Ornitólogo español advierte que la acción humana es el mayor riesgo de la extinción de aves

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Apasionado de la aves y sumido en la búsqueda de nuevas especies junto a su equipo de biólogos, el ornitólogo español e investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC, Borja Milá, ha lamentado que la actividad humana es el principal riesgo para la extinción de algunas de las más de 10.000 especies de aves que existen en el planeta.

La destrucción de sus hábitats junto a la introducción de animales domésticos son, para el experto, dos factores determinantes en un contexto en el que la contaminación humana y los gases de efecto invernadero están produciendo cambios en los sistemas “más rápidos” que el tiempo de respuesta que necesitan las aves para adaptarse a ellos.

Aún así, Milá considera que “todavía queda mucha biodiversidad por descubrir”, motivo por el que se embarca en diversas expediciones a zonas poco exploradas del planeta donde, gracias a redes especiales formadas por nylon fino, capturan distintos pájaros para investigar sobre sus características y obtener informaciones sobre cómo se relacionan distintas especies.

‘Melanocharis citreola’, nueva especie

Precisamente, entre sus grandes contribuciones al ámbito de la ornitología, figura el descubrimiento del ‘Melanocharis citreola’, un pequeño pájaro bicolor que fue localizado en las montañas de Kumawa (Nueva Guinea), a 1.200 metros de altitud, y que supuso la primera especie descubierta en este país en los últimos ochenta años.

Imagen del ‘Melanocharis citreola’, la nueva especie descubierta por el equipo encabezado por Borja Milá en Papúa, Nueva Guinea.

“Su descubrimiento fue un momento muy emocionante, ya que tuvimos una suerte enorme de que nos cayera en las redes una especie no documentada para la ciencia” que, por sus características morfológicas “sospechaba desde el principio que era una especie distinta”, ha asegurado el investigador español durante su participación en ‘Expedición Iryo’.

Sin embargo, determinar una nueva especie requiere un trabajo posterior, que va desde la consulta de múltiples datos clásicos como el plumaje, la envergadura de las alas o la forma del pico, hasta unas exhaustivas pruebas genómicas que ayudan a comprender cómo se relacionan distintas poblaciones y hasta qué punto han divergido unas con otras.

¿Cómo convergen las aves?

Esta convergencia evolutiva produce algunos casos sorprendentes, como el hecho de que los colibríes y los avestruces -las aves más pequeñas y más grandes respectivamente- compartan un ancestro común hace cien millones de años, y otros en los que especies que no están próximamente relacionadas pueden tener características muy similares.

Fotografía del equipo de biólogos que realizaron la expedición en Papúa, Nueva Guinea.

“Podría pensarse que los halcones y las águilas están próximamente relacionadas porque son rapaces diurnas y se alimentan de una forma muy similar, pero en realidad están muy separados (…) Por ejemplo, los halcones están más emparentados con los loros que con las águilas”, ha argumentado Milá.

El experimentado ornitólogo recomienda “salir al campo a observar aves”, una afición que cada vez concita una mayor atención en España que, a su criterio, dispone de numerosos espacios naturales idóneos para levantar la vista al cielo.

“Tenemos humedales importantes como Doñana o el Delta del Ebro, zonas montañosas y estepas donde viven aves muy amenazadas como las avutardas, los sisones y las alondras ricotí”, ha concluido.EFE

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EFE