La mutilación genital femenina es una práctica que atenta contra la salud y los derechos fundamentales de mujeres y niñas. En España viven cerca de 70.000 mujeres procedentes de países donde se practica la MGF, de las cuales más de 18.000 son menores de 14 años, según la Red Estatal Libres de MGF.
Desde Farmamundi, en colaboración con la Asociación Red Aminata, llevamos a cabo el programa «Valientes Africanas: prevención, detección y abordaje de la mutilación genital femenina desde el acompañamiento individual y la dinamización grupal en el ámbito comunitario, sociosanitario y educativo de la CVA», financiado por la Vicepresidencia y Conselleria de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda de la Generalitat Valenciana. En este programa trabajamos para garantizar los derechos y la salud integral de mujeres y niñas supervivientes de la mutilación genital femenina o en riesgo de sufrirla.
Tras haber sufrido la mutilación genital femenina y el proceso migratorio, las mujeres que participan en el programa continúan enfrentándose a múltiples violencias, como el racismo, la explotación o la precariedad laboral. Además, sufren violencias de género, tanto físicas como psicológicas, en el ámbito familiar. Estas situaciones se ven agravadas por la falta de apoyo estructural o institucional.
“Actualmente, acompañamos a 90 mujeres y les ofrecemos una atención integral y coordinada, con un equipo multidisciplinar que incluye asesoramiento jurídico, atención psicosocial y orientación educativa y laboral, con el objetivo de facilitar su inserción sociolaboral y de acompañarlas en su proceso personal. Gracias a este apoyo integral, las mujeres se convierten en agentes de cambio dentro de sus propias comunidades, no solamente transformando sus vidas, sino también multiplicando el mensaje sobre las consecuencias de la mutilación genital femenina y trabajando para erradicar esta práctica”, comenta Marcela Hincapié, técnica de Acción Social en Farmamundi.
El asesoramiento legal y el apoyo psicológico tienen un papel fundamental en la recuperación integral de las mujeres supervivientes de la mutilación genital femenina. Este acompañamiento, articulado con el trabajo del equipo multidisciplinar, tiene como objetivo restituir sus derechos fundamentales y atender a sus necesidades inmediatas. A través de un enfoque interdisciplinario, respetuoso y culturalmente sensible, se abordan los múltiples desafíos que enfrentan, como el racismo, las dificultades legales y la precariedad laboral. Además, este acompañamiento es esencial porque les proporciona herramientas necesarias para superar las secuelas físicas y emocionales derivadas de su experiencia migratoria y de las múltiples violencias sufridas, incluida la mutilación genital femenina.
Hablamos con Carmen Cabrera, abogada y con Marian Martínez, psicóloga de la Asociación Aiglé que participan en el proyecto acompañando a las mujeres que atendemos.
Carmen Cabrera – Abogada
¿Cuál es la labor de asesoramiento legal que realizas con las mujeres supervivientes de MGF?
La labor de asesoramiento comienza con cada mujer, para conocer su historia y sus necesidades, realizando una valoración del caso con cada una de ellas de forma individualizada. Nuestra labor es garantizar el acceso a la justicia de las personas en contextos de especial vulnerabilidad, por lo que se hace imprescindible la formación en derecho migratorio con perspectiva de género, con un enfoque basado en derechos humanos, para manejar las herramientas de detección de mujeres en situación de explotación ,trata, mutilación genital, matrimonio forzado y violencia género para poder activar los protocolos de protección con el fin de las que las mujeres que la sufren tengan acceso a sus derechos.
Los perfiles son diversos, mujeres recién llegadas a territorio español que son solicitantes de protección internacional, mujeres que son víctimas de trata, que han sido identificadas o no por la UCRIF (Unidad Central contra las Redes de Inmigración y Falsedades Documentales), mujeres que ya han iniciado por su cuenta el asilo o también mujeres en situación irregular madres de niños residentes legales nacidos en España. Si desean solicitar protección internacional, les explico el proceso y preparamos la solicitud de asilo. Si la mujer lo desea, yo asumo la defensa letrada del caso ante la Oficina de Asilo y Refugio (OAR). Otro perfil es el de mujeres que ya han solicitado asilo por sí mismas y para reforzar su caso, trabajo realizando alegaciones complementarias ante la OAR, adjunto informes de apoyo y documentación de país de origen para sostener la violencia y persecución sufrida.
