El 21 de agosto de 1849, en Granada (España), nacía María Angustias Giménez Vera, una mujer sencilla y profundamente cristiana, llamada a convertirse en una de las fundadoras de la Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús.
Su vida, marcada por la fe y la entrega, nos recuerda que los grandes cambios comienzan con corazones disponibles a la voluntad de Dios.
Un encuentro que transformó su camino
A los 22 años, María Angustias conoció a María Josefa Recio, con quien entabló una amistad. Juntas compartieron la búsqueda de Dios y, bajo la guía espiritual de San Benito Menni, fueron descubriendo su misión: responder al sufrimiento de quienes más lo necesitaban.
Un sí a la hospitalidad
En 1880, ambas dejaron su tierra natal para viajar a Ciempozuelos (Madrid). Allí, junto al Padre Menni, dieron los primeros pasos de una misión audaz y pionera: la atención integral a mujeres con enfermedad mental, un grupo olvidado y marginado de la sociedad de aquel tiempo.
El 31 de mayo de 1881, María Angustias tomó el hábito bajo el nombre de Sor Corazón de Jesús y, junto a otras diez jóvenes, inició el noviciado que daría origen a las primeras Hermanas Hospitalarias. Tres años más tarde, en 1885, realizó su profesión perpetua, consagrando su vida de manera definitiva al servicio hospitalario.
Un legado que sigue vivo
Sor María Angustias falleció el 2 de agosto de 1897, en San Baudilio de Llobregat (Barcelona). Hoy, sus restos reposan en Ciempozuelos, junto a los de San Benito Menni y María Josefa Recio.
Su sencillez, su espíritu de servicio y su fidelidad al llamado de Dios siguen iluminando nuestra misión en el siglo XXI.
Una invitación actual
Celebrar el nacimiento de Sor María Angustias no es solo mirar al pasado, sino renovar el compromiso de vivir con alegría, entrega y hospitalidad.
Que su ejemplo nos inspire a ser signos de esperanza y de amor, capaces de acompañar y cuidar a quienes más lo necesitan.