Aranceles a la importación de acero en USA (febrero 2025)
Opinión: El renovado aumento de aranceles al acero en Estados Unidos y sus implicaciones económicas
Francesc Bernabeu (Consultor Comercio Internacional – data analyst)
La reciente decisión de Estados Unidos de elevar los aranceles sobre el acero vuelve a colocar a la industria siderúrgica en el centro del debate sobre la política comercial y sus repercusiones en la economía nacional. Esta medida, que recuerda en muchos aspectos a la adoptada en la primera administración de Donald Trump (2017-2021), genera distintas lecturas: para algunos, se trata de una estrategia necesaria para reforzar la producción interna y proteger empleos manufactureros; para otros, es un paso que podría dañar la competitividad de las empresas consumidoras de acero, generando un efecto contraproducente a largo plazo.
Un espejo de la experiencia de 2018
En 2018, la administración Trump impuso aranceles adicionales del 25 % a las importaciones de acero (y del 10 % al aluminio) bajo la llamada “Sección 232”, alegando razones de “seguridad nacional”. A corto plazo, la medida propició una subida de los precios del acero en el mercado interno y un alivio parcial para algunas acerías estadounidenses, que vieron reducirse la competencia extranjera.
Sin embargo, la experiencia también dejó lecciones valiosas:
Costes más altos para las industrias consumidoras
Los fabricantes de automóviles, electrodomésticos, maquinaria y otros sectores que dependen del acero experimentaron un alza notable en sus costes de producción. Esto repercutió en el precio final de los productos y, en algunos casos, en la pérdida de competitividad frente a competidores extranjeros que no sufrían el encarecimiento de la materia prima.
Represalias y tensiones comerciales
Aliados tradicionales de Estados Unidos —incluidos Canadá, México y la Unión Europea— respondieron con contramedidas arancelarias sobre bienes estadounidenses. Si bien algunas de estas disputas se resolvieron con acuerdos de cuotas o exenciones temporales, la tensión comercial se tradujo en inestabilidad para muchas empresas exportadoras del país.
Balance de empleo desfavorable
Aunque la industria siderúrgica ganó varios miles de puestos de trabajo, un estudio de la Universidad de Harvard y la Universidad de California en Davis estimó que se perdieron muchas más plazas en sectores aguas abajo (aquellos que transforman o utilizan el acero), debido al aumento de costos y la ralentización de la demanda.
El nuevo incremento y sus posibles efectos
Ante el nuevo anuncio de elevar los aranceles al acero, las reflexiones de 2018 siguen siendo pertinentes:
- Beneficios sectoriales vs. impacto global
Subir los aranceles puede reportar ventajas inmediatas a ciertos productores nacionales de acero, sobre todo a los que enfrentan la competencia de importaciones a precios más bajos. Sin embargo, el beneficio a un sector concreto no necesariamente se traduce en un incremento sostenido del empleo o de la competitividad global de la industria estadounidense.
- Riesgo de encarecimiento en las cadenas productivas
El acero es un insumo clave para múltiples sectores industriales. A medida que se encarezca la materia prima, empresas como las automotrices o las de construcción podrían enfrentar mayores dificultades para mantener márgenes de beneficio competitivos. Esto, a su vez, puede repercutir en la inflación interna y en la capacidad de exportar bienes a precios competitivos.
- Posibles represalias internacionales
Si bien la administración actual podría argumentar que esta decisión obedece a la persistente sobrecapacidad global o a prácticas desleales de ciertos países, no hay que olvidar que otros actores clave (China, la Unión Europea o México) podrían tomar contramedidas. Ello volvería a tensionar las relaciones comerciales, generando incertidumbre y posibles costes adicionales para distintos sectores de la economía estadounidense.
¿Una política comercial sostenible?
La protección a la industria del acero, en sí misma, no es una mala idea si se integra en una política industrial de largo plazo que promueva la modernización tecnológica y la transición hacia el acero “verde” (menos intensivo en emisiones de CO₂). Con la creciente demanda de estrategias de descarbonización, muchas acerías en el mundo están invirtiendo en innovación, eficiencia energética y métodos de producción que reduzcan su huella de carbono.
Estados Unidos, como uno de los mayores consumidores de acero del planeta, necesita que su producción interna sea competitiva no solo en precio, sino también en sostenibilidad. Mantener aranceles elevados podría ofrecer un respiro momentáneo, pero no garantiza la inversión en tecnología ni soluciona el problema de fondo de la competencia externa, especialmente si otros países continúan desarrollando acerías más eficientes.
Elevar los aranceles al acero puede parecer una solución rápida para proteger empleos e inversiones en el sector siderúrgico; sin embargo, la experiencia de la primera administración Trump muestra que tales medidas conllevan riesgos importantes: incremento de costes en industrias usuarias, fricciones con socios comerciales y un saldo de empleo que, en ocasiones, termina siendo negativo para el conjunto de la economía.
Si el objetivo es fortalecer la industria nacional de manera sostenible, es fundamental acompañar cualquier barrera arancelaria de incentivos a la innovación, planes de modernización de las plantas y una estrategia de transición hacia el acero verde. Solo así se lograría una competitividad real de la industria siderúrgica estadounidense, evitando perjudicar a las demás ramas manufactureras y al consumidor final. En un mundo cada vez más globalizado e interconectado, el camino más viable para la prosperidad de cualquier sector pasa por la competitividad y la innovación, no solo por el cierre de fronteras.
Datos y Fuentes
DATOS:
Visión general de las importaciones y exportaciones de Estados Unidos (EE. UU.) correspondientes al Capítulo 73 del Sistema Armonizado (“Manufacturas de fundición, hierro o acero”), que incluye una amplia gama de productos: tuberías y tubos, accesorios para tuberías, estructuras y partes de estructuras, cables, tornillos, tuercas, clavos, recipientes, alambres, etc.
Importante: Los datos exactos varían según la fuente y el periodo consultado. Las cifras de referencia que se incluyen aquí son estimaciones basadas en informes y bases de datos públicas como las del U.S. Census Bureau y la U.S. International Trade Commission (USITC). Para información oficial y detallada (con subpartidas específicas), se recomienda consultar directamente el portal de datos de la USITC:
https://dataweb.usitc.gov
Panorama del comercio exterior de EE. UU. Productos manufacturados ( capitulo 73 HS code )
Valor total de las importaciones (año reciente de referencia: 2022)
Se estima que EE. UU. importó alrededor de 45 000 a 50 000 millones de dólares (USD) en productos del Capítulo 73.
El crecimiento en el valor de las importaciones ha reflejado tanto la alta demanda interna de productos de hierro o acero (especialmente en sectores como la construcción y la manufactura) como la inflación global de las materias primas.
Valor total de las exportaciones (2022)
Las exportaciones estadounidenses de manufacturas de hierro o acero rondaron aproximadamente 18 000 a 22 000 millones de dólares (USD).
Aunque EE. UU. exporta una gama significativa de productos de valor agregado (por ejemplo, partes para maquinaria, componentes de alto rendimiento, etc.), el volumen total se mantiene por debajo de las importaciones, lo que da lugar a un déficit comercial en este capítulo.
Saldo comercial
La balanza comercial de EE. UU. en el Capítulo 73 suele ser deficitaria. Es decir, se importa más de lo que se exporta, con un diferencial anual que en 2022 rondó los 25 000 a 30 000 millones de dólares.