Lo curioso es que, en el fondo, la base sigue siendo exactamente la misma: Conectar. Comunicar. Contar historias. El qué (WHAT), por qué (WHY), cuándo (WHEN), dónde (WHERE), quién (WHO) y cómo (HOW). Las famosas 5W del periodismo nos podrían demostrar que por mucho que pensemos que todo cambia muy rápidamente… en el fondo simplemente se transforma. O como mejor canta mi admirado Jorge Drexler “nada se pierde, todo se transforma”
Y para transformar las cosas, ¿qué hace falta? Innovación. Sí, otro elemento básico y que parece no estar muy presente en la gran mayoría de empresas españolas según indica el último estudio compartido por la European Innovation Scoreboard 2021 donde destacaba que España retrocedía dos puestos en el ranking de innovación de la UE. Mala noticia.
La creatividad y la innovación son los motores de este nuevo mundo. Cuando ante cualquier proyecto te pones a trabajar desde segundo 0, mano a mano con compañeros que tienen conocimientos y roles tan diferentes y de países, culturas y visiones tan diversas, es cuando el enriquecimiento aumenta y florece ya no tan sólo las ideas y el aprendizaje sino el disfrute y la pasión por aquello que haces (y ya no tan sólo a nivel profesional). Y falta la pasión. El eterno secreto. La tercera pata de esta santísima trinidad.
Volver a darle importancia a aquello que es realmente importante: la persona. Los valores. La satisfacción de las cosas bien hechas. Como “creadores” tenemos el “deber” de ser los mayores cómplices de las personas para hacer de este mundo un lugar mejor. Y si esta tendencia funciona -y ya está funcionando- las marcas se apuntarán.