¿Cuál es la mayor necesidad de asesoramiento legal tienen estas mujeres?
La mayor necesidad la tienen las mujeres que realizan el trayecto migratorio solas y reúnen requisitos para solicitar protección internacional, ya que la situación de vulnerabilidad es mayor frente a la administración que las invisibiliza por la barrera idiomática y las sitúa frágiles ante el control migratorio y redes de tráfico/trata de personas. Ahí cobra vital importancia el acceso a una persona de confianza como es Aminata Soucko que genera un espacio seguro para garantizar un buen asesoramiento legal.
La labor de asesoramiento jurídico especializado es necesaria con todas las mujeres beneficiarias del programa, incluso con mujeres titulares de tarjeta roja que estando dentro del sistema han encontrado el espacio para relatar su historia con profundidad, historias de una crudeza terrible y ese espacio seguro sin juicio ayuda a superar toda la violencia sufrida. La mayor necesidad legal es la información especializada de la posibilidad de solicitar protección internacional de todas las mujeres que han sufrido mutilación genital o matrimonio forzado y de los derechos que tienen durante el mismo.
¿Cuál crees que es el mayor reto al que se enfrentan las mujeres supervivientes de MGF en este ámbito?
El mayor reto es alcanzar la regularidad administrativa y acceso a una vida digna, de ahí nacen necesidades como reagrupar a sus hijos /hijas, acceso a un trabajo y vivienda. Las violencias sufridas por las mujeres abarcan diversas formas de violencia de género, como la mutilación, matrimonio forzado y estructuras familiares tradicionales, por lo que el trabajo en red y la estrategia de trabajo comunitaria es fundamental para generar espacios de apoyo.
Marian Martínez, psicóloga de la Asociación Aiglé
¿Cuál es la labor de acompañamiento psicológico que realizas con las mujeres supervivientes de MGF?
Nuestra labor se centra especialmente en proporcionar un espacio seguro, de escucha y comprensión. Ofrecemos un espacio libre de juicios donde poder explorar juntas sus necesidades y adecuar la intervención a las mismas. Para ello, es muy importante un enfoque respetuoso, empático y culturalmente sensible que permita la construcción de un vínculo terapéutico de confianza, respetando los ritmos de cada mujer y construyendo junto a ellas el espacio.
En las sesiones se permite a las mujeres trabajar con aspectos relacionados con el fortalecimiento de su autoestima, la gestión de emociones y situaciones difíciles o la promoción de la autocompasión y el autocuidado. Otro aspecto muy relevante en nuestra labor de acompañamiento es ofrecerles un espacio individual donde ellas son el centro de la atención y los cuidados, un espacio abierto que se vaya adaptando a lo que vayan necesitando.
¿Cuáles son las mayores necesidades o problemáticas que tienen estas mujeres en el ámbito psicológico?
En el trabajo con las mujeres que hemos acompañado nos hemos encontrado con necesidades psicológicas que surgen en su mayoría como consecuencia de una historia de diferentes violencias. La experiencia de vivir en estos contextos ha supuesto y supone un trauma emocional que puede manifestarse en problemas psicológicos como la ansiedad, depresión o trastorno de estrés postraumático. Además, muchas lidian con una relación difícil y conflictiva con su cuerpo y su sexualidad, lo que afecta a su autoestima y puede causar problemas en sus relaciones interpersonales.
Otra problemática clave es el impacto social y cultural. Muchas mujeres enfrentan estigma en contextos donde la mutilación genital femenina es rechazada, o se sienten aisladas al vivir entre culturas que perciben la práctica de manera diferente. Esto puede generar un conflicto interno que dificulta que estas mujeres puedan explorar lo que necesitan y, por tanto, que puedan comunicarlo y compartirlo en un espacio terapéutico que pueda ayudarles. Esto puede suponer una barrera importante si además se ve acompañado de una falta de acceso a atención psicológica adecuada y sensible a sus necesidades específicas.
