Todo es Posible, de Noemí Russo, es un testimonio valiente y sincero que combina la experiencia personal con un mensaje universal: la resiliencia frente a los desafíos. En sus páginas, la autora narra cómo enfrentó el diagnóstico de esclerosis múltiple, transformando lo que parecía una limitación en una oportunidad para reconectar con la vida y consigo misma. Este libro no solo relata una historia de superación, sino que también nos invita a reflexionar sobre nuestra capacidad de adaptación y el poder del optimismo.
Acompáñanos en este viaje a través de las vivencias de Noemí, una mujer que decidió que los diagnósticos no definirían su vida. En este artículo, exploramos los momentos más significativos del libro y planteamos preguntas que nos acercan a su experiencia y a su forma de ver el mundo.
15 preguntas para el blog:
- ¿Qué te llevó a escribir Todo es Posible y compartir tu historia con el mundo? No lo escribo por nada, ningún motivo o público en especial. Decido hacerlo porque en aquel entonces me regalaron un diario y como siempre tuve uno cuando era adolescente pues las palabras salieron solas. No pensaba que aquel diagnóstico cambiaría e incidiría tanto en mi vida, yo simplemente contaba a mí misma aquello que me estaba pasando. Vuelvo a escribir durante la pandemia de COVID-19 y empiezo a digitalizar aquel diario que había escrito justo cuando me estaban diagnosticando de Esclerosis Múltiple.
- ¿Cómo influyó el diagnóstico de esclerosis múltiple en tu manera de ver la vida? A posteriori lo cambiaría todo. Cuando crees que tocaste fondo, salen más síntomas de la enfermedad y tu aceptas y sigues luchando porque no te queda otra. Porque si paras estás perdido. Lamentablemente, no di al diagnóstico la importancia que tenía y lo que con el tiempo descubrí de la enfermedad fue a base de golpes. Por la enfermedad cambié la piel mil veces y ¿sabes qué? Lo volvería a hacer porque miles fueron las lecciones aprendidas. Ahora entiendo lo del carpe diem y todos estos lemas que te invitan a vivir tu presente, porque es verdad: ¡la vida es ahora!
- ¿Qué importancia tiene la escritura como herramienta para procesar y compartir tus emociones? Escribir es todo un proceso de liberación, algo que ayuda a que este diagnóstico y cualquiera de ellos no te coman por dentro en un peligroso silencio. Peligroso porque antes o después se convierte en un grito mudo de ayuda, de dolor y sufrimiento. Por esa razón, hay que sacar como sea todo tipo de pensamientos negativos relacionados directa o indirectamente con la enfermedad y la escritura es una forma muy efectiva para darle voz a ese grito mudo.
- ¿Qué papel juegan las personas cercanas en tu proceso de superación? Al principio, son las personas cercanas las que me motivan a seguir adelante. Con el tiempo y tras la pandemia, consigo redescubrir el amor propio y empiezo a ver la realidad desde una perspectiva más personal y menos dependiente de la opinión de los demás. También ayudan y tienen mucha influencia el amor de mi vida, invisible y platónico, pero hilo conductor de todo el libro y mi familia puesto que sin saberlo fueron los que me ayudaron a crear las bases para tanta fortaleza.
- ¿Cuál fue el mayor reto al enfrentarte a un diagnóstico de esta magnitud? El mayor reto en mi caso fue enfrentar y aceptar la posibilidad de vivir en una silla de ruedas, aunque en este libro todavía puedo caminar. Con muletas, sí. Pero camino. Solo uso la silla de ruedas mientras me recupero de un intento de suicidio fallido. Pero de este tema mejor lo hablemos en mis próximas publicaciones. Lo único que puedo decir es que cuando me diagnosticaron, lo primero que pensé fue: acabaré en silla de ruedas. Hoy que publico este libro voy felizmente en silla de ruedas.
- En el libro hablas mucho de amor propio. ¿Qué significa para ti el lema Ámate siempre? Este lema me lo envió mi amiga L en una foto, 2015, época de mi diagnóstico y no le di mucha importancia. Me gustaron esas palabras juntas y ya está. Después de la pandemia, cuando se empezaron a caer los mitos que yo misma me había creado, me miré al espejo. Sola, con mi coulotte de Superman me miré y me gusté. Pensé: ¡Joder! Tengo EM, voy con muletas, pero mira qué guapa. Cocino, escribo, canto, bailo, etc. De eso se trata, mente positiva siempre y aceptarte con defectos, cicatrices, tatuajes, kilos demás, etc. Ver lo maravilloso/a que eres y quererte… quiérete mucho, siempre.
- ¿Cómo describirías la relación entre el cuerpo y la mente en momentos de dificultad? Muy importante, sonará a topic pero no puedo definirlo de otra forma. El quererse incluye el respeto hacia el propio cuerpo. La cuestión no es ser guapo/a según falsos estereotipos sino verse guapo/a con todos tus defectos. Es aquí que entra en juego la mente, en ese pulso que si tú no te rindes nada te puede ganar. Los momentos difíciles son solo un escenario para ese duelo. Es cuando el ser humano despierta y reacciona. Imagínate el pez que cuando se está muriendo da un golpe de cola. El ser humano puede y debe respirar, calmarse y actuar, saltar al agua.
