1. Playa d’en Bossa
Empezamos por todo lo alto. Literalmente. Porque Playa d’en Bossa (o Playa de Bossa) no solo es la más famosa de Ibiza, sino también la más larga. Y cuando decimos larga, hablamos de más de dos kilómetros de arena fina, buena vibra y mucho, pero que mucho ambiente.
Aquí no vienes solo a tomar el sol (aunque también puedes hacerlo). Esta playa es el corazón de la fiesta ibicenca. Está rodeada de algunos de los beach clubs y discotecas más conocidas de Ibiza y del mundo, como Ushuaïa, Hï Ibiza o Bora Bora. Vamos, que te puedes marcar una sesión de sol y mojito por la mañana y acabar bailando bajo las estrellas por la noche. Todo sin moverte del sitio.
Ubicada a tan solo unos minutos de Ibiza ciudad y muy cerca del aeropuerto, Playa d’en Bossa es una de las mejores playas de Ibiza para grupos. Si vas con amigos y buscáis diversión non-stop, este es vuestro lugar. Además, hay un montón de alojamientos cerca, desde hoteles glamurosos hasta apartamentos más sencillos. Todo pensado para que disfrutes a tope.
2. Es Cavallet
Si lo que buscas es paz, naturaleza y un toque de libertad, Es Cavallet es tu sitio. Esta fue la primera playa nudista de Ibiza, y aunque el nudismo es opcional (no te preocupes, puedes ir como quieras), el ambiente libre y relajado sigue presente.
Rodeada de dunas y vegetación salvaje, esta playa se encuentra dentro del Parque Natural de Ses Salines. Es perfecta para un día de desconexión total, lejos del bullicio y el postureo (aunque una fotito al atardecer tampoco se le niega a nadie).
Está situada al sur de la isla, muy cerca de Playa d’en Bossa, pero el rollo es totalmente distinto. Allí no hay música a todo trapo ni beach clubs estridentes. Aquí hay paz, naturaleza y mar. Ideal para tumbarte, leer un libro o echar una siesta eterna. Y si vas en grupo, aún mejor. Porque desconectar juntos siempre tiene más gracia (y más anécdotas).
3. Playa de Ses Salines (Ibiza)
Vale, lo vamos a decir sin rodeos: Ses Salines es posiblemente la playa más bonita de Ibiza. Y no lo decimos sólo por sus aguas cristalinas, que también. Aquí hay algo más. Es el entorno natural, el rollo glamoroso, el ambientazo sin agobios… Lo tiene todo.
Está en pleno Parque Natural de Ses Salines, una zona protegida que es una joya ecológica. Así que sí, puedes venir a disfrutar, pero con conciencia. Aquí se promueve un turismo sostenible, y la verdad, se agradece. Porque cuando ves lo bien conservado que está todo, entiendes por qué esta playa es tan especial.
Y si te mola el plan «chic pero relajado», este es tu sitio. En la playa hay varios chiringuitos con fama internacional, como Sa Trinxa o Jockey Club Salinas, donde puedes comer, beber y, con suerte, cruzarte con algún famoso. Aunque el verdadero lujo de Ses Salines es tumbarte, mirar al horizonte y pensar: «madre mía, qué suerte estar aquí». Una de las mejores playas de Ibiza, sin duda.
4. Cala d’Hort
Ahora pasamos a un lugar que parece salido de un cuento de hadas. Cala d’Hort no es solo una cala bonita, es una experiencia mágica. Y gran parte de la culpa la tiene Es Vedrà, el islote que se alza justo enfrente y que le da un aire místico a todo el paisaje.
Dicen que Es Vedrà tiene energías especiales, que es el tercer lugar con más magnetismo del mundo, y que incluso hay quien ha visto ovnis por la zona. Nosotros no te prometemos extraterrestres, pero lo que sí te aseguramos son atardeceres únicos. De esos que te hacen quedarte callado, mirando el cielo, mientras el sol se esconde tras la silueta de Es Vedrà.
Cala d’Hort está al suroeste de la isla, en el municipio de Sant Josep. Es pequeña, con aguas tranquilas y rodeada de naturaleza. Una de esas mejores calas de Ibiza para vivir un momento inolvidable. Ideal para ir con tu grupo, sentaros en las rocas, sacar unas cervezas y simplemente disfrutar. Porque a veces, la magia está en lo sencillo.
5. Cala Vadella
Si lo tuyo es el rollo tranquilo, con buenas vistas, aguas claras y algo de vida local, apunta bien: Cala Vadella. Esta cala es como ese amigo que cae bien a todo el mundo. No es la más fiestera, ni la más remota, pero tiene un equilibrio perfecto.
