Vale la pena: Entrevista a Dani Rovira

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En el mundo artístico pocos actores logran conectar de manera tan auténtica y emotiva como lo hace Dani Rovira, el actor, comediante, locutor, presentador y filántropo malagueño. Reconocido por su talento en las pantallas, su verdadera pasión y sus comienzos se encuentran en el teatro, un espacio donde puede explorar y expresar su arte de una forma única. A lo largo de su carrera ha demostrado que la interpretación es más que una simple actuación, es la base de lo que es hoy como artista.

Desde el 27 de enero, Dani Rovira llega al Teatro La Latina con su nuevo espectáculo, Vale la pena, un espectáculo unipersonal de Stand Up Comedy donde, conceptos como la tristeza, el duelo, la pena, se pondrán encima de la mesa para, lejos de estigmatizarlos, hacer el intento de dignificarlos y darles la importancia que tienen en nuestras vidas.

El Apuntador: Siempre hablas de que el teatro es tu verdadera pasión, ¿Qué es lo que tiene el teatro que no te da, por ejemplo, el cine o la televisión?

Dani Rovira: El teatro me ha proporcionado la base de lo que sé y de lo que soy. Mi conexión con este arte es mucho más profunda y antigua, lo que explica el respeto y el agradecimiento que tengo hacia él.  El directo da una sensación de aquí y ahora en la interacción con el público, lo cual la televisión y el cine no te dan. Ese feedback inmediato y el constante salto al vacío, donde no hay un ‘¡Corten!’ que te salve, son aspectos únicos de esta disciplina. Disfruto de todos los formatos, y mi tendencia a aburrirme fácilmente se ve enriquecida por la diversidad de opciones creativas que me ofrece el teatro.

“CREAR UN ESPECTÁCULO A TRAVÉS DE LA COMEDIA QUE ABORDE LA TRISTEZA, EL DUELO Y LA SALUD MENTAL ME HA PARECIDO UN RETO INCREÍBLE.

Dani Rovira

E. A: En Vale la pena se abordan temas como el duelo, la pena o la salud mental, entre otros. ¿Por qué decidiste centrar tu nuevo monólogo en ellos?

D. R: Me gusta compartir mis propias experiencias y hablar desde mi propia verdad. A lo largo de los años, he lidiado con temas que me han perseguido, y he comprendido que la mejor manera de no dejarse atrapar por ellos es permitirles que me acompañen y aprender de ellos. 

Crear un espectáculo a través de la comedia que aborde la tristeza, el duelo y la salud mental me ha parecido un reto increíble. Estoy convencido de que solo puedo lograrlo si lo enfoco desde la honestidad de mi experiencia, y no desde verdades absolutas.

E. A: Pero siempre bajo el tono de comedia ¿cómo reacciona el público cuando tratas temas que, en principio, son serios, bajo el prisma del humor?

D. R: Estoy experimentando muchas alegrías con este show. La comedia es una herramienta muy poderosa, y creo que, cuando se maneja bien, es posible abordar cualquier tema, por serio que sea, sin que se pierda el mensaje principal. Para mí, la clave está en encontrar el equilibrio: hacer que el espectáculo no se convierta en una charla TED, cargada de datos y reflexiones profundas, pero tampoco en algo tan ligero que llegue a parecer frívolo o superficial. Es importante que la cuota de humor esté siempre presente, que funcione como un hilo conductor que permita a la audiencia relajarse, divertirse y al mismo tiempo reflexionar sin sentirse abrumada.

Además, me gusta transmitir muchas emociones desde el escenario, no solo la risa. Aunque el humor es el motor principal, la magia del teatro es que tiene la capacidad de hacer sentir mucho más. Fíjate, si más allá de la risa hay emociones tan profundas como la empatía, el alivio o la reflexión. Es increíble cuando notas que el público está conectado contigo de una manera emocional más allá de las carcajadas. Los mensajes que recibo de la gente a través de las redes sociales y a la salida del teatro son una prueba de ello. Mucha gente me agradece por haberles hecho sentir comprendidos, por tocar temas que les resuenan profundamente y hacerles ver que no están solos en su proceso. Es bonito cuando ves que alguien en el público siente que lo que dices desde el escenario le habla directamente a él o a ella. Eso, para mí, es el verdadero poder de la comedia.

Vale la pena

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Javier