Almudena Fdez. / Madrid / Spa
- En un mundo donde los suelos claman por alivio y las cosechas se tornan inciertas bajo cielos cambiantes, surge una esperanza silenciosa: la agricultura regenerativa. Más que una técnica, es una sinfonía entre la ciencia y la tierra, donde cada práctica busca restaurar lo que el tiempo y la explotación han desgastado.
🌱 La inversión que germina futuro
Mondelēz International, a través de su plataforma «Sustainable Futures», ha invertido en eAgronom, una empresa estonia que ofrece herramientas digitales para apoyar a los agricultores en su transición hacia prácticas más sostenibles. Con más de 3.000 explotaciones agrícolas y más de 2.5 millones de hectáreas gestionadas en 10 países europeos, eAgronom proporciona incentivos financieros y soluciones integradas de gestión agrícola. Esta inversión permitirá a eAgronom expandirse y acelerar la adopción de prácticas sostenibles en más de 4 millones de hectáreas para 2026.
Actualmente, eAgronom gestiona más de 2,5 millones de hectáreas en una decena de países —entre ellos España— y trabaja con más de 3.000 explotaciones agrícolas. Su tecnología integra herramientas de gestión digital, asesoramiento agronómico, acceso a mercados de créditos de carbono e incentivos financieros, con el fin de mejorar la resiliencia económica de los agricultores y restaurar suelos degradados mediante el secuestro de carbono.
“La inversión se alinea con nuestra tesis de impacto climático y el objetivo de fortalecer la resiliencia de nuestras cadenas de suministro”, afirmó Susanne Mathis-Alig, directora de sostenibilidad de Mondelēz. Por su parte, Robin Saluoks, CEO de eAgronom, subrayó el papel catalizador de estas alianzas empresariales para alcanzar una agricultura de emisiones netas cero.
La operación ha sido asesorada por la firma de inversión de impacto Sagana, que ha validado tanto el modelo de negocio como el impacto ambiental positivo de la plataforma. Según Michael Weber, director de Clima y Medio Ambiente en Mondelēz, esta colaboración también contribuirá al desarrollo de soluciones de eliminación de carbono, una vía que muchas compañías comienzan a explorar con creciente urgencia.
Para Esther Patiño, responsable de asuntos corporativos en Iberia, esta apuesta también tiene una dimensión territorial concreta: “Estamos orgullosos de que esta inversión beneficie directamente a los agricultores españoles y refuerce nuestro compromiso con la sostenibilidad y las comunidades locales”.
En un mundo donde el cambio climático erosiona certezas y suelos por igual, esta iniciativa propone no solo adaptarse, sino regenerar. Una mirada larga y profunda al futuro de la agricultura y, por extensión, del planeta.
🌾 Raíces que regeneran: experiencias en Europa
En España, la finca Valle del Conde, ubicada en Luque, Córdoba, ha sido reconocida como el olivar más sostenible del país. Desde 2019, esta finca ha adoptado un modelo de agroganadería regenerativa, integrando prácticas agrícolas y ganaderas ecológicas para restaurar la biodiversidad y revitalizar los suelos. El pastoreo rotativo de ovejas y el uso de vegetación autóctona han sido clave en este proceso.
En Murcia, la finca La Junquera ha sido semifinalista en los «Premios de innovación agraria y rural 2024» por su enfoque en la agricultura regenerativa. Con 1.400 hectáreas, el proyecto se centra en prácticas sostenibles y ofrece oportunidades educativas a jóvenes rurales a través de su «Academia de Regeneración». Hasta ahora, han restaurado 2.500 hectáreas de tierra y plantado 30.000 árboles.
En Cataluña, Mas Les Vinyes se ha convertido en la primera granja certificada en permacultura y agricultura regenerativa de España. Como miembro de la Alianza Europea para la Agricultura Regenerativa (EARA), promueve prácticas que abordan problemáticas como la degradación del suelo y la pérdida de biodiversidad.
🌍 Semillas de cambio en Estados Unidos
En Georgia, la granja White Oak Pastures, dirigida por Will Harris, es un ejemplo de agricultura regenerativa a gran escala. Con 3.200 acres, integra prácticas como el pastoreo rotativo y la producción diversificada de animales y cultivos, reduciendo las emisiones de carbono y promoviendo la biodiversidad.
En Nueva York, Soul Fire Farm, fundada por Leah Penniman, utiliza técnicas agrícolas ancestrales y orgánicas para combatir la injusticia en el sistema alimentario. La granja se centra en aumentar la biodiversidad del suelo y se ha convertido en un modelo de agricultura regenerativa y justicia social.
El Rodale Institute en Pensilvania ha sido pionero en investigación sobre agricultura orgánica y regenerativa desde 1981. Sus estudios han demostrado que, tras un período de transición, los sistemas orgánicos pueden igualar o superar los rendimientos de los convencionales, especialmente en condiciones de sequía, y tienen una mayor capacidad de secuestrar carbono en el suelo.
🧪 La ciencia como aliada del suelo
La Universidad de Córdoba, en colaboración con Yara Iberian, ha establecido la Cátedra Yara de agricultura regenerativa. Esta iniciativa busca promover la investigación y formación en prácticas agrarias sostenibles, enfocándose en la nutrición de cultivos y la mejora de la salud del suelo.
En Iowa, Estados Unidos, investigadores de la Universidad Estatal han promovido el uso de «prairie strips» o franjas de pradera nativa en campos agrícolas. Estas franjas ayudan a reducir la erosión del suelo en un 95%, almacenan carbono y proporcionan hábitats para polinizadores y aves, demostrando cómo pequeñas intervenciones pueden tener grandes impactos ambientales.
🌿 El renacer desde la tierra
La agricultura regenerativa no es solo una respuesta a los desafíos actuales, sino una visión de futuro donde la tierra y la humanidad coexisten en armonía. A través de prácticas que restauran la salud del suelo, promueven la biodiversidad y fortalecen las comunidades rurales, se siembra la esperanza de un mundo más sostenible y resiliente.
Nota: Este artículo se basa en información proporcionada por Mondelēz International y diversas fuentes académicas y periodísticas sobre agricultura regenerativa.