¿Pantallas sí o pantallas no?

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¿Pantallas sí o pantallas no?: Un nuevo curso para aprender a convivir con la tecnología

Por Gala Conde · Consultora de comunicación de GAD3.

Septiembre siempre llega con olor a libros nuevos, mochilas a estrenar y una agenda por rellenar. Este año también un debate que ocupa titulares: ¿Qué papel deben tener las pantallas en las aulas? Con la entrada en vigor de nuevas restricciones sobre el uso de pantallas en algunas comunidades autónomas como la Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana o Galicia, se reabre una conversación que va más allá de si los niños deben usar o no dispositivos en clase. La pregunta es, ¿Cómo aprendemos a convivir con la tecnología de manera equilibrada y educativa?

En este artículo de El Mundo puedes conocer mejor las normativas para este nuevo curso.


La infancia en un mundo digital

Según el estudio Infancia y adolescencia en entornos digitales (2024) de Fundación Orange, la vida cotidiana de niños y adolescentes ya está atravesada por la tecnología: el 90% de los adolescentes usa el móvil para comunicarse con amigos y más de la mitad lo emplea también para hacer tareas escolares o investigar y aprender cosas nuevas.

Los dispositivos no solo son entretenimiento: también son una ventana a nuevas formas de aprender, socializar y explorar intereses. Sin embargo, no podemos obviar sus efectos negativos: uno de cada cuatro adolescentes reconoce tener problemas de sueño o dificultades para desconectar.

Además, los adultos no siempre predican con el ejemplo. De hecho, muchos padres admiten usar tanto o más el móvil que sus hijos. Esta brecha intergeneracional genera tensiones: mientras adolescentes perciben natural estar conectados, los adultos tienden a preocuparse más por los riesgos que por las oportunidades

Te dejo el enlace al estudio completo de Fundación Orange por si te interesa conocer más información sobre la infancia y el entorno digital.


Un paso más en la tecnología y la infancia: Inteligencia artificial.

El VI informe Educar en la era de la IA (2025) elaborado por Empantallados, muestra cómo la inteligencia artificial (IA) se ha instalado en la educación. El 70% del profesorado afirma que ya está presente en su práctica docente y más del 80% cree que puede mejorar el aprendizaje personalizado.
Los alumnos, por su parte, ven la IA como un recurso útil: 7 de cada 10 consideran que tendrá un impacto positivo en su formación y futuro profesional. La utilizan sobre todo para buscar información, estructurar trabajos y resolver dudas.

No obstante, el entusiasmo convive con temores: profesores y familias alertan de la dependencia y la reducción del esfuerzo. Los estudiantes reconocen que a veces la usan “a escondidas” y que ciertas tareas escolares han perdido utilidad con su llegada.

Aquí puedes consultar más información del estudio de Empantallados

Imagen de stock. Fuente: Canva.


Impacto social y educativo: un reto compartido

El debate sobre pantallas no se reduce al aula: también toca cuestiones de equidad social. No todos los hogares tienen el mismo acceso a dispositivos, conectividad o formación digital, lo que amplía las desigualdades educativas.
La investigación muestra que tanto familias como profesorado reclaman formación en competencias digitales y pensamiento crítico como herramientas esenciales para acompañar a la infancia. No es cuestión de limitar el uso: es necesario educar en un uso responsable y consciente.


En conclusión…

La pregunta “¿pantallas sí o pantallas no?” quizá no tenga sentido en 2025. La cuestión real es cómo usamos la tecnología para potenciar aprendizajes, reducir riesgos y promover un desarrollo sano en la infancia.
La vuelta al cole se convierte así en una oportunidad para:

  • Establecer límites claros y coherentes tanto en casa como en la escuela.
  • Favorecer un diálogo abierto entre generaciones sobre tecnología.
  • Aprovechar la IA y otras herramientas digitales como aliadas en la educación, sin delegar en ellas lo que corresponde a la interacción humana.

En definitiva, no se trata de encender o apagar pantallas, sino de aprender a convivir con ellas, es decir, asumir una coexistencia consciente con la tecnología. Y en este camino, la investigación social nos ofrece evidencias que ayudan a tomar decisiones más informadas y equilibradas.

Recapiti
maria.martin