De la mano de Sofía Comas y Javier Olivares, el Festival Hispanoamericano del Siglo de Oro (Clásicos en Alcalá) presenta, siendo estreno absoluto, Mira que te has de morir, mira que no sabes cuando en las tablas del mítico Corral de Comedias de Alcalá. Día de muertos, altares, música y muchos invitados vertebran una obra que tiene el alma puesto en la ilustración en vivo y directo.
En la Catedral de Segovia, en la capilla de la Concepción a los pies del templo, se puede ver una obra titulada El árbol de la vida. Realizada por Ignacio de Ries, en 1653, es un memento mori; una postrimería típica del momento barroco en el que se recuerda que la vida, lo más preciado que tenemos, es efímero. Que todo se acaba y es mejor que te pille con los deberes más que hechos. Así, en el óleo de Ries, se muestra un árbol acompañado por la muerte, que corta la planta, y la divinidad, que avisa del peligro; mientras que en la copa del mismo se desarrolla la vida de alguien (con sus pecados). Además, en sus esquinas superiores, hay una leyenda que dice así: “mira que te has de morir, mira que no sabes cuando” y “mira que te mira dios, mira que te está mirando”. Vánitas propia de la época que ha dado, en especial el mensaje que encierra, la idea para crear esta maravillosa obra que se pudo ver en el escenario del Corral.
Así, con esta idea en mente y la unión de España y América, se ha creado este concierto, dirigido por Juan Manuel Casero, en el que la esencia es la siguiente: una cantante (Sofía Comas), una artista de la música (Paula Vegas) y un dibujante (Javier Olivares) deciden celebrar el día de muertos con un típico altar de esta fiesta en el cementerio de Carencia. Todo parece normal hasta que deciden entonar canciones y poemas como invitación a los artistas que los crearon. Todos ellos vienen invitados por la creación ilustrada del dibujante en riguroso directo. El público, que es un asistente más a esta fiesta, es hechizado ante la presencia de grandes y dispares figuras como Sor Juana Inés de la Cruz, Juan Gabriel, José José o Paquita La del Barrio.
A través de un recorrido musical impresionante y muy bien presentado, conocemos algo más de sus historias, reales o ficticias, mientras que brindamos por ellos y rogamos quedarnos en este lado un poquito más. De todas ellas, destaco la de nuevo cuño que tiene el lema ya tratado como título y las versiones de José Alfredo Jiménez o Juan Gabriel (preciosa la interpretación de “Amor eterno” dedicada a la madre del artista).
Todo ello guiado por la voz y presencia de José Guadalupe Posada. Gran artista de las artes plásticas, creador de las calaveras garbanceras que ahora conocemos como catrinas, poco reconocido en la actualidad (a pesar de la exposición monográfica que se le dedicó hace poco tiempo en la Imprenta municipal de Madrid) y del que Javier Olivares anda obsesionado.
Estos ingredientes dan vida a un trabajo sublime ante el que no se le puede poner ni un “pero” (bueno sí, que falten ‘La llorona’ y ‘El jinete’ es algo que no se puede entender). Gustos personales a parte, es una obra original y muy bien trabajada que gustará a todo aquel que se acerque a verla en una andadura que empieza ahora y le auguro muy exitosa. Y es que, hasta los puntos cómicos, encajan a la perfección al igual que sus intérpretes que ya han trabajado juntos en otras ocasiones como es el caso del libro No cesarán mis cantos.
Aunque lo que más impresiona es ver la unión de la música y el dibujo en directo. Al principio, se puede llegar a pensar que es una proyección pero, cuando descubres que no es así, eres testigo de que la magia existe. Es algo que se está desarrollado por parte del proyecto Conciertos dibujados, quienes producen este trabajo, creado por Fernando Valero y Jota Lynnot. Una experiencia digna de vivir al menos una vez en la vida.
Todo esto hace que la obra sea tan coral que todo funcione en su justa medida y a la perfección.
En los aspectos técnicos, destacan el diseño de iluminación y audiovisual realizado por David Gálvez. A priori, todo se mueve en lo minimalista y tradicional hasta que Olivares comienza a dibujar y se crea algo tan de ciencia ficción que es un lujo y placer verlo sobre el escenario.
Mira que te has de morir, mira que no sabes cuando es una rara avis dentro del panorama teatral actual que junta tradición, historia, folclore, música e ilustración en unos 65 minutos que les parecerán muy poco al espectador. Este ha sido el comienzo. pero espero que siga su camino durando mucho tiempo en la programación de nuestra escena madrileña.
Un espectáculo musical y visual de Sofía Comas y Javier Olivares. Un encuentro entre el Siglo de Oro y el cancionero mexicano. En el cementerio de Carencia, se celebra una fiesta entre los que ya partieron hace mucho y hace menos, convocados por un hombre que solo sabe dibujar calaveras barrocas y una mujer que no sale del cancionero mexicano del siglo XX. Invocados y despistados ante la invitación, José Alfredo Jiménez entabla una inesperada amistad con Sor Juana Inés de la Cruz, Quevedo y Juan Gabriel le cantan ebrios al amor eterno y María Grever se bate en duelo con Lope de Vega para celebrar la fugacidad de la vida. Una noche que se antoja memorable. Un Altar de Muertos que hace referencia al “vanitas barroco” a través de una serie de ofrendas en forma de dibujos, poemas y canciones.
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