Un poco de historia, origen del término
Tiene su origen en la preocupación alrededor de las grandes empresas y su impacto en la sostenibilidad, concepto que ya venía desde los 90 con el Dow Jones Sustainability Index. El término como tal fue usado en el informe del 2004 “Who Cares, win” encargado por la ONU.
Al inicio, la principal preocupación era el cambio climático; en aquel momento los reportes no financieros servían para descartar inversiones poco sostenibles y así incentivar la migración de capital a actividades con menor impacto ambiental. Esto ha ido evolucionando hasta involucrar también a lo que se conocía como ISR, inversiones socialmente responsables, y en la transparencia en cuanto a gobernanza del negocio.
La evolución se ha precipitado en el último par de años y a día de hoy los reportes ESG ya no se usan para descartar actividades de una cartera de inversión (punto diferenciador en negativo) si no como principal atracción para capitales o incluso como indicador de prestigio en el mercado (punto diferenciador en positivo).
ESG, RSC, Sostenibilidad… ¿es todo lo mismo?
Los criterios ESG vinieron a suplantar al RSC completando su alcance. Por otro lado, hacen referencia al impacto y por tanto sostenibilidad de una actividad, pero no son sinónimo de sostenibilidad.
Lo que ocurre es que, al ser en algunos casos de obligatorio reporte y en otros diferenciadores en positivo, muchas empresas aprovechan sus estrategias ESG como estructuradoras de sus estrategias integrales de sostenibilidad, enmarcándolas en los 17 ODS de la agenda 2030 y utilizando un único mecanismo (reportes ESG) para dar cuenta de sus acciones hacia un mundo más sostenible.
La estrategia ESG se ha convertido, por decirlo de alguna manera, en una síntesis de la estrategia de sostenibilidad.