En sectores como la construcción y otros sectores industriales, la exposición a partículas de polvo es un riesgo constante, a menudo invisible, que puede resultar muy peligroso para los trabajadores.
De hecho, respirar polvo de obra durante mucho tiempo puede dar lugar a enfermedades como asma, silicosis, problemas respiratorios crónicos y, en casos más graves, incluso cáncer pulmonar.
Y es que las partículas de polvo que se generan con las demoliciones, pueden ingresar al sistema respiratorio e ir acumulándose en los pulmones con el tiempo.
Además, los efectos no solo afectan a los trabajadores de la obra, sino que también pueden tener efectos perjudiciales sobre aquellos que se encuentran en las cercanías.
Por eso, es fundamental tomar medidas preventivas para proteger la salud, utilizando sistemas de control de polvo y los equipos de protección adecuados.
¿Cuáles son los peligros de respirar polvo de obra?
Cuando hablamos de polvo en la obra, no nos referimos solo a las molestas nubes visibles que se levantan al cortar o lijar materiales, sino que también pueden generarse partículas de polvo mucho más pequeñas que pueden penetrar profundamente en nuestros pulmones.
Aunque es cierto que no todos los tamaños de partículas tienen el mismo impacto, la exposición a largo plazo puede causar enfermedades respiratorias graves que pueden llegar a cronificarse en el tiempo.
Efectos inmediatos y a largo plazo en la salud
Respirar polvo de obra puede generar efectos inmediatos como la tos, la irritación de garganta, los ojos rojos y la dificultad para respirar. Sin embargo, los problemas más graves están relacionados con la exposición constante y prolongada.
La inhalación de partículas finas de forma continuada puede llegar a ocasionar enfermedades como la silicosis, una afección pulmonar crónica causada por la exposición al polvo de sílice y que puede ser mortal si no se detecta a tiempo. Los síntomas más habituales son la dificultad para respirar, la fatiga extrema y la pérdida de peso.
Otros riesgos derivados de la inhalación de polvo
Respirar polvo de tierra como el que contiene sílice, puede viajar a través de los pulmones hasta llegar a los alvéolos y quedar atrapado. (nota: esto me suena muy raro, se podría poner algo como: Respirar polvo en acopios de balasto donde hay mucha presencia de sílice, hace que las partículas viajen a través de los pulmones y puedan llegar hasta los alveólos, donde se quedan atrapadas. )
Con el tiempo, estas partículas pueden causar inflamación crónica, fibrosis pulmonar e incluso cáncer de pulmón. Pero también puede contribuir a otras afecciones como el asma ocupacional o la rinitis alérgica.
¿Cuál es el tipo de polvo más peligroso en las obras?
Hay algunas partículas de polvo que, debido a su composición, tamaño y la facilidad con la que penetran en los pulmones, se consideran especialmente peligrosas.
Amianto: un enemigo invisible
El amianto es un mineral que se utilizaba habitualmente en materiales de construcción hasta que se descubrió que es extremadamente tóxico. La exposición prolongada al amianto puede provocar enfermedades graves como el mesotelioma, un tipo de cáncer pulmonar, o la asbestosis, una enfermedad pulmonar crónica.
Sílice: el polvo más común y letal
Respirar polvo de cemento también puede ser muy peligroso, ya que este material contiene polvo de sílice procedente del cuarzo, la cristobalita o la tridimita. Pero también se encuentra presente en el gres, el ladrillo y la piedra.
Al ser inhalado, puede causar afecciones como la silicosis, una enfermedad que afecta gravemente a los pulmones y puede ser fatal si no se trata adecuadamente.
Polvo de madera: una amenaza silenciosa
El polvo de madera es otro tipo de polvo presente en muchas obras de construcción. Aunque puede parecer menos peligroso, puede llegar hasta los pulmones y causar problemas respiratorios a largo plazo.
Pero además, puede causar irritación en la piel y los ojos y, en algunos casos, incluso puede ser un desencadenante de alergias o asma ocupacional. A lo que hay que añadir que puede ser inflamable cuando se acumula en el aire o en las superficies.
¿Cómo prevenir los riesgos de respirar polvo en la obra?
Para reducir la exposición al polvo y proteger la salud de los trabajadores, es fundamental llevar a cabo una buena labor de prevención para evitar riesgos. Algunas de las medidas más efectivas en este sentido son las siguientes:
Gestión del polvo por aspiración
Utilizar sistemas de aspiración en las herramientas y en la maquinaria de construcción permite capturar las partículas de polvo en el momento en que se generan, evitando que se dispersen por el aire. Imprescindibles en trabajos como el corte de hormigón, la perforación de paredes o el lijado de superficies.
Tabajo en húmedo
Al utilizar agua durante procesos como el corte o el lijado, se reduce la cantidad de polvo que se libera, lo que ayuda a proteger la salud de los trabajadores y, al mismo tiempo, a mejorar la visibilidad en el lugar de trabajo.
Uso de equipos de protección personal (EPI)
Para proteger a los trabajadores de la inhalación de polvo, es indispensable que los trabajadores cuenten con los EPIs adecuados. Las mascarillas son esenciales para filtrar las partículas en suspensión y evitar que lleguen a los pulmones. Pero además, es recomendable usar trajes de protección para evitar que el polvo se acumule en la ropa y gafas protectoras para proteger los ojos de la irritación.
Sistemas de nebulización para el control del polvo
Los sistemas dispersan microgotas de agua que atrapan las partículas de polvo en el aire, haciendo que caigan al suelo y evitando que se mantengan en suspensión. Gracias a su capacidad de cubrir grandes áreas y su diseño, permiten disfrutar de un ambiente de trabajo más limpio y seguro.
Formación en prevención de riesgos
La formación es clave para sensibilizar a los trabajadores sobre los riesgos del polvo y cómo prevenirlos, ayudando a los operarios a entender los peligros del polvo en la obra y a utilizar las herramientas de forma segura para reducir la exposición.
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