Representantes del tejido empresarial y de la sociedad civil de la comarca extremeña de Campo Arañuelo han defendido la continuidad de la actividad de la central nuclear de Almaraz por su influencia en el empleo de la región con tres mil puestos de trabajo, aportar energía estable y ser un aliado contra la despoblación rural.
La planta, responsable de cubrir el 7 % de la demanda eléctrica nacional, dejará de funcionar entre 2027 -el primer reactor- y 2028 -el segundo-, según el acuerdo firmado en 2019 entre el Gobierno y las eléctricas responsables de la planta, Endesa (53 %), Iberdrola (36 %) y Naturgy (11 %), junto a la entidad pública de recogida de residuos radiactivos Enresa.
El alcalde de Belvís de Monroy, uno de los pueblos colindantes con la central, Fernando Sánchez, ha advertido de que su cese podría generar problemas de desabastecimiento energético tanto en otras zonas de España como en los nuevos proyectos de reindustrialización que espera poner en marcha la comunidad autónoma.
“A Extremadura le toca ya con proyectos como gigafactorías y centros de datos que se están implementando que requieren una demanda energética que nuestra planta puede proporcionar”, ha argumentado Sánchez, a cuyo juicio “no tiene sentido común cerrar una industria para abrir otra”.
Motor «económico y social»
La contribución de la central supone en torno al 40 % del presupuesto de este consistorio extremeño gracias al cual ofrece una “mayor oferta de empleo” a las personas de “más edad” permitiendo a su vez mejorar los accesos urbanos del pueblo, según ha explicado el alcalde en declaraciones a EFE.
En colaboración con trabajadores de la central, asociaciones de comerciantes, vecinales y otras entidades municipales, Sánchez creó a finales de 2024 la plataforma ciudadana ‘Sí, Almaraz, sí al futuro’ para reivindicar la vertiente “económica, social y energética” de una central que supone más del 5 % del PIB de Extremadura.
Desde el ámbito educativo, responsables de centros escolares como el IES de Zurbarán, en Navalmoral de la Mata (Cáceres), han calificado la planta como un espacio de “alta cualificación” en el que estudiantes del Grado de Robótica y Automatización de los Procesos del centro optan a cursar prácticas en la modalidad dual.
Es el caso de Lucas, un alumno de este grado que comenzará a mediados de febrero su periodo formativo, de tres semanas de duración, y quién ha catalogado las prácticas como una “oportunidad” para desarrollar su vida en una región donde “cada vez hay menos población joven”.
El deporte, con la central
El apoyo a la central nuclear de Almaraz llega también desde el ámbito deportivo a través del club Moralo, entidad de referencia en Navalmoral de la Mata, cuyos directivos han augurado que la pérdida de población en la comarca tendrá “efectos devastadores” en todo el deporte regional.
“Un equipo de esta categoría vive prácticamente de los patrocinadores y todos ellos están relacionados de alguna manera con la central nuclear de Almaraz”, ha apostillado Míchel López, vicepresidente del equipo que actualmente se encuentra en la categoría de Tercera División.EF