La conferencia abierta al público hasta completar aforo se celebra a las 19 horas en el salón de actos del Colegio con motivo del «Día Europeo para la prevención del suicidio»
El Dr. Juan Francisco Lorenzo es madrileño, estudió en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. En 1978 aprobó el examen MIR en la que fue la primera convocatoria a nivel nacional e inició la residencia en Medicina Interna en Burgos, en el Hospital General Yagüe, donde trabajó como internista durante la mayor parte de su carrera, aunque también ejerció en el HUBU.
Actualmente sigue trabajando en Proyecto Hombre, es columnista de El Diario de Burgos, miembro del Comité Deontológico del Colegio de médicos de Burgos, pertenece a APRESUIC, grupo multidisciplinar que trabaja en la prevención del suicidio creado en Burgos, y hace 7 años puso en marcha junto a otras dos personas un grupo de supervivientes de suicidio que se reúne mensualmente. También ha escrito un libro sobre cómo gestionar el duelo por suicidio que hoy presenta en el Colegio de Médicos de Cantabria.
-Has escrito el libro «Supervivientes: hoja de ruta para le gestión del duelo por suicidio», ¿por qué realizaste este texto?
Este texto es el resultado de mi experiencia personal como superviviente al morir uno de mis hijos hace 18 años, y también la experiencia compartida en el grupo de supervivientes con otras personas que han perdido familiares por suicidio.
-Parece muy difícil gestionar un suicidio de alguien cercano, dinos tres herramientas que ofrezca tu guía para conseguirlo
Es difícil resumir en tres herramientas la gestión del duelo por suicidio pero si tuviera que elegir diría que hay que gestionar la culpa como primera medida, aprender a gestionar el dolor y a relacionarte con él de forma pacífica de tal manera que tú tengas un dolor pero que él no te
tenga a ti, que no te conviertas en tu dolor. Y en tercer lugar hay que tratar de llegar a la aceptación de lo sucedido que yo definiría como estar presente en tu propia experiencia. Alinearte con la realidad es más sano emocionalmente que negarla persistentemente resistiéndote a ella.
-¿Qué estamos haciendo mal en la sociedad actual para que crezca de forma progresiva el número de suicidios y de intentos autolíticos?
La realidad del suicidio es un asunto de salud individual y de salud pública que atañe no solo al estamento sanitario sino a todas las capas de la sociedad. Vivir en una sociedad amable significa vivir en un modelo de sociedad que facilite el proyecto de vida de las personas, que facilite la posibilidad de independizarse a los jóvenes con un buen mercado laboral, una sociedad sostenida en instituciones con prestigio, un modelo social donde se inculquen valores desde el ámbito educativo enseñando que la calidad de vida no reside en tener cuantas más cosas mejor sino en la calidad de vínculos humanos que somos capaces de generar, una sociedad con una sanidad pública que funcione adecuadamente y una sociedad que proteja a los más débiles y necesitados. Todos estamos convocados a crear una estructura social creíble, humanizada, respirable y amable. Todo eso mejoraría la salud emocional de las personas que estaría mejor protegida.
-¿Está es sistema respondiendo a las necesidades actuales de la salud mental de la población?
No. El sistema se esta derrumbando en el ámbito de las necesidades mentales de la población y también en las necesidades físicas. El capitalismo, la oportunidad de negocio, la ambición, la falta de sensibilidad social y la complicidad de muchos responsables está deteriorando todo lo referente a los servicios públicos y lo público, no lo olvidemos, es el patrimonio de quienes no tienen patrimonio que somos la mayoría de los ciudadanos. La justicia social está en peligro y en determinados aspectos se podría afirmar que muchos ciudadanos se sienten abandonados.
-Si escribieras una carta a los Reyes Magos sobre este asunto ¿qué les pedirías?
Quizá pediría que nos enviaran una estrella que marcara el rumbo a tomar hacia la rehumanización de todo lo que se ha deshumanizado.
-Para terminar, supongo que los médicos sintáis una impotencia enorme al no poder solucionar problemas como el de muchas personas que no quieren seguir viviendo…¿es así? y ¿cómo deben los médicos gestionar esa impotencia?
No sé si nos corresponde a los médicos atribuirnos esa impotencia. A los médicos y al resto del personal sanitario nos corresponde hacer todo lo que esté en nuestras manos para ayudar a todo el que necesite ser ayudado con las herramientas que la ciencia nos ha enseñado
aplicándolas adecuadamente. Pero cuando alguien toma la decisión de quitarse la vida es porque está viviendo un sufrimiento insoportable que no encuentra cómo resolver y la responsabilidad de esa decisión es de quien la toma. El resto, debemos mostrar el mayor respeto hacia esa decisión que acaba con ese sufrimiento aunque se lo traslade a sus supervivientes.
El éxito en el ejercicio de la Medicina, si tal cosa existe, no debe valorarse por el resultado final, que nunca está garantizado, sino en haber puesto todos los conocimientos y medios a nuestro alcance con la clara
