Jugadoras de baloncesto en la cancha.
20 de agosto de 2025. Una investigación en la que ha participado el profesor Enrique Flórez Gil, docente del Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad Isabel I, ha demostrado que las estrategias de recalentamiento mediante ejercicios pliométricos son las más efectivas para mantener el rendimiento físico de las jugadoras suplentes de baloncesto durante los períodos de inactividad prolongada.
El estudio, titulado Examining the impact of different re-warm-up strategies on non-starter basketball players’ physical performance, y publicado en el Journal of Sports Sciences, evaluó el impacto de cuatro protocolos distintos de reactivación tras el calentamiento inicial en quince jugadoras de élite en categoría sub-17. Las participantes fueron sometidas diferentes pruebas de rendimiento las cuales se realizaron antes y después de un periodo de inactividad de 15 minutos, simulando el tiempo habitual que una jugadora puede pasar en el banquillo antes de ingresar al juego. Durante ese periodo se realizaron 4 protocolos los cuales servían para evaluar cual era mejor para “mantener” su rendimiento.
Gráfica de ejercicios.
La inactividad prolongada deteriora el rendimiento físico
Los resultados mostraron que la inactividad prolongada deteriora significativamente el rendimiento físico, reduciendo la altura de salto y la agilidad en los cambios de dirección. Sin embargo, las jugadoras que realizaron una reactivación con ejercicios pliométricos —basados en saltos explosivos de alta intensidad— lograron mantener su rendimiento al mismo nivel que tras el calentamiento inicial. Por el contrario, las estrategias basadas en estiramientos dinámicos o el uso de toallas térmicas (calor pasivo) solo conservaron parcialmente el rendimiento, especialmente en pruebas de salto vertical.
Jugadoras de baloncesto participantes en el estudio.
“El objetivo era encontrar una solución práctica y aplicable dentro de las limitaciones del baloncesto, donde el espacio y el tiempo para volver a activar a las jugadoras son reducidos”, explicó el profesor Flórez. “Los ejercicios pliométricos demostraron ser simples, efectivos y factibles para su uso durante los partidos, sin necesidad de equipamiento adicional”.
Ajustar el volumen e intensidad de los ejercicios
El artículo destaca además que este tipo de estrategias pueden integrarse fácilmente en los banquillos sin interferir con el desarrollo del partido. No obstante, advierte sobre la necesidad de ajustar el volumen e intensidad de los ejercicios según las características individuales de cada jugadora, para evitar riesgos de sobrecarga o lesiones.
Esta investigación no solo aporta una solución práctica para mantener el rendimiento de las jugadoras suplentes, sino que también abre nuevas líneas de estudio sobre cómo adaptar los protocolos de reactivación a diferentes perfiles físicos, momentos del partido e incluso utilizando herramientas tecnológicas de monitoreo individual.