da respuesta a la mayoría de las prioridades presentadas por el tejido empresarial navarro y únicamente se recoge y aborda la simplificación y agilización administrativas”. A grandes rasgos, dice, la ley “se limita a delimitar responsabilidades dentro de la estructura de Gobierno con base en las competencias que el propio Gobierno define a la hora de establecer su estructura departamental. Se trata de una responsabilidad inherente al Gobierno y por lo tanto no parece que sea necesaria una ley para indicar quién debe hacer qué, puesto que es el Gobierno quien se responsabiliza de todas las competencias y quien debe decidirlo en su definición orgánica”, considera asegurando que la palabra “competente” sale en más de 45 ocasiones en todo el texto a pesar de que existen artículos donde “no se especifica quién se responsabiliza de lo estipulado en la ley y únicamente se dice que será el Gobierno en su conjunto”. “El texto está plagado de intenciones con expresiones que carecen de un compromiso formal tanto temporal como presupuestario y adolece de una falta de definición de las acciones a realizar. Muchos artículos se limitan a expresar la voluntad del Gobierno para acometer acciones que podrán realizarse o no, sin materializarse la obligatoriedad ya que no hay régimen sancionador ni consecuencias por su inejecución”. Respecto a la simplificación administrativas, llama la atención que se hayan replicado varios puntos “exactamente iguales a los ya existentes en la ley 15/2009 sin que ni tan siquiera se mencione la misma. Si ya están en vigor, parece redundante volver a legislarlos. Es una práctica que no ayuda a la seguridad jurídica deseada por las empresas ni a la simplificación”.
Para AIN que ayer no pudo estar presente en la rueda de prensa por problemas de agenda pero comparte los argumentos que expusieron el resto de organizaciones, son numerosas las carencias de un borrador donde, por ejemplo, no se hace referencia a un presupuesto de Gobierno de Navarra asociado al plan aunque genera muchos enfoques que van a requerir recursos. “Se anticipa un periodo inflacionista y el crecimiento del sector industrial no está revirtiendo en un mayor presupuesto de política industrial. Sería importante alinear Navarra con la política económica europea en este enfoque donde se barajan compromisos en torno al 5% del presupuesto en apoyo al desarrollo industrial de las regiones”, defiende la organización en sus alegaciones. Para AIN se trata de una ley muy centrada en los procesos de agilización administrativa pero, afea, “creando nuevas figuras (proyectos empresariales de interés estratégico) y renombrando otros (inversiones de interés foral), no contempla grandes efectos en los mismos que impacten en su agilización ni en un atractivo financiero inversor para desarrollarlos y atraerlos”. Lamenta que el borrador no aborde los incentivos fiscales para el sector. En su opinión, podría ser relevante comprometer la existencia de incentivos, aunque se desarrollen posteriormente y de manera transversal en la ley correspondiente. También echa en falta un “programa de fusiones empresariales”. “Se habla de la consolidación del crecimiento, pero no de provocar fusiones: crecimiento inorgánico industrial. Sería necesario ganar tamaño en algunos sectores, mejorando el posicionamiento de las empresas industriales de capital navarro, y ya hay referentes de política autonómica en este punto”, asegura antes de lamentar que se pase “muy por encima” de la importancia del apoyo a las pymes, sobre todo, a las de alto potencial de crecimiento que son las que pueden generar nuevos sectores o apoyar al desarrollo de nuevas cadenas de valor.