Existen dos momentos clave en el año para el incremento en la venta de vehículos: al finalizar el año, cuando se aprovechan ofertas de cierre de ejercicio, y desde la Semana Santa hasta el inicio del verano, por lo que es probable que muchas personas estén pensando en adquirir un vehículo en estos momentos.
Tras la vivienda, la compra de un vehículo es una inversión clave, con un promedio de dos a tres coches adquiridos en la vida, a menudo mediante financiación. En febrero de 2025 se matricularon en España 106.570 coches nuevos, y en el último año se vendieron aproximadamente 1.229.629. Las ventas de vehículos usados también han crecido, alcanzando casi los 2,5 millones unidades en 2024.
Los concesionarios y empresas de venta de vehículos ofrecen atractivas promociones, con grandes descuentos y bajas cuotas mensuales. Sin embargo, es importante considerar que estas ofertas pueden incluir cláusulas abusivas, comisiones excesivas, tipos de interés elevados y cuotas finales que resultan sorpresivamente altas.
Son las empresas de venta de vehículos las que nos gestionan la financiación. Nos solicitan documentos que reflejan nuestra situación laboral, personal, económica y tras proporcionársela, nos informan que la financiación ha sido autorizada, sin que generalmente acudamos, ni negociemos, ni nos informemos con dicha financiera, pues ni llegamos a hablar con ella.
Y así, sea detrás de una entrada pequeña, sin necesidad de entrada, o mediante cuotas muy bajas, pueden ocultarse intereses excesivos y cláusulas abusivas que nos llevan a pagar en total mucho más de lo necesario o razonable.
En RED ABAFI, observamos con preocupación que, antes de la concesión del préstamo, cuando los clientes solicitan una simulación de cómo quedará su financiación tras elegir el coche, los concesionarios y las empresas de venta de vehículos no proporcionan una oferta de financiación completa y clara.
Al analizar los contratos, encontramos que son excesivamente extensos y presentan una letra muy pequeña, lo que dificulta su comprensión. La redacción es a menudo compleja y poco clara, incluso ambigua, lo que genera una falta de transparencia que complica la comprensión por parte del consumidor.
Además, estos contratos suelen incluir comisiones de apertura muy elevadas, intereses que superan la media del mercado y la obligación de contratar seguros de protección de pagos, seguros del vehículo, seguros de vida, u otros productos relacionados con el mantenimiento del automóvil. Es más, en muchas ocasiones estos conceptos se incluyen en la financiación, lo que incrementa aún más el coste del préstamo.
No debemos olvidar, del mismo modo, la existencia de penalizaciones excesivas por cancelaciones anticipadas, o cláusulas que castigan de manera desproporcionada los posibles retrasos en los pagos, o la imposición de un periodo en el que no se puede cancelar la financiación de forma anticipada.
La financiación de vehículos, tanto nuevos como usados, se ha vuelto un negocio muy rentable para concesionarios y entidades financieras. Pero como decimos, a menudo las facilidades ofrecidas ocultan prácticas poco transparentes, cláusulas abusivas y publicidad presuntamente engañosa, lo que lleva al consumidor a pagar más de lo esperado.
Es por ello crucial leer los contratos antes de firmar, solicitar una simulación previa, con todas las condiciones económicas y financieras, y preguntar sobre aspectos no comprendidos. Prestar atención a la TAE, a los costes adicionales, penalizaciones y obligaciones de contratar otros productos, siendo muy recomendable guardar copia de toda la documentación, por si surge la necesidad de reclamar. No estaría de más, por otra parte, considerar la opción de solicitar financiación a su entidad financiera de confianza, para poder comparar las ofertas, siendo siempre importante, para cualquier duda, estar asesorados por abogados especializados en las áreas financiera y de consumo. ¡Buena compra!
Autor: Juan José Santos
Abogado RED ABAFI Castilla y León