Enero de 2025 nos abre las puertas a un tiempo cargado de significado: el Año Jubilar que la Iglesia celebra bajo el lema “Peregrinos de esperanza”. Esta invitación no es solo una referencia piadosa, sino una llamada profunda para que, a pesar de los desafíos y oscuridades que podemos encontrar en nuestra vida, en el mundo, vivamos anclados en la certeza de que Dios camina con nosotros.
La esperanza no es un sentimiento superficial ni un simple optimismo. Es una virtud que se construye en lo profundo del corazón, allí donde confiamos en el amor fiel de Dios pues, como expresaba el papa Francisco, la fuente del Jubileo está en el corazón. El mismo Papa nos ha ido señalando algunas ideas para vivir con fruto este año tan especial:
1. Hacer una pausa para confiar en Dios. Uno de los gestos característicos del Jubileo es pasar por la Puerta Santa, símbolo del amor misericordioso de Dios. Es una oportunidad para cruzar también las puertas del miedo, la desesperanza y el egoísmo en nuestro corazón. Es una llamada a la conversión personal.
2. Sembrar esperanza en los demás. Vivir con esperanza es, también, ser signo de esperanza para quienes nos rodean. Este año, hagamos el propósito de mirar a nuestro alrededor con ojos atentos. En nuestras familias, comunidades, trabajos…, siempre hay alguien que necesita un gesto de bondad, una palabra de ánimo o simplemente nuestra presencia.
3. Construir un futuro mejor. La esperanza no es pasiva; nos mueve a actuar. Este Jubileo nos recuerda que no caminamos solos. Somos parte de una comunidad y, juntos, podemos trabajar por un mundo más justo y solidario. Como Familia Salesiana, ojalá podemos ser un reflejo del cuidado maternal de Dios, especialmente hacia los más vulnerables.
4. Agradecer los dones recibidos. El Jubileo es también un momento para hacer memoria agradecida. Don Bosco decía que “todo se puede esperar de un corazón agradecido”. La oración, la celebración de la eucaristía y la reconciliación pueden ser momentos especiales para reconocer todo cuánto hemos recibido y dar gracias a Dios que nunca deja de acompañarnos.
Este Año Jubilar es una oportunidad para renovar nuestra fe, fortalecer nuestro compromiso y construir un futuro lleno de esperanza. Como Familia Salesiana, hagamos de este 2025 un año para caminar con esperanza y contagiarla a los demás. Como Don Bosco decía a sus jóvenes y salesianos, “adelante, siempre adelante con la ayuda del Señor”. Sigamos pues adelante, pues la confianza de Su cercanía nos impulsa a mirar la vida con ojos nuevos, capaces de descubrir la luz incluso en medio de las sombras.