Autor: Pilar Nicolás Rodríguez
15 julio, 2025
Una juventud informada, pero expuesta al ruido
En un contexto de emergencia climática y transición energética, la juventud española muestra una preocupación creciente por el futuro del planeta. Sin embargo, esa inquietud no siempre se acompaña de información rigurosa. Así lo revela el estudio “Medioambiente y desinformación. Percepciones juveniles sobre la energía y la sostenibilidad”, realizado por el Centro Reina Sofía de Fad Juventud en colaboración con Fundación Naturgy.
La investigación, basada en más de 1.200 encuestas a jóvenes de entre 16 y 29 años y en un análisis exhaustivo de redes sociales, ofrece una radiografía detallada de cómo los y las jóvenes perciben el cambio climático, la sostenibilidad y la desinformación. Y las conclusiones son tan esperanzadoras como preocupantes.
Por un lado, la mayoría de las personas jóvenes cree en el cambio climático y apoya la transición hacia modelos energéticos sostenibles. Pero, al mismo tiempo, una gran parte de ellos está expuesta a bulos medioambientales, carece de herramientas para detectarlos y manifiesta dudas ante algunas de las afirmaciones más básicas sobre energía y medioambiente.
Solo uno de cada cinco jóvenes se ve capaz de detectar bulos
El dato más revelador del estudio señala que apenas un 19% de los encuestados se siente verdaderamente capaz de identificar con seguridad los bulos relacionados con el medioambiente. A pesar de que el 45% asegura haberse encontrado con ellos en el último año, la sensación de vulnerabilidad informativa es generalizada.
Este resultado es clave porque pone en evidencia una vulnerabilidad estructural: no basta con tener acceso a información, si esta llega mezclada con contenidos falsos, sin herramientas para filtrarla. Y en el caso del cambio climático, este ruido informativo puede convertirse en inacción.
El estudio sometió a la juventud a un test de afirmaciones sobre sostenibilidad. Los resultados confirmaron que el 23% no superó esa prueba de veracidad, lo que pone de manifiesto una peligrosa permeabilidad a los contenidos engañosos.
Una de cada cuatro personas, por ejemplo, creyó que las denominadas “ciudades de 15 minutos” (un modelo urbano diseñado para reducir emisiones y mejorar la calidad de vida) tienen en realidad como objetivo limitar la libertad de movimientos de la ciudadanía. Una narrativa típica de teorías conspirativas que, sin embargo, encuentra eco entre la juventud.
Además, un 35% de jóvenes da cierto crédito a la teoría del chemtrail, es decir, que los aviones liberan sustancias químicas para manipular el clima, pese a que carece de base científica.
Redes sociales: el canal principal… y el más peligroso
Las redes sociales son el canal más utilizado por la juventud para informarse sobre sostenibilidad (53%), por encima incluso de la televisión (51%).
Pero ese liderazgo tiene su doble filo: también son el medio más señalado como foco de bulos climáticos (54%). De hecho, el análisis de redes realizado con la herramienta Brandwatch identifica que el volumen de bulos medioambientales se ha disparado desde 2021, especialmente en torno al coche eléctrico, las energías renovables y las teorías conspirativas.
Y aunque el 51% de los y las jóvenes afirma que suele comprobar la veracidad de la información dudosa, un preocupante 24% no lo hace nunca o casi nunca, en parte por falta de habilidades, pero también por pereza o desconfianza general.
Una educación ambiental aún insuficiente
La educación aparece como un factor determinante en la capacidad de las personas jóvenes para enfrentarse a la desinformación. Según el estudio, un 46% de los encuestados y las encuestadas considera que recibió pocos o ningún contenido ambiental durante su etapa educativa obligatoria. La percepción es aún más crítica entre quienes ya han finalizado esa etapa, lo que indica una mejora reciente, pero insuficiente.
Además, el nivel de conocimientos en sostenibilidad no es homogéneo y varía según factores como la edad, el género o el nivel educativo. Los y las jóvenes de mayor edad, las mujeres y quienes han alcanzado estudios superiores obtienen mejores resultados en las pruebas de conocimientos. Por ejemplo, el 37% de la franja juvenil con estudios básicos presenta un nivel bajo de conocimientos, frente al 14% entre quienes han cursado estudios universitarios.
Esa desigualdad en el acceso y comprensión de la información ambiental limita las posibilidades de actuar de forma informada y responsable. Tal y como destaca el informe, sin un conocimiento mínimo, es difícil que surjan actitudes proambientales sostenidas en el tiempo.
Creen en el cambio climático, pero no siempre actúan
El estudio también analiza cómo la juventud se posiciona frente al cambio climático. La mayoría (un 83%) reconoce su existencia y su origen humano. Pero dentro de esa mayoría existen matices muy significativos.
Una cuarta parte de los encuestados son considerados “creyentes activos”, es decir, reconocen el problema y están dispuestos a implicarse. Otro 21% se sitúa en un extremo opuesto: son colapsistas, es decir, piensan que ya es demasiado tarde y que el cambio climático es irreversible. Existen también los que confían en la tecnología como salvación (un 12%), los que minimizan el riesgo (un 18%) o los que creen que las consecuencias llegarán tan tarde que no hay que preocuparse ahora. Finalmente, un 11% se encuentra en posiciones claramente negacionistas.
Estas posturas condicionan la actitud hacia las políticas públicas: mientras el 63% de los “creyentes” apoya medidas estructurales para combatir el cambio climático, entre los “minimizadores del riesgo” ese apoyo baja al 23%.
Lo que obliga a matizar cómo se comunica el cambio climático: no basta con informar, hay que conectar con los valores, las emociones y las creencias.
Apoyo a las energías renovables, pero incertidumbre sobre el esfuerzo
Pese a los desafíos informativos, la juventud española está a favor de la transición energética. El 72% cree que sería positivo vivir solo con estas fuentes, y el 67% considera posible sustituir los aparatos de combustión por otros eléctricos.
Sin embargo, cuando la teoría se convierte en práctica, surgen las reticencias. Solo un 13% de los encuestados se declara dispuesto a realizar un esfuerzo económico importante para acelerar esa transición. Es decir, aunque el discurso proambiental está ampliamente interiorizado, traducirlo en acciones concretas —especialmente si implican sacrificios— aún es un reto pendiente.
La ciencia inspira confianza, la política no
La confianza en las instituciones también juega un papel esencial en la forma en que los y las jóvenes procesan la información climática. Y las cifras son claras: el 65% confía en la ciencia como aliada para combatir el cambio climático, mientras que apenas un 16% confía en la política.
Esta brecha es un mensaje directo a los responsables públicos: si quieren conectar con las nuevas generaciones, deben reconsiderar tanto sus canales de comunicación como la forma de generar confianza. La ciencia, en cambio, se erige como un referente sólido y respetado, y su rol debe ser central en cualquier estrategia de sensibilización juvenil.
Formar para empoderar
Este estudio es una llamada de atención: la desinformación climática no solo confunde, sino que paraliza. Y si queremos una juventud activa, participativa y comprometida, debemos ofrecerle herramientas para comprender el mundo que les toca transformar.
Como subrayó Beatriz Martín Padura, directora de Fad Juventud, durante la presentación del estudio:
“La lucha contra el cambio climático no solo necesita políticas efectivas, también requiere información veraz. No basta con sensibilizar: hay que formar y empoderar”.
Y es que el conocimiento, por sí solo, no basta. Hace falta construir confianza, despertar el pensamiento crítico y fortalecer la conciencia ambiental, especialmente en los espacios que habita la juventud: la escuela, la red y la calle.
Porque como recuerda Fundación Naturgy, la transición energética no será posible sin una generación joven bien informada. Y eso, hoy, todavía está por construir.
BIBLIOGRAFÍA
Moraño Ferrer, X. y Guiteras-Vila, X. (2025). Percepciones juveniles sobre energía y sostenibilidad en España. Centro Reina Sofía de Fad Juventud y Fundación Naturgy. https://www.centroreinasofia.org/publicacion/medioambiente-desinformacion-jovenes/