- ¿Qué te enseñó la pandemia sobre ti misma y tu relación con los demás? Me enseñó lo que realmente valgo y que no veía por mirarme siempre con los ojos de la gente. Por cuestionarme todo, por dudar de mí. Me enseñó que sola puedo conseguir lo que me proponga y no necesito la aprobación de nadie. A no depender de la opinión de los que me rodean. Me dio una lección de amor propio que no olvidaré fácilmente. La pandemia me salvó de una actitud poco sana en mi relación de pareja. Gracias a la pandemia cambié perspectiva hacia las relaciones y aprendí cuál es mi lugar.
- ¿Qué importancia tienen el humor y la cotidianidad en una historia tan profunda como la tuya? Yo creo que en la vida hay que reírse y saberse reír. Una buena sonrisa es sin duda la mejor arma frente a cualquier adversidad. Si no hubiera sonreído no estaría aquí contando esta historia, aunque pienso que debería haberlo hecho más en el pasado. Que no sirve tomárselo todo tan en serio.
- ¿Qué esperas que los lectores aprendan de tu experiencia? Cómo siempre digo, me bastaría llegar a una persona, que alguien se identifique, para considerarme satisfecha con la publicación de esta obra, este libro, estos diarios. No es para ponerme medallas, incluso hay cosas de las que me arrepiento, pero visto por lo general se puede considerar un estímulo a seguir. Siempre hay un motivo para hacerlo. Yo espero poder ayudar a los que se sienten perdidos delante de un pronóstico tan complicado y un futuro tan incierto como en este caso de una enfermedad crónica y degenerativa.
- En el libro mencionas momentos de vulnerabilidad. ¿Qué aprendiste de ellos? Uy, buena pregunta. Las lágrimas forman parte del proceso de aceptación y crecimiento. Lloré mucho porque como dije aprendí a base de golpes. No significa ser débil, llorar es humano. El problema surge cuando te hundes en tus lágrimas y no levantas la cabeza para buscar una salida. Siempre la hay, por muy difícil que pueda parecer.
- ¿Qué consejo le darías a alguien que está enfrentando una enfermedad crónica? Mira, otro topic: siempre hay alguien que está peor que tú. Verdad, sí. Pero no tienen lo que tienes. No saben lo que es esa sentencia ni de sus síntomas. Yo lo único que he aprendido es que, cuando crees que has tocado fondo, la enfermedad avanza y te demuestra que se puede ir a más. Está en ti pelear con uñas y dientes o caer en el pozo y dejarte llevar en el abismo. Aquí nada es regalado. Levántate y lucha.
- ¿Cómo encuentras equilibrio entre aceptar tus limitaciones y continuar desafiándote? El equilibrio es difícil de encontrar. No sé en qué respuesta lo he dicho pero la enfermedad avanza y no te queda otra que desafiarte y seguir adelante el equilibrio viene solo entonces. Viene cuando escribes, cantas, cocinas, bailas, dibujas, etc., pero lo haces con una sola mano y sentada en una silla de ruedas. Lo haces. Es lo importante. A ver, hablo así, pero yo también soy la que se interesó sobre cómo tramitar la eutanasia, la verdad. Supongo que toqué fondo cuando me dio un bajón y me tenían que levantar a peso, dar de comer, lavar o no podía ni sostener un bolígrafo en la mano. Hoy no te imaginas cómo me alegro de que sea tan complicado solicitarla y de haber cambiado de opinión.
- Cuál fue el papel de la música y otras formas de arte en tu proceso de sanación? En ese proceso de sanación encuentro muy útil tanto la rehabilitación física como la cognitiva. Sigo una rutina diaria de ejercicio físico, trabajo el movimiento de mi mano izquierda y soy adicta a la estimulación cognitiva. Yo lo noto, cuando busco una palabra o intento recordar algo ahora lo hago con tanta seguridad que hasta yo me sorprendo. Otra herramienta que uso son los juegos de mente según los cuales voy bastante bien comparado con el grupo de mi edad. Lo que está jugando un papel muy importante en mi vida es también toda clase de arte terapia. Empecé escribiendo y… ahora dibujo (y bastante bien), canto (soy soprano en un grupo de góspel), he hecho un punto de cruz muy chulo en terapia ocupacional (TO)… No sé cómo explicarlo, pero es como si le ganaras a la enfermedad porque vuelves a tomar las riendas, a tener el control y te relajas, respiras a pleno pulmón… Para mí es como escupir algo que sabe fatal y liberarse del mal trago, es volver a respirar cuando te ahogabas…
- ¿Qué proyectos tienes para el futuro tras el lanzamiento de este libro? La verdad es que no tengo ningún proyecto en especial tras el lanzamiento de este libro. Lanzaré otro libro/diario con las primeras etapas de un viaje que hice en 2023 para enfrentarme a los miedos, desafíos y bloqueos, generados por la enfermedad y por mi conducta, que me ayudó a volver a encontrarme después de tiempo sin aceptar del todo mis limitaciones (silla de ruedas in primis). Mis próximos trabajos ofrecen más detalles sobre las luchas diarias enfrentadas. Son testimonio de la superación personal y de la crueldad de esta enfermedad. Hay espiritualidad, cotidianidad, limitaciones, desafíos en una historia de superación diaria de todo aquello que no me servía y que me estaba bloqueando.