PAS y astenia primaveral: un viaje emocional hacia el verano

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Especial atención a tu bienestar físico y emocional

Para acompañar la transición de la primavera al verano de una forma consciente, es importante que, si eres una Persona Altamente Sensible (PAS), prestes especial atención a tu bienestar físico y emocional.

Con la llegada del verano, es fácil dejarse llevar por la vida social: viajes, reuniones, planes al aire libre, fiestas, actividades… Sin embargo, como PAS, resulta esencial no confundir la invitación externa con la necesidad interna. Si tu cuerpo te pide calma, descanso o espacios tranquilos, escúchalo sin culpa.

El calor y la luz también pueden influir notablemente en tu estado. Las altas temperaturas pueden resultar agotadoras tanto física como emocionalmente, y la sobreestimulación sensorial puede desembocar en fatiga, irritabilidad o incluso ansiedad.

Por ello, conviene organizar tus jornadas para aprovechar las horas más suaves del día, como la mañana o el atardecer, y reservar tiempo para estar en ambientes frescos y agradables.

Hidratación y alimentación

Además, cuidar la hidratación y la alimentación cobra especial relevancia. Durante el verano, el cuerpo necesita reajustes: mantenerse bien hidratado y optar por comidas ligeras y frescas —priorizando frutas, verduras y alimentos que regulen la energía— puede marcar una gran diferencia.

Muchas PAS son especialmente sensibles a los efectos de ciertos alimentos, como los azúcares, el exceso de cafeína o las comidas muy pesadas, por lo que vigilar este aspecto es clave para mantener un equilibrio interno.

También es fundamental trabajar en la regulación emocional antes de alcanzar un estado de sobreestimulación. El verano suele venir acompañado de mayor vida social, por lo que establecer límites saludables se vuelve imprescindible.

Regálate momentos de silencio

Practicar diariamente técnicas como la meditación, la respiración consciente, la escritura emocional o simplemente regalarte momentos de silencio puede ayudarte a reconectar contigo y a mantener tu equilibrio.

No olvides planificar tus descansos y espacios de soledad. Como PAS, necesitas momentos de tranquilidad para regular tu sistema nervioso.

Incluso en vacaciones, donde a menudo se espera que todo sea compañía y diversión, es importante reservar tiempo solo para ti. La soledad elegida no implica aislamiento, sino autocuidado.

Sensibilidad no es debilidad

Uno de los grandes aprendizajes para una persona altamente sensible es comprender que la sensibilidad no es debilidad.

Si esta primavera te sentiste vulnerable y ahora, en verano, notas altibajos emocionales o fatiga social, recuerda que no hay nada erróneo en ello: es tu sistema sensible adaptándose a un entorno cambiante. Trátate con amabilidad, con respeto, y quiérete como eres.

Elige tu forma de vivir el verano

Y finalmente, puede que te ayude replantearte qué significa realmente disfrutar. La sociedad tiende a asociar el verano con vacaciones, alegría, planes constantes, playa, sol y naturaleza. Pero cada PAS tiene su propio concepto de bienestar y calidad de vida.

Tal vez, para ti, disfrutar signifique leer a la sombra, caminar en silencio por la playa al atardecer o simplemente estar en un lugar tranquilo y seguro. Y eso también está bien. Permítete preparar un verano a tu medida, acorde a tu forma de sentir el mundo.

Recuerda: no hay una única forma de vivir el verano. Y tú, con tu forma particular y profunda de sentir, tienes el derecho —y la sabiduría— de elegir el ritmo que más te cuide. Que este verano sea, sobre todo, un espacio para honrar tu sensibilidad, reconectar contigo y abrazar aquello que realmente te nutre.

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