En un giro inesperado, algunos abogados que habían optado por dejar los despachos para trabajar como abogados ‘in-house’ en grandes empresas están regresando a la abogacía de los negocios en firmas legales. Esta tendencia está generando un debate interesante en el sector legal, ya que plantea preguntas sobre las motivaciones y expectativas de los abogados en diferentes etapas de sus carreras.
Nuestro socio fundador, Marc Gericó, comparte con Cinco Días su perspectiva sobre este fenómeno y analiza las razones detrás de este cambio. Descubre por qué este movimiento está ocurriendo y qué implica para el futuro del sector legal, tanto para los abogados como para las firmas y empresas que los contratan.
¿Los despachos de abogados ven con buenos ojos la llegada de un abogado in house?
Por supuesto, la incorporación de un abogado in-house suele ser muy bien valorada por los despachos, especialmente por lo que aporta en términos de visión estratégica y conocimiento profundo del cliente. Estos perfiles tienen una comprensión directa de las necesidades reales del negocio, de los plazos internos, de cómo se toman las decisiones y del lenguaje que se maneja dentro de las compañías.
En muchos casos, su experiencia les permite anticiparse mejor a las expectativas del cliente, adaptarse con mayor agilidad al contexto empresarial y aportar un enfoque más orientado a soluciones. Además, suelen tener una red de contactos sólida y una perspectiva más transversal, lo que puede enriquecer tanto la propuesta de valor del despacho como su capacidad de interlocución con áreas jurídicas de grandes corporaciones.
En definitiva, no solo se valora su expertise técnico, sino su capacidad para tender puentes entre el despacho y la empresa.
En tu opinión, ¿qué crees que puede estar fallando en el modelo in house para que los abogados quieran trabajar en un despacho?
No se trata tanto de un fallo estructural del modelo in-house, sino de diferentes motivaciones y etapas profesionales. Hay perfiles que valoran por encima de todo la flexibilidad, una menor carga de horas o una mayor conexión con el negocio. Para estos profesionales, el mundo corporativo resulta más atractivo y sostenible a largo plazo.
Sin embargo, otros abogados priorizan el crecimiento acelerado, una carrera profesional más definida y retribuciones más competitivas, especialmente en las franjas senior. Para estos perfiles, el entorno de los grandes despachos -ya sean nacionales o internacionales- puede resultar más estimulante. Ofrece retos jurídicos complejos, exposición internacional y un desarrollo profesional estructurado.
En el fondo, no es que uno de los modelos esté fallando: simplemente responden a necesidades y prioridades distintas. Lo interesante hoy es ver cómo algunas firmas están empezando a incorporar prácticas más propias del mundo in-house (como la flexibilidad o la orientación al negocio), mientras que algunas compañías están profesionalizando más sus departamentos jurídicos, asimilando ciertos estándares de despacho. La frontera ya no es tan rígida como hace una década.
¿Qué les motiva o atrae a los abogados para querer volver a los despachos de abogados?
En The Legal Podcast, tras conversar con muchos General Counsel, estos lo identifican muy claramente (como por ejemplo en el episodio en el que hablamos con Teresa Mínguez -Porsche-): principalmente, tres factores: el reto intelectual, la proyección profesional y el componente económico.
Muchos abogados que han estado en el mundo in-house echan de menos la complejidad técnica y la diversidad de asuntos que ofrece el trabajo en un despacho. Mientras que en la empresa uno tiende a especializarse en un área concreta del negocio, en el despacho se enfrentan a múltiples sectores, clientes y jurisdicciones, lo que mantiene un alto estímulo profesional.
Por otro lado, la estructura de carrera suele estar más definida en las firmas, especialmente en las grandes. Esto resulta atractivo para perfiles ambiciosos que buscan avanzar hacia posiciones de liderazgo jurídico, como el partnership. Además, la retribución variable, los bonus por rendimiento o incluso el acceso a participación en beneficios pueden ser más competitivos en algunos despachos que en departamentos jurídicos internos.
Finalmente, hay un componente vocacional: el ejercicio de la abogacía en entorno firma permite, en muchos casos, desarrollar una marca personal y posicionarse como experto de referencia en una materia concreta, algo que no siempre es posible desde un rol in-house más discreto.
¿Crees que la salida de los abogados in house hacia los despachos tiene que ver con el poco plan de carrera que ofrecen las empresas?
En muchos casos, sí. Una de las principales razones por las que algunos abogados deciden dejar el mundo in-house es la falta de un plan de carrera claro y estructurado. En muchas compañías, especialmente fuera del sector financiero o de las grandes multinacionales, el departamento legal no siempre está concebido como un área estratégica de crecimiento interno. Esto limita las oportunidades de promoción, visibilidad y liderazgo para los profesionales jurídicos.
Por el contrario, los despachos -especialmente los grandes nacionales e internacionales- suelen tener una estructura mucho más definida, con etapas claras de crecimiento: asociado, senior, counsel, socio… Esa hoja de ruta es muy valorada por quienes tienen una mentalidad más ambiciosa o vocacional hacia el desarrollo profesional.
Además, el retorno a una firma también puede venir impulsado por el deseo de volver a un entorno donde el desempeño jurídico es el núcleo del negocio, no una función de soporte. Esto, para muchos abogados, supone un reconocimiento profesional más directo y una mayor sensación de impacto.