El problema no es la IA. Es la infraestructura digital global, aún en gran parte alimentada por fuentes no renovables. Es la falta de eficiencia energética. Es la ausencia de transparencia por parte de las grandes tecnológicas. Es que usamos herramientas poderosas sin hacernos preguntas.
¿Quieres una IA más verde? No la canceles: exígela mejor. Pide que sus servidores se alimenten con energías limpias. Que optimicen el uso de tokens. Que midan y publiquen su huella de carbono. Que rindan cuentas.
La sostenibilidad no es decir “esto contamina, malo, cancelado”. Es mirar todo el sistema. Y rediseñarlo.
¿Quieres salvar al planeta? Empieza por no reenviar ese meme a 50 personas.
¿Quieres reducir tu huella digital? Cierra pestañas, apaga el router a la noche, no le des al scroll infinito.
¿Quieres IA más limpia? Hazla parte de la conversación. No la conviertas en chivo expiatorio.
En Distrito lo decimos claro: ni bulo, ni apocalipsis. Solo una verdad incómoda que hay que mirar de frente. Sin miedo. Sin filtros. Con datos. Y con ideas para hacerlo distinto.