En 2006, Gears of War no solo redefinió el género de juegos de acción en tercera persona, sino que dejó una huella imborrable en la cultura popular gracias a su tráiler promocional acompañado por Mad World, la versión de Gary Jules del clásico de Tears for Fears. La oscura y melancólica canción contrastaba con la dureza del juego, creando una sensación emocional única y estableciendo un nuevo estándar en el marketing de videojuegos.
El impacto de la música no solo ayudó a catapultar Gears of War al éxito, sino que también le dio a Mad World una nueva vida, llegando a una audiencia completamente nueva. El tráiler, que mostraba al protagonista Marcus Fenix en un paisaje desolado enfrentándose a la amenaza alienígena de los Locust, resonó profundamente con los jugadores. Esta fusión entre imagen y música capturó perfectamente la desesperanza y el sacrificio que definen el tono de Gears of War, elevándolo a un estatus mítico.
El uso de Mad World fue un movimiento arriesgado pero brillante, alejándose de los típicos sonidos épicos o agresivos de los tráileres de videojuegos, y optando por algo más introspectivo y emotivo. La combinación de la balada melancólica con la temática bélica del juego creó un contraste que se volvió icónico, demostrando que la música podía agregar una dimensión emocional significativa al marketing de los videojuegos.
El legado de Gears of War está marcado por su innovadora jugabilidad y gráficos revolucionarios, pero su conexión emocional con los jugadores, reforzada por el uso de Mad World, lo ha convertido en un símbolo de cómo los videojuegos pueden trascender su medio. A 18 años de su lanzamiento, la influencia de este juego y su icónico tráiler sigue siendo motivo de conversación entre los fans y en la industria.