Ubicada también en Sant Josep, está rodeada de colinas verdes y casitas blancas que bajan hacia el mar. El agua es transparente, ideal para nadar, bucear o simplemente hacer el muerto (que también tiene su encanto). Además, hay varios restaurantes justo frente al mar donde comer paella o pescado fresco. Planazo.
Es una de las mejores calas de Ibiza para grupos que buscan tranquilidad sin renunciar a ciertas comodidades. Hay parking, hamacas, alquiler de kayaks y hasta un pequeño supermercado cerca. Vamos, que puedes pasar el día entero sin echar nada en falta. Y lo mejor: los atardeceres también son una pasada.
6. Cala Comte
Cala Comte (o Cala Conta, como también la llaman por ahí) es una de esas calas que te hace soltar un “wow” nada más llegar. Es conocida por tener algunas de las aguas más turquesas de toda la isla (son 100% reales).
Aquí no solo vienen los turistas. También es una de las favoritas de los locales, lo cual ya te dice mucho. El sitio está lleno de pequeñas calas entre rocas, por lo que puedes encontrar tu rinconcito perfecto incluso en temporada alta. Además, si te gusta la fotografía (o simplemente te encanta posturear en Instagram), este lugar es oro puro al atardecer. Literalmente, los atardeceres aquí son de película.
¿Lo mejor? Tienes el famoso chiringuito Sunset Ashram, donde puedes picar algo mientras ves cómo el sol se despide por todo lo alto. Sin duda, Cala Comte es una de las mejores calas de Ibiza para ver atardeceres preciosos con buen ambiente y buena comida.
7. Cala Bassa
Cala Bassa lo tiene todo. Y cuando decimos todo, es TODO: aguas claras de estilo caribeño, un fondo de arena fina perfecto para andar descalzo, zonas con sombra natural (gracias a los pinos) y una mezcla de zonas tranquilas con otras llenas de ambiente.
La joya de la corona aquí es el CBbC (Cala Bassa Beach Club), un lugar ideal para comer bien, tomarte un cóctel o simplemente relajarte con música chill. Pero si no te van tanto los planes de postureo, no te preocupes: hay rincones más apartados donde desconectar tranquilamente.
Por eso, Cala Bassa es una de las mejores playas de Ibiza para grupos, ya que cada persona encuentra su estilo. ¿Tienes amigos fiesteros? Perfecto. ¿Alguien quiere leer un libro bajo un pino? También lo puede hacer. Esta cala es un acierto seguro.
8. Cala Gracioneta
Pequeñita pero matona. Así podríamos definir a Cala Gracioneta. Esta cala es de esas que parecen un secreto bien guardado, aunque está a un paso de San Antonio. Su tamaño reducido y su atmósfera acogedora hacen que tenga un encanto especial que no se encuentra en otras más grandes.
Es perfecta para un chapuzón rápido, una comida con vistas al mar o simplemente para pasar la tarde en plan tranquilo. Tiene un restaurante encantador con comida rica y vistas aún mejores, así que no te preocupes si se te abre el apetito.
Por su tamaño y su rollo íntimo, muchos la consideran una de las mejores calas de Ibiza con encanto. Si te van las calas escondidas, las vibes relajadas y los planes de relax cerca de San Antonio, este rinconcito te va a enamorar.
9. Cala Salada y Cala Saladeta
Aquí jugamos con ventaja, porque no es una… son dos. Cala Salada y Cala Saladeta son dos auténticas joyas situadas al norte de San Antonio. Se comunican por un sendero entre las rocas (aviso: zapatillas cómodas, por favor), y ambas son espectaculares.
Cala Salada es un poco más accesible y familiar, mientras que Cala Saladeta, más salvaje y “escondida”, tiene un rollo muy natural. Sus aguas son perfectas para hacer snorkel y descubrir la fauna marina sin necesidad de ir muy lejos de la orilla.
La combinación de ambas las convierte en una de las mejores calas de Ibiza para pasar un día completo. Puedes pasar la mañana en una, cruzar a la otra para comer tu bocadillo mirando al mar, y volver para el chapuzón de la tarde. ¿Hay mejor plan? Lo dudamos.
10. Cala Benirràs
Cerramos este ranking por todo lo alto, con una cala que es puro espíritu ibicenco: Cala Benirràs. Rodeada de colinas verdes y con aguas tranquilas, es famosa por sus domingos de tambores al atardecer, donde la gente se reúne para ver la puesta de sol mientras suenan ritmos tribales en directo.
Este espectáculo improvisado se ha convertido en tradición y atrae a personas de todas partes. Hay quien va solo por el ambiente, otros por el atardecer (que es brutal, por cierto), y también los que simplemente quieren ver una cala diferente.
Además, Benirràs tiene un islote frente a la playa que le da un toque fotogénico extra. Si buscas una de las calas mágicas de Ibiza, con alma y personalidad propia, apunta esta sí o sí en tu lista.
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