En esta entrevista exclusiva, Demian Raschkovan, director de Inteligencia Artificial de Axazure, explica el valor de la automatización en la toma de decisiones y la creación de valor empresarial. Advierte sobre la necesidad de establecer propósitos claros que conecten la tecnología con los objetivos reales de la organización. Además, destaca que el liderazgo es clave para normalizar el uso de la IA en la operación diaria y generar confianza en los equipos. Comparte experiencias donde la IA ha mejorado la eficiencia y la experiencia de cliente. Y anticipa un futuro en el que los agentes inteligentes serán actores habituales en la gestión empresarial.
1. ¿Cómo define usted la función estratégica que debe cumplir la inteligencia artificial en la transformación digital de las empresas hoy en día?
La inteligencia artificial está dejando de ser una promesa para convertirse en una capacidad estructural del negocio. Ya no se trata solo de automatizar tareas, sino de repensar cómo operan las organizaciones, cómo toman decisiones y cómo crean valor en tiempo real.
Un buen ejemplo es lo que vemos en el ecosistema Microsoft, donde la IA no se añade como una capa externa, sino que se incorpora directamente en procesos críticos como la gestión comercial, la planificación de operaciones o la atención al cliente. Esto no solo aumenta la productividad, sino que cambia el paradigma: pasamos de sistemas reactivos a sistemas inteligentes que toman la iniciativa.
2. ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan los directivos a la hora de integrar soluciones de IA en sus modelos de negocio y procesos operativos?
Uno de los retos más importantes es separar el valor real del ruido de mercado. Hay una expectativa muy alta alrededor de la IA, pero también mucha incertidumbre: ¿por dónde empiezo?, ¿cómo sé si funcionará?, ¿cómo evito depender del área técnica?
Llevo muchos años liderando proyectos de CRM y he visto cómo muchas transformaciones fracasan por no vincular claramente la tecnología con una necesidad concreta del negocio. Con la IA ocurre lo mismo: cuando los casos de uso no están bien definidos o los datos no están preparados, el resultado es frustración o simplemente una demo bonita sin adopción real.
3. Desde su experiencia, ¿qué papel debe jugar un líder para fomentar una cultura empresarial que adopte la IA de manera efectiva y sostenible?
El liderazgo es determinante para que la inteligencia artificial no se perciba como una moda tecnológica o algo exclusivo del área de IT. El verdadero impulso viene cuando los líderes ven la IA como una palanca para rediseñar el negocio, no solo como una herramienta de soporte.
Un líder que promueve el uso de agentes o automatizaciones como parte de la operación diaria, que pregunta “¿esto lo podríamos hacer mejor con IA?”, o que normaliza el uso de sistemas inteligentes en su toma de decisiones, está enviando un mensaje muy potente. Ese tipo de implicación genera confianza en los equipos y legitima el proceso de adopción.
También hay que tener en cuenta que esto implica un cambio cultural: la IA cuestiona formas de trabajar que llevan años instauradas. Y ahí el rol del liderazgo no es imponer, sino acompañar, abrir espacio para el aprendizaje, y permitir experimentar sin penalizar los errores. En muchos de los proyectos que acompañamos desde Axazure, lo que realmente acelera la adopción no es la tecnología en sí, sino la actitud del liderazgo frente al cambio.
4. Axazure apuesta por una IA aplicada y medible. ¿Cómo asegura la compañía que sus proyectos de IA aporten valor tangible y no se queden en meras demostraciones tecnológicas?
Para nosotros, la inteligencia artificial solo tiene sentido si mejora algo concreto en el negocio: un proceso, una métrica, una experiencia. Es fácil dejarse llevar por lo espectacular de ciertas tecnologías, pero nuestra apuesta es clara: IA que no se usa, no sirve.
Por eso en Axazure trabajamos con una metodología que pone el foco en el impacto desde el principio. Antes de diseñar cualquier solución, nos preguntamos: ¿qué problema resuelve?, ¿cómo se va a medir?, ¿cuánto tiempo ahorra?, ¿qué decisiones mejora? Esa claridad desde el arranque es lo que permite que los proyectos no se queden en pruebas o pilotos eternos.
Además, gracias a nuestra experiencia, podemos empezar a construir agentes y automatismos que se integran rápidamente en los sistemas ya existentes, lo que reduce las barreras de entrada y permite validar resultados en semanas. Medimos, iteramos y, si no aporta valor real, no lo escalamos. Es una filosofía que nos ha funcionado tanto en proyectos complejos como en iniciativas muy concretas.
5. En su rol como director de IA y de Customer Experience, ¿cómo se equilibran la innovación tecnológica con la mejora continua en la experiencia del cliente?
Creo que la innovación y la experiencia del cliente no compiten, se retroalimentan. Una experiencia excelente es difícil de mantener si no hay innovación detrás que la sostenga, automatice y personalice. Y, al mismo tiempo, la innovación pierde sentido si no mejora cómo se siente, interactúa o decide un cliente.
En muchos de los proyectos que lidero, la clave está en detectar los puntos de fricción y usar la tecnología para eliminarlos sin que se note. Agentes que guían al usuario en un proceso, automatismos que reducen tiempos de espera, motores que predicen necesidades antes de que el cliente lo diga. Eso es experiencia real, no solo interfaz bonita.
6. ¿Podría compartir algún caso de éxito o ejemplo concreto en el que la integración de agentes inteligentes haya impulsado el crecimiento o la eficiencia en un cliente o internamente en Axazure?
Uno de los casos de éxito más relevantes en los que he trabajado ha sido con un fabricante industrial de referencia, con más de 1.200 millones de euros en facturación. Diseñamos e implantamos un asistente basado en IA generativa que integra múltiples agentes inteligentes, con el objetivo de transformar la relación entre el cliente y su documentación técnica.
El sistema fue capaz de digitalizar y estructurar miles de documentos —fichas técnicas, normativas, manuales, etc.— y poner ese conocimiento al servicio de sus clientes a través de una experiencia conversacional avanzada. No solo responde a consultas técnicas o regulatorias, sino que también asiste en la generación de proyectos preliminares de ingeniería.
Gracias a esta solución, el cliente ha conseguido liberar de tareas repetitivas al equipo de soporte técnico de primer nivel y optimizar los tiempos de respuesta comercial. El resultado ha sido una mejora significativa en la eficiencia operativa y un incremento en la generación de oportunidades cualificadas
7. Mirando hacia el futuro, ¿qué tendencias o avances en IA considera que transformarán el liderazgo y la gestión empresarial en los próximos años?
En definitiva, estamos entrando en una etapa en la que la inteligencia artificial dejará de ser “una tecnología más” para convertirse en un interlocutor habitual dentro de la organización. Los agentes no solo automatizan; interpretan, ejecutan y aprenden. Y eso implica una transformación profunda no solo en los sistemas, sino en la forma en que lideramos, estructuramos equipos y tomamos decisiones.
En Axazure, estamos convencidos de que la clave no está en hacer proyectos complejos, sino en combinar visión estratégica con aplicación práctica. La inteligencia artificial debe estar al servicio del negocio, de las personas y del impacto. El verdadero reto hoy no es si las empresas van a adoptar IA, sino cómo lo van a hacer: con propósito, con criterio y con visión a largo plazo.
La diferencia la marcarán aquellas organizaciones que integren estas capacidades de forma útil, sostenible y alineada con objetivos reales. Y es ahí donde creemos que podemos aportar: acompañando con realismo, con experiencia y con soluciones que funcionan, más allá del discurso.