Por último, también pueden aparecer cuestiones relacionadas con preocupaciones cotidianas que afectan a las pacientes en su día a día y que vienen dadas por su contexto actual. Por ejemplo, cuestiones de su situación legal en el país, situaciones de enfermedad, dificultades en la búsqueda de empleo o vivienda o problemas interpersonales. Es por ello, que las sesiones han de ser un espacio abierto para que ellas puedan explorar lo que es más urgente y necesario en este momento y que el acompañamiento se adapte a eso y pueda también servir para abordar estos aspectos.
¿Cuál es el mayor reto al que se enfrentan estas mujeres en el ámbito psicológico?
Las mujeres supervivientes de mutilación genital femenina enfrentan grandes desafíos psicológicos debido a las profundas heridas emocionales que deja esta práctica. No solo lidian con el daño físico, sino también con el rechazo y la violencia cultural que muchas veces enfrentan. El miedo al estigma, la vergüenza y la culpa dificultan que busquen ayuda o que puedan compartir cómo se sienten en un espacio de terapia, especialmente en contextos donde la práctica es rechazada. En otros casos, las dificultades para compartir pueden estar relacionadas con la normalización de la MGF en su cultura, lo que lleva a percibirla como un tema que no necesita ser discutido o que incluso no se asocia directamente con su bienestar psicológico.
Además, muchas crecen en ambientes donde sus necesidades individuales no son prioritarias y en el que no existe la atención psicológica, lo que las hace sentir que buscar ayuda pueda sentirse egoísta o innecesario y dificultar que puedan compartir y confiar. Es por ello que abordar este tema requiere un acercamiento respetuoso, empático y culturalmente sensible. Es clave crear espacios seguros y libres de juicio, donde puedan procesar su experiencia, hablar a su ritmo y sentirse comprendidas. Ayudarlas a priorizar su bienestar emocional puede ser el primer paso hacia una vida más saludable y plena.
¿Cómo se sienten las mujeres tras pasar por un acompañamiento psicológico? ¿Cómo les beneficia todo este proceso?
Este espacio en el que se favorece la expresión emocional sin juicios, puede ayudarles a sentirse aliviadas, comprendidas y a reducir la carga de su malestar. El proceso de acompañamiento les ayuda a desarrollar una visión más compasiva y amable hacia ellas mismas, lo que a su vez puede ayudarles a procesar el dolor emocional y a reducir emociones como la culpa, la vergüenza o el aislamiento.
A través del proceso, también pueden aprender estrategias para manejar emociones y situaciones difíciles y dolorosas. Esto les puede dar una mayor sensación de gestión sobre sus emociones y les ayuda a ganar confianza en sí mismas. El acompañamiento puede ayudarles a reparar daños en su autoestima y en su capacidad para expresar sus necesidades, tanto en sus relaciones personales como en otros aspectos de su vida. Con esto, se favorece que las mujeres puedan tomar decisiones acordes a su cuidado personal y se contribuye a mejorar su bienestar emocional y su calidad de vida.
Carnets de salud
Para evitar todas estas violencias que ya viven las mujeres, hacemos un trabajo de prevención con las niñas. En esta línea de trabajo, hemos elaborado unos carnets de salud viajeros para entregar a las familias antes de un viaje a su país de origen. En este material didáctico y de sensibilización, pueden encontrar información sobre la mutilación genital femenina, sus consecuencias físicas, psicológicas y sexuales, pero también sobre las consecuencias legales para las familias en el caso de realizar la mutilación a las niñas en los períodos vacacionales.
El carnet incluye, además, consejos prácticos para realizar el viaje de manera segura y contactos a los que las familias pueden recurrir para solicitar apoyo o asesoramiento. Este material también sirve para trabajar en la sensibilización de las familias y comunidades en origen. Está traducido a inglés y francés para facilitar su comprensión y adaptado culturalmente para aumentar su impacto.