La inteligencia artificial ha llegado para quedarse, y con ella, nuevos retos éticos, medioambientales y profesionales. Nos encontramos en un momento apasionante de transformación en nuestra forma de trabajar. La IA se ha convertido, sin lugar a dudas, en el gran actor que está revolucionando nuestro día a día. No solo por su capacidad, sino también por lo accesible que resulta hoy en día para cualquier persona.
GUSTAVO DÍAZ BENAVENTE
Responsable oficina técnica de procesos
Se abren al mismo tiempo intensos debates sobre el uso responsable de la tecnología.
El debate de la credibilidad: ¿qué es real y qué no?
Uno de los primeros debates planteados es el de la credibilidad.
Cada vez es más difícil saber qué es real y qué no, gracias al cada vez más humano “output” de los diferentes modelos de lenguaje y su forma de razonar.
Esto se extiende también a las imágenes y vídeos. Hoy en día cualquiera puede crear o modificar contenido en apenas segundos, obteniendo resultados que son prácticamente indistinguibles de la realidad. Mientras que en el ámbito de la creatividad esto puede ser útil, en otros contextos puede resultar muy delicado.
En los últimos meses, se ha informado en España sobre un aumento en el uso de inteligencia artificial (IA) para cometer fraudes en la peritación de vehículos en el sector asegurador. Los estafadores emplean herramientas de IA para manipular imágenes y vídeos, generando daños falsos en vehículos (como abolladuras, arañazos o cristales rotos) con el objetivo de reclamar indemnizaciones indebidas.
Según datos recientes, los casos de manipulación de imágenes con IA crecieron hasta en un 300% entre 2022 y 2023, lo que ha encendido las alarmas en la industria.
Para contrarrestar estas prácticas, las aseguradoras están implementando tecnologías avanzadas de IA y aprendizaje automático para detectar fraudes. Estas herramientas analizan grandes volúmenes de datos, identifican patrones sospechosos y verifican la autenticidad de las pruebas, como fotos o documentos.
Algunos sistemas son capaces de detectar incongruencias en imágenes o evaluar si un accidente resulta verosímil, lo que ha permitido a compañías como AXA aumentar la detección de fraudes hasta en un 30% en 2024. Sin embargo, el auge de estas estafas también ha llevado a algunas aseguradoras a exigir más pruebas físicas o inspecciones presenciales, lo que podría complicar los procesos para los clientes honestos.
Inteligencia artificial para luchar contra la inteligencia artificial. Una paradoja inquietante, ¿no es así?
¿Cuánto contamina la inteligencia artificial?
El creciente uso de la inteligencia artificial y las nuevas exigencias computacionales de los modelos han llevado a gigantes tecnológicos como Google y Microsoft a apostar por la energía nuclear para alimentar sus centros de datos.
Ejemplos concretos son el acuerdo de Google con Kairos Power para construir reactores nucleares en EE. UU. a partir de 2030, o la reactivación de la planta de Three Mile Island por parte de Microsoft para 2028.
Estas iniciativas buscan responder a la enorme demanda energética de los modelos de IA, pero abren un debate candente: ¿es prioritario mejorar la IA o preservar un mundo verde?
Aunque la energía nuclear emite menos CO₂ que los combustibles fósiles, la construcción de reactores, la gestión de residuos radiactivos y su impacto ambiental sugieren que el precio de tanta computación podría ser un planeta menos verde.
Esto nos alejaría de alternativas renovables como la solar o la eólica, que, pese a sus limitaciones, tienen una huella de carbono significativamente menor.
Compromiso con una IA útil, honesta y sostenible
La inteligencia artificial ha llegado para quedarse, y con ella, nuevos retos éticos, medioambientales y profesionales.
En un mundo donde los datos pueden falsificarse con facilidad y los modelos requieren cantidades ingentes de energía, los profesionales del futuro deberán moverse entre dos mundos: la precisión técnica y la conciencia ambiental. Como empresa líder de gestión de flotas, desde Mobius Group apostamos por una IA que no solo sea eficaz, sino también responsable: capaz de detectar la trampa, pero también de cuidar el planeta
