Mucho se ha escrito y dicho sobre las propiedades del vino para la salud. Si eres lo suficientemente winelover, habrás leído y puede que defendido los estudios que identifican beneficios de un consumo moderado de vino para la salud.
En la D.O. Rías Baixas estamos de acuerdo con Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN) en que el vino, siempre que se consuma con moderación, es un alimento de la dieta mediterránea. Es un producto vinculado a una cultura y una forma de vida que puede formar parte de un estilo de vida saludable. Pero no, no vamos a defender que el consumo moderado vino tenga propiedades terapéuticas aunque existan estudios que lo apunten.
Hoy te contamos todo lo bueno que hay detrás, los beneficios que contienen esas preciosas bayas con las que elaboramos nuestros extraordinarios vinos: ¡Las uvas! Déjate sorprender por la cantidad de antioxidantes que tiene nuestra fruta favorita y entérate de lo que puede hacer por ti, por tu piel y tus músculos, ¡tanto por dentro como por fuera!
Sustancias beneficiosas de las uvas y funciones
Quizás la mejor manera de aprovecharse de las sustancias beneficiosas de las uvas es ingerirlas directamente enteras, pero no solo, porque algunos de los nutrientes que favorecen nuestra salud y nos rejuvenecen, por dentro y por fuera, se encuentran por ejemplo en las pepitas. Y solo podemos beneficiarnos de ellas si las consumimos en forma de aceite, que tiene aplicaciones tanto culinarias como de estética. Pero entremos en detalle:
Resveratrol
Es uno de los muchos polifenoles presentes en las uvas que protege las células de la acción de los tóxicos y los radicales libres, responsables del envejecimiento celular. Este polifenol, presente en la piel de las uvas, especialmente de las tintas, y en el vino tinto, según Journal of Cardiovascular Pharmacology, protege las arterias y la salud cardiovascular en su conjunto. También hay antioxidantes presentes en los blancos, como el Rías Baixas Albariño.
Ácido linoleico (Omega 6)
Las uvas y sobre todo las pepitas contienen una cantidad interesante de ácidos grasos Omega 6 o ácido linoleico, aunque la mejor forma de consumirlo es a través del aceite de semillas de uva. Nuestro cuerpo no es capaz de digerir las pepitas, pero sí puede sintetizar del aceite, útil en términos de nutrición, pero también a nivel estético.
Potasio
Una ración de uvas contiene 360 miligramos de potasio, un 15% de las necesidades diarias de una persona adulta. El potasio ayuda a bajar los niveles de sodio y, por tanto, la presión arterial, y es un mineral básico en el proceso de regeneración muscular tras el ejercicio físico.
Agua y fibra
Como en otras muchas frutas, un 83% del peso de las uvas es agua. Un racimo de 160 gramos de uvas contiene además 1,3 gramos de fibra, un nutriente esencial para la salud intestinal.
Azúcares
Las uvas son de las frutas con mayor cantidad de azúcares, básicos en la elaboración del vino durante la fermentación. Estos azúcares son la glucosa, fructosa y sacarosa, de fácil asimilación y no representan un exceso si consumimos un racimo de tamaño mediano, equivalente en calorías a una manzana o un plátano.
Vitaminas C y A (Retinol)
Una ración de uvas contiene unos 5,8 miligramos de vitamina C y 4,3 de vitamina A, que ayuda a mantener sanos los tejidos blandos y la piel, entre otras funciones.
El poder de las uvas en el cuidado de la piel
Como ves, algunas de estas sustancias se trasladan al vino, y seguramente tengan que ver con las propiedades que algunos estudios le atribuyen para la salud. Pero en los últimos años se ha extendido en diversas zonas vinícolas el uso de los subproductos del vino en tratamientos de estética y relajación de gran éxito. Así mientras en Rías Baixas utilizamos las pieles de la uva para elaborar fertilizantes con los que alimentar nuestros viñedos o aguardientes, en otras áreas vitícolas han aprovechado para lanzar tratamientos de vinoterapia apoyados en el poder del resvesratrol y los taninos para el cuidado de la piel.
Como decíamos antes el resveratrol es uno de los polifenoles presentes en las uvas (y también en los frutos rojos) con un alto poder antioxidante. En los últimos años, los estudios científicos han demostrado su potencial en el cuidado de la piel, en tratamientos a los que se atribuye acción antienvejecimiento, hidratante, iluminador y potenciador de la elasticidad y firmeza de los tejidos.
El aceite de semillas de uvas, un descubrimiento reciente
La investigación científica más reciente ha descubierto un auténtico filón en el aceite de semillas de uva. Un producto ideal para reciclar un subproducto del vino que no tiene otro aprovechamiento alimentario y que se utiliza como un potente agente rejuvenecedor, antiinflamatorio, depurativo y antibacteriano.
Las semillas contienen antioxidantes, como polifenoles y taninos que protegen la piel de las agresiones externas y el envejecimiento y al organismo de la acción de los radicales libres. Quienes lo comercializan sostienen que ayuda a depurar la sangre y contra la retención de líquidos, favorece la circulación y protege el corazón, actúa como antiinflamatorio intestinal, muscular y de los tejidos y tiene propiedades antibacterianas. 😮
Como el organismo humano no es capaz de digerir las pepitas de las uvas, la elaboración de aceite de semillas de uva se ha convertido en una alternativa eficaz para fomentar su reciclaje, pero también para la mejora de la salud. El aceite de semillas de uva se usa como aderezo de ensaladas y vinagretas, y en tratamientos estéticos, como aceite para masajes, cremas hidratantes y regeneradoras, tratamientos para afecciones de la piel, tónicos revitalizantes de la piel y el cabello y como ingrediente de tratamientos de vinoterapia.
Vinoterapia: ¿En qué consiste?
La vinoterapia es el conjunto de tratamientos de bienestar realizados con vino o subproductos de su elaboración. Se le atribuyen efectos antioxidantes, hidratantes, antiinflamatorios, de activación de la circulación sanguínea, relajantes y reafirmantes, además de una experiencia sensorial que favorece el bienestar físico y mental gracias a la aromaterapia y cromoterapia del vino. Algunas fuentes advierten de la existencia de tratamientos con vino ya en Egipto, aunque en Occidente es una práctica mucho más reciente.
En muchos centros y spas ya existen tratamientos de vinoterapia, entre los que se encuentran exfoliaciones con productos a base de piel de uvas y pepitas trituradas, envolturas con extractos de uvas, arcillas o algas, tratamientos de hidratación de cara y cuerpo a base de preparados elaborados con uva y vino ¡y hasta hidromasajes de vino! 😮
Como ves, nuestra pasión por el reciclaje de nuestros residuos y la práctica de una viticultura sostenible con siglos de tradición no es solo nuestra, sino cada vez más frecuente en el mundo del vino.