En un momento donde el envejecimiento poblacional reconfigura las estructuras demográficas de Europa, Merck en España ha lanzado una potente respuesta desde el núcleo de su estrategia de talento: “Genera Talento”. Durante un encuentro reciente en el que participó Manuel Zafra, presidente de Merck en España, se desvelaron los pilares de este programa concebido en la filial española.
Con más de 1.200 empleados en España y operaciones industriales clave en Tres Cantos (Madrid) y Mollet del Vallès (Barcelona), Merck no es solo un actor relevante en el sector farmacéutico nacional, sino también un referente global. Desde estas sedes, se fabrican tratamientos hormonales y antibióticos que se exportan a más de 65 países.
España, además, ha demostrado ser un vivero de talento de alto nivel para la organización: directivas como Belén Garijo (CEO global), Marieta Jiménez (VP Europa), Ana Polanco (líder de Asuntos Públicos en Europa) o Miguel Fernández (presidente de EMD Serono, la filial americana), son prueba del peso internacional de los profesionales españoles dentro del grupo.
Zafra fue claro: “Estamos obligados a extraer el talento de todas las generaciones”. La iniciativa nace de una constatación demográfica, el envejecimiento laboral, que se convierte en un imperativo estratégico. Con cuatro generaciones conviviendo en plantilla (baby boomers, generación X, millennials y Z), el reto no es solo de gestión, sino de cultura organizacional.
Merck no ha optado por políticas de cuotas ni marcos normativos forzados. Su apuesta ha sido más profunda: fomentar el cambio cultural mediante espacios de encuentro entre generaciones, foros de conversación y programas de mentoría cruzada. “Las transformaciones culturales no se imponen, se lideran con el ejemplo”, enfatizó Zafra.
La conversación giró también hacia los desafíos tecnológicos. Zafra subrayó la importancia de adoptar la inteligencia artificial y la hiper automatización desde una lógica de utilidad real, no como una moda corporativa: “No tenemos que usar IA porque esté de moda. Hay que identificar el problema y usar la tecnología adecuada para resolverlo”.
El liderazgo inclusivo emerge como un pilar central. Merck ha puesto en marcha un ambicioso programa global para formar a más de 9.000 líderes, y en España colabora con ESADE en programas centrados en el desarrollo del talento interno.. Según Zafra, los líderes hoy no solo deben gestionar equipos diversos, sino ser “la imagen pública que atrae y retiene el talento”.
Para evaluar el impacto de esta transformación, Merck España trabaja en la creación del “Índice AGE”, un indicador que medirá la cohesión y colaboración intergeneracional. Esta herramienta, desarrollada también junto a ESADE, permitirá convertir una iniciativa inspiradora en un modelo medible, replicable y sostenible.
Con una visión clara, Zafra concluyó con una frase que sintetiza el espíritu de la iniciativa: “El futuro lo vivirán los jóvenes, pero lo construirán con la ayuda de los seniors”. En un entorno donde la longevidad y la tecnología obligan a repensar el trabajo, Merck se posiciona a la vanguardia de un nuevo liderazgo humanista, basado en el respeto, la colaboración y el aprendizaje continuo entre generaciones.
