Carlos San Juan se convirtió en un fenómeno internacional en el año 2022. Con su campaña “Soy mayor, no idiota” consiguió llamar la atención de todos los bancos y de los medios de comunicación internacional. Del New York Times a la prensa francesa, publicaciones de todo el mundo se hicieron eco de su gesta: reunir 600.000 firmas para denunciar la digitalización excesiva de la banca y la falta de atención personal.
San Juan, un médico retirado de 82 años, ha participado en nuestros Diálogos con el Tercer Sector organizados por DigitalES, donde respondió a las preguntas de Patricia Úrbez, directora general de Sector Público para Fujitsu y líder de la Línea de Trabajo ‘Impacto Social’ de la asociación. En su intervención, ha recordado que la Comisión de Derechos Humanos de la UE ha reconocido que la brecha digital está generando pobreza.
San Juan también señaló al sector digital como responsable de actuar “de espaldas al usuario”. “Tras la pandemia se hizo un desarrollo demasiado rápido, en el que se olvidó al sector más vulnerable. Internet y los smartphones son caros y con su implantación se puede hablar de avance, pero no de progreso. Progreso es cuando beneficia a todo el mundo”, dijo.
“Los mayores pedimos ayuda. No nos oponemos a la digitalización. La IA está muy bien de puertas adentro en un hospital, pero a un paciente no puedes quitarle el diálogo, el mirarle a los ojos con tranquilidad para darle un diagnóstico. Necesitamos que los mayores puedan asesorar a los informáticos”, aseveró.
Los mayores no pueden ser considerados una unidad de gasto
En la jornada intervino también Joaquín Pérez, Referente Programa personas mayores con discapacidad y cuidadoras en Cruz Roja, quien reclamó la universalidad del acceso a Internet y pidió que las personas mayores “no sean consideradas una unidad de gasto”.
El también impulsor de la campaña ‘Ser mayor es lo más’ resaltó la importancia de las relaciones intergeneracionales y de contar con una red personal activa, formada por vecinos y sobre todo la familia. “Si hay algo que genera bienestar positivo, es la colaboración entre generaciones. Hay que fomentar ese encuentro”, dijo.
Jesús Hernández, director de Accesibilidad e Innovación de la Fundación ONCE, pidió que la accesibilidad se convierta en una asignatura obligatoria en las universidades. Así, explicó que los mayores se encuentran hoy con tres barreras para acceder a la tecnología: la económica, la de habilidades y la accesibilidad.
Para resolver esto, reclamó un diseño más centrado en el usuario, “que tenga en cuenta todas las necesidades”. Además, pidió explorar un “modelo colaborativo de convivencia que nos ayude a recuperar el barrio”. “Se está perdiendo el comercio que permitía socializar, y eso es fundamental para las personas mayores”, dijo.
El debate también contó con la intervención de Íñigo Estellés, responsable de comunicación en la Dirección General de Atención al Mayor de la Comunidad de Madrid, quien destacó la importancia de la colaboración con los Centros de Mayores en una región que acoge a 1.300.000 personas de más de 65 años.
“Se ofertan actividades encaminadas no solo a las competencias digitales, sino a su actualización. Nuestro reto es hacer la participación más motivadora”, dijo. “Hay que mejorar el asesoramiento a personas mayores en defensa de sus derechos, y contar con ellos para afinar con los objetivos a incidir, teniendo en cuenta sus particularidades”, añadió.
Síguenos en Redes Sociales: