El pasado mes de noviembre, Grupo Farmasierra lanzó 2 nuevas presentaciones de vitamina D en comprimidos con 1.000 UI1 y 10.000 UI2, respectivamente, además de la ya comercializada de 50.000 UI3. Este lanzamiento reafirma nuestros compromiso con la salud pública y la prevención y el tratamiento del déficit de vitamina D.
La gama de vitaminas D3 en comprimidos constituye una importante opción terapéutica en la prescripción de vitamina D permitiendo al especialista elegir la presentación que más se ajuste a la necesidad clínica de cada paciente.
La importancia de la vitamina D en nuestra salud es innegable y, con estos dos nuevos medicamentos, Farmasierra se posiciona como referente en España, por su amplio vademécum de productos con vitamina D para niños y adultos.
En la actualidad, los niveles insuficientes e incluso el déficit de vitamina D constituyen una «epidemia» en todo el mundo. Es un problema que afecta a más de la mitad de la población, incluidos niños, jóvenes, adultos, mujeres postmenopáusicas (osteoporóticas o no) y ancianos que viven en sus casas y más aún si viven en residencias.
En España, los datos indican niveles bajos de vitamina D en el 40% de la población menor de 65 años, porcentaje que aumenta al 80% en pacientes mayores de 65 años.
Pese a ser uno de los países europeos con mayor número de horas de sol, España tiene también una elevada prevalencia de déficit de vitamina D. Esta “paradoja”, que España comparte con otros países de la cuenca mediterránea, ha captado la atención de la comunidad médica y se ha tratado de explicar y de justificar por una concatenación de factores: por el escaso aporte dietético de vitamina D que no puede ser compensado por la síntesis cutánea, por la menor posibilidad de sintetizar vitamina D en la piel por la zona climática, la época del año, las características de la piel, el uso de protectores solares, etc.
La exposición solar no garantiza el aumento de la vitamina D. Debemos recordar que hay diferentes factores que pueden influir tanto en el nivel de exposición a la luz solar como en la síntesis de vitamina D: la altitud y latitud de la zona, la estación del año, la hora del día, pigmentación de la piel, el tipo de ropa que llevemos y cuanto nos cubra y el uso de protector solar, entre otras. Este último factor es últimamente objeto de algunos debates. Si bien la protección solar es fundamental para prevenir quemaduras y proteger nuestra piel de los rayos UV (cáncer de piel, por ejemplo), también es cierto que cuando se produce un uso excesivo de protector solar puede actuar como parasol que consigue frenar en gran medida la síntesis de vitamina D por la piel.
A pesar de la alta prevalencia de la deficiencia de vitamina D, incluso en países desarrollados, con alta radiación solar y con facilidad para acceder a la suplementación, como sucede en España, hoy en día no existe un consenso universal para establecer unas recomendaciones en la prevención y tratamiento de esta y se hace necesario mejorar el conocimiento médico respecto a la optimización del consumo de esta vitamina.
La vitamina D es una vitamina liposoluble imprescindible para el desarrollo y funcionamiento de nuestro organismo que participa y actúa como reguladora de infinidad de procesos corporales. Se comporta como una hormona con múltiples funciones en el organismo a nivel muscular, nervioso e inmunológico, jugando un papel muy importante para el mantenimiento de la salud y para el bienestar general. Como consecuencia, niveles insuficientes de vitamina D se correlacionan también con debilidad muscular, dificultad para realizar actividades físicas diarias o riesgo de padecer infecciones.
La hipovitaminosis D se identifica en todos los grupos de población, tanto en la población general como, de forma más importante, en las poblaciones de riesgo. Estas poblaciones de mayor riesgo la constituyen aquellos individuos que por sus patologías, por sus edad, por su forma de vida, necesitan ser tratadas con dosis más altas de vitaminas D3: personas con obesidad, pacientes con malabsorción, incluida la enfermedad inflamatoria intestinal y la enfermedad celíaca, entre otros.
De todas las formas de vitamina D, colecalciferol, por sus características específicas y diferentes a las de las formas de vitamina D hidroxiladas 7, 8, es la forma más adecuada para el tratamiento y para la prevención de la deficiencia de vitamina D.
La eficacia clínica del colecalciferol en el tratamiento y prevención de hipovitaminosis D, está avalado por una extensa y reconocida evidencia científica 7, 8, 9, 12 ,13, 14, 15. Los ensayos clínicos en los que los fármacos antiosteoporóticos demostraron alta eficacia para reducir el riesgo de fractura y utilizaron como adyuvantes calcio y vitamina D en forma de colecalciferol7, 9
La administración del colecalciferol proporciona niveles estables de vitamina D predecibles y mantenidos en el tiempo8 debido a sus características farmacocinéticas.
Las características farmacocinéticas del colecalciferol hacen que sea la molécula adecuada para la administración diaria o intermitente (semanal o mensual) de vitamina D7, 9. En el tratamiento intermitente la dosis administrada es equivalente a la dosis acumulada. Los estudios muestran que, con las diferentes pautas de administración, los niveles de vitamina D se incrementan con igual eficacia y seguridad 7,10,11
La administración intermitente es importante, ya que facilita la adherencia y cumplimiento del tratamiento7, en estos casos la duración del tratamiento debe ser determinada individualmente por el médico.
Con el lanzamiento de estas dos nuevas formulaciones de vitaminas D3 en comprimidos, que se suman a la anteriormente comercializada vitaminas D3 en dosis de 50.000 UI4 y a la solución oleosa Solvilit Bebés 400UI/0,3 ml4 con sistema de dosificación exacta, un complemento alimenticio a base de vitaminas D<3 (colecalciferol) para niños desde el nacimiento hasta los 3 años, garantizamos que quedan cubiertos todos los grupos de población que pudieran necesitar ser tratadas con Vitamina D3, permitiendo a los profesionales sanitarios elegir la presentación que más se ajuste a la edad y necesidad clínica de cada paciente.
