La caída se define como «acontecimiento involuntario que hace perder el equilibrio y dar con el cuerpo a tierra o a otra superficie firme que lo detenga” (OMS, 2012).
Actualmente, la caída se considera como uno de los grandes síndromes geriátricos siendo considerado como un marcador de fragilidad en esta etapa de la vida. A su vez las caídas en el adulto mayor constituyen un gran problema epidemiológico derivado de las graves consecuencias que conllevan como las fracturas de los miembros (principalmente brazo, antebrazo y cadera), la hospitalización y el síndrome post-caída.
El 30% de los mayores de 65 años y el 50% de los mayores de 80 años, se caen al menos una vez al año.
El origen de las caídas es multifactorial pudiéndose dividir en:
– Factores intrínsecos:
- alteración de los sentidos: disminución agudeza visual, angioesclerosis del oído interno, mareos, y
- cambios musculo esquelético: alteración la postura, debilidad muscular,
- alteración de la función neuromuscular
- alteración de la marcha.
– Factores extrínsecos:
- yatrogénicos (medicación)
- ambientales (barreras arquitectónicas, mobiliario, alfombras, …)
- uso inadecuado de ayudas técnicas o mal estadio de las mismas…
El abordaje fisioterapéutico comienza con una valoración inicial y análisis exhaustivo de los factores de riesgo.
Dentro de la valoración inicial las escalas más utilizadas para determinar el riesgo de caídas son: test de Tinetti, SPPB (Short Physical Performance Battery. Batería corta de desempeño físico) y escala de riesgo de caídas múltiples.
De forma general, el abordaje en fisioterapia se puede dividir en tres grandes pilares:
– Educación terapéutica
– Trabajo propiocepctivo
– Enseñanza en la caída (enseñar a cómo caer y si es posible a cómo levantarse).
Los diferentes aspectos que se deben trabajar dentro del tratamiento en fisioterapia son:
- Entrenamiento de fuerza, equilibrio y marcha. Incluyendo ejercicios de mejora y control postural, ejercicios propioceptivos y desarrollo de reflejos. Trabajo de fuerza abdominal, de MMSS y MMII. Ejercicios de equilibrio en BPD y SDT. Marcha de talones, puntillas, obstáculos…
- Mejora de transferencias (trabajo de secuencia en transferencia de DS a SDT y SDT a BPD) y mejora en la deambulación con o sin ayuda técnica, enseñando el correcto manejo de la ayuda.
- Educación del personal y del propio anciano sobre las caídas: Por ejemplo, se recomienda que tras un largo período de estar acostado se debe permanecer sentado hasta que se sienta seguro para levantarse y deambular, necesidad de uso de calzado adecuado, necesidad de uso de ayuda técnica para la marcha si fuera necesario, etc.
Las caídas son uno de los principales síndromes geriátricos descritos y por ello debe ser abordado dentro del tratamiento fisioterapéutico con el fin de evitar que ocurra o si ocurre minimizar las posibles consecuencias.