La Directiva Ómnibus 2025:¿Cómo simplifica y ajusta las normativas de sostenibilidad empresarial en la UE?
En un contexto global de creciente presión para que las empresas adopten prácticas más sostenibles, la Unión Europea ha impulsado diversas normativas que buscan regular el reporte de sostenibilidad. La Directiva de Información Corporativa en Materia de Sostenibilidad (CSRD) ha sido uno de los pilares de esta agenda, sin embargo, la Directiva Ómnibus 2025 llega para realizar ajustes significativos a esta normativa.
Conozcamos más sobre esta interesante directiva abordando las siguientes cuestiones:
Objetivos de la Directiva Ómnibus 2025
La Directiva Ómnibus 2025 tiene un enfoque claro: fomentar la competitividad global de las empresas europeas mediante la simplificación de los requisitos de sostenibilidad. Se busca equilibrar la urgencia de un marco regulador sólido en cuanto a sostenibilidad con las necesidades de las empresas, especialmente aquellas de menor tamaño.
Los principales objetivos que persigue podríamos agruparlos en 3 bloques:
- Reducir la carga administrativa para las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, que se ven desbordadas por los requisitos regulatorios actuales.
- Mantener la alineación con los objetivos climáticos globales de la UE, asegurando que las empresas sigan cumpliendo con los estándares de sostenibilidad mientras se les proporciona mayor flexibilidad.
- Adaptar la normativa a la competitividad global, dado que las empresas europeas se enfrentan a regulaciones que son mucho más laxas en otras partes del mundo. La directiva busca mejorar la posición de Europa en el mercado global.
¿Cómo ajusta la Directiva Ómnibus la CSRD?
Uno de los cambios más significativos es la ampliación de los umbrales de ingresos y número de empleados para las empresas obligadas a cumplir con los informes de sostenibilidad, la Directiva Ómnibus eleva los umbrales, limitando su aplicación a empresas con más de 1.000 empleados y más de 50 millones de euros en volumen de negocios o 25 millones de euros en balance total.
Este ajuste reduce el número de empresas que deben presentar informes, permitiendo a las pymes y a muchas empresas más pequeñas evitar cargas adicionales de cumplimiento
El segundo de los cambios clave es el aplazamiento de los plazos para las empresas que aún no han comenzado a cumplir con los informes. Mientras que la CSRD original exigía el inicio de la presentación de informes a partir de 2026, la Directiva Ómnibus extiende estos plazos, ofreciendo más tiempo para la implementación efectiva de las nuevas exigencias. Esto permitirá a las empresas adaptarse de manera más gradual y reducir el riesgo de incumplimiento.
El tercer cambio para destacar es la simplificación de los requisitos de información. Se eliminan algunas métricas obligatorias y se reduce el nivel de detalle que las empresas deben proporcionar en sus informes. En lugar de imponer una lista extensa de indicadores, la nueva directiva enfoca los esfuerzos en la divulgación de información relevante y material para la sostenibilidad, lo que hace que los informes sean más prácticos y menos costosos de preparar.
Y como último cambio significativo destacar la eliminación de normas sectoriales obligatorias. En lugar de seguir regulaciones específicas por sector, la Directiva Ómnibus propone guías voluntarias que las empresas pueden adoptar de acuerdo con sus características y contexto sectorial. Esto busca ofrecer mayor flexibilidad a las empresas, al tiempo que se garantiza que los informes sigan siendo coherentes con los principios generales de sostenibilidad establecidos por la CSRD.
Reacciones y perspectivas
La reacción ante estos cambios ha sido mixta. Por un lado, la simplificación de las normativas y la extensión de los plazos ha sido bien recibida por muchas empresas, especialmente las pymes, que enfrentaban una carga excesiva de documentación y cumplimiento. Sin embargo, algunos defensores de la sostenibilidad temen que la reducción de los requisitos de información y el ajuste de los umbrales pueda diluir la efectividad de la normativa a largo plazo.
Desde el punto de vista de la competitividad global, la Directiva Ómnibus parece estar orientada a asegurar que las empresas europeas no queden rezagadas frente a los competidores internacionales, que a menudo operan bajo marcos regulatorios menos estrictos. Esta estrategia podría ayudar a Europa a mantener su liderazgo en sostenibilidad mientras evita que las empresas se vean frenadas por reglas demasiado restrictivas.
Conclusión
En definitiva y como conclusión, la Directiva Ómnibus 2025 marca un cambio en la forma en que la UE maneja la sostenibilidad empresarial. Aunque mantiene el objetivo de fomentar una mayor transparencia y rendición de cuentas en términos de sostenibilidad, introduce medidas que hacen la normativa más accesible y menos onerosa para las empresas, dado que al reducir la carga administrativa y ofrecer más flexibilidad, facilita la adaptación de las empresas a los requerimientos de la CSRD y garantiza que la UE siga siendo un líder en sostenibilidad empresarial a nivel global.
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