El trabajo híbrido y remoto se ha convertido en una oportunidad clave para atraer y retener talento altamente cualificado. Este modelo responde a una nueva mentalidad donde la autonomía y los resultados priman sobre la presencia física. La flexibilidad es, hoy, un factor decisivo para los profesionales que buscan equilibrar su vida laboral y personal sin que su desempeño se mida únicamente por las horas en el puesto de trabajo.
Para Susana González, Directora de Empresas de ESIC Corporate Education, “las empresas deben transformar el control en autonomía. Pasar de una mentalidad presencial a un modelo híbrido o remoto es un desafío que impacta directamente en la formación y en la gestión del talento”. En el encuentro “Flexibilidad laboral: Formación a medida y bienestar como motores de compromiso y productividad”, subrayó que la capacitación debe ser personalizada, práctica y orientada a la aplicación inmediata en el día a día del profesional. “Para que el trabajo flexible impulse realmente la productividad y el compromiso, es imprescindible una cultura de formación continua vinculada a los resultados del negocio”.
La personalización de los itinerarios formativos y su alineación con la estrategia empresarial no solo facilitan la adaptación al cambio, sino que generan mejoras tangibles en la motivación y el rendimiento de los equipos, consolidando la formación como un pilar estratégico en la gestión